Los estudiantes españoles son los que más límites familiares tienen al usar pantallas en la UE

El alumnado de segundo de la ESO español supera en habilidades digitales el promedio de la UE. Cataluña es la comunidad con mayor puntuación en la prueba internacional ICILS, en la que han participado 130.000 estudiantes de secundaria, de los que 13.000 son españoles

Estudiantes en una biblioteca de Barcelona, este lunes.Gianluca Battista

El alumnado español sale razonablemente bien parado en el Estudio Internacional sobre Competencia Digital (ICILS, por sus siglas en inglés) publicado este martes, en el que han participado 34 países, la gran mayoría de ellos desarrollados. España obtiene 495 puntos, ligeramente por encima de la media de los 22 Estados de la Unión Europea que han participado (493). El resultado español no presenta una diferencia estadísticamente significativa respecto al de Alemania (502), Francia (498) o Italia (491). El ICILS lo elabora cada cinco años la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA), una de las principales entidades educativas internacionales. En esta última edición han participado 130.00 estudiantes (13.000 de ellos españoles) y 60.000 docentes (6.240 de ellos españoles). El informe mide la habilidad del alumnado de 13 años (segundo de la ESO) “para recopilar, gestionar, producir e intercambiar información mediante el uso de ordenadores” como forma de “participar eficazmente en diferentes contextos de la vida: el hogar, el centro educativo, el lugar de trabajo y, en general, la comunidad que les rodea”.

Un tercio del alumnado español usa las TIC a diario para realizas tareas escolares en los centros educativos (en la UE lo hace algo menos, el 31,8%). Y los chavales españoles son de los que más limitación de tiempo tienen a la hora de usar las pantallas por parte de sus familias de todos los países (y el primero en la UE). El estudio presenta el dato de forma negativa: un 41,5% asegura no tener límite de tiempo en los días lectivos, frente a un promedio de la UE del 59,4%. Los alumnos españoles se sitúan ligeramente por debajo de la media europea en distracciones digitales, como chatear o consultar redes sociales, mientras estudian: 49,9% frente a 50,6%.

Nueve comunidades autónomas han participado en la prueba mediante una ampliación de la muestra. La que mejor resultado obtiene, 518 puntos, es Cataluña que, si fuera un país, se situaría en tercera posición de la clasificación general, empatada con Dinamarca. A continuación figuran la Comunidad de Madrid (514), Asturias (512), Castilla y León (507), La Rioja (505), Canarias (502), Cantabria (500), Andalucía (477) y Comunidad Valenciana (472). La ciudad autónoma de Melilla logra 432 puntos, y la de Ceuta, 421.

El rendimiento en competencias digitales, como el resto de habilidades académicas, está muy condicionado por la extracción socioeconómica y cultural de los chavales. En España, el 25% de estudiantes pertenecientes a hogares más ricos obtienen 69 puntos más que el 25% que viven en hogares más pobres (la diferencia promedio en la UE es de 79 puntos).

Las chicas presentan un mejor rendimiento en todos los países evaluados: las españolas logran 19 puntos más que sus compañeros (en el conjunto de la Unión Europea, la ventaja de las estudiantes es de 18 puntos). En otras grandes pruebas educativas, como el Informe PISA, organizado por la OCDE, las alumnas tienden a obtener mejores resultados en lectura, mientras que los chicos lo hacen en matemáticas y, con menor claridad, en ciencia. Por eso es relevante observar que en el caso de las competencias digitales son las mujeres las que obtienen una clara ventaja, que resulta estadísticamente significativa en todos los países salvo en dos, Hungría y Uruguay.

Los chavales de origen inmigrante (la IEA considera como tales a aquellos cuyos dos progenitores nacieron fuera del país donde estudia el alumno) obtienen peor resultado tanto en España (28 puntos menos) como en el conjunto de la UE (29 menos). Hay siete países donde los inmigrantes rinden más que los nativos, aunque solo en tres la diferencia resulta estadísticamente significativa; Bosnia-Herzegovina (38 puntos más), Azerbayán (52), y Omán (64).

España se sitúa, en la clasificación general, a mitad de tabla. Muy por encima de los últimos puestos, ocupados por Azerbayán (319 puntos), Kosovo (356) y Omán (379). Y lejos de los de arriba, donde están Corea del Sur (540) y la República Checa (525). A diferencia de otras evaluaciones internacionales, como PISA, en el ICILS hay muy pocos participantes asiáticos, solo dos, que figuran, sin embargo, entre los mejores. Además de Corea (primer puesto), está Taiwán, cuarto, con 515 puntos. Dinamarca es tercera con 518.

Primera edición en la que participa España

ICILS empezó a realizarse hace una década. Esta es la tercera edición y la primera en la que participa España. De los 34 países evaluados, 22 forman parte de la Unión Europea. La IEA tiene una doble sede, en Alemania y Países Bajos, y está integrada por organismos educativos oficiales, universidades y centros de investigación de 60 países. Sus informes más conocidos son TIMSS (que evalúa la competencia matemática en estudiantes de primaria y la ESO) y PIRLS (comprensión lectora en alumnado de primaria).

España se distingue, como suele hacer en estas pruebas, por tener una dispersión de los resultados ―es decir, una brecha entre el rendimiento del alumnado― relativamente baja. Ello significa que no tiene muchos alumnos con resultados excelentes, pero tampoco muchos con resultados muy malos. La mayoría tiende a situarse en resultados medios, en línea con lo que ocurre en el conjunto de la Unión Europea.

ICILS divide a los estudiantes en cinco niveles. Menor que 1, 1, 2, 3 y 4. En España, un 44,4% no alcanza el nivel 2, prácticamente los mismos que en el promedio de la UE (44,1%). Los alumnos que alcanzan el nivel 2 usan los ordenadores, según la burocrática descripción que realiza la agencia, “para completar tareas básicas y explícitas de recopilación y gestión de información; localizan información explícita en determinadas fuentes digitales; realizan ediciones básicas y añaden contenido a productos de información existentes en respuesta a instrucciones específicas; crean productos de información simples que reflejan convenciones estándar de diseño y maquetación, y muestran comprensión de las estrategias de protección de datos personales y reconocen las implicaciones de que su información personal sea públicamente accesible”.

En el nivel 4, que alcanzan muy pocos estudiantes salvo en países como Corea (donde representan el 6,4%) y Taiwán (el 2,8%), los chavales “saben seleccionar la información más relevante para usarla con fines comunicativos así como satisfacer sus necesidades como consumidores y productores de información; valoran la utilidad de la información y evalúan su credibilidad y fiabilidad basándose en su contenido y probable origen, y crean productos de información teniendo en cuenta audiencia y propósito comunicativo”, entre otras habilidades.

Medios a su alcance

Contar con más medios digitales se asocia, como cabría esperar, con estudiantes más competentes en la materia. España presenta un porcentaje relativamente alto de alumnado con “conexión de calidad a Internet”: 63,2%, por delante de la media comunitaria (62%), y de países como Alemania (62,1%) o Francia (60,4%). Internamente, existe una diferencia destacada entre La Rioja (67,5%) y la Comunidad Valenciana (60,5%).

España se sitúa, en cambio, “sensiblemente por debajo del promedio de la UE” en la proporción de alumnado que vive en hogares con al menos dos ordenadores: un 68%, frente al 73,7% en el conjunto de la Unión Europea (o el 91,6% de Dinamarca, que es donde más hay). El porcentaje en Cataluña (80,9%) es muy superior al de Canarias (54,9%). La diferencia de rendimiento digital entre los chavales de hogares con al menos dos ordenadores en el hogar y los que tienen menos, alcanza 32 puntos en España (39 en la UE).

España aparece igualmente rezagada en alumnado con “acceso a un ordenador para realizar las tareas escolares”: 56,7% frente a un 64,4% en la Unión. A escala autonómica, la distancia entre Cataluña (66,2%) y la Comunidad Valenciana (48,8%) resulta abultada.

Aprender en los centros

Solo un 49,1% de los estudiantes españoles aprenden en los centros educativos a buscar de forma adecuada en la web (refinando búsquedas, evaluando la fiabilidad de la información, y citando referencias precisas de las fuentes consultadas), un porcentaje similar al del promedio de la UE (49,7%). Y solo el 50,1% de los alumnos en España aprenden a usar de forma segura y respetuosa las TIC en la escuela (con parámetros como la difusión de imágenes e información personal; mecanismos de denuncia del ciberacoso, y atención a los riesgos psicológicos), una proporción algo mayor que la comunitaria (49,3%).

Los estudiantes españoles aprenden en los centros educativos algo menos que en el promedio de la UE a usar cómo organizar archivos digitales (64,5% frente a 65,7%), manejar hojas de cálculo (53,6% a 57,3%), y la tarea más especializada de programar, tanto con editores visuales (40,8% a 42,5%) como con lenguajes basados en texto (27,4% a 33,2%). Y reciben, en cambio, más formación que en el conjunto de la UE en edición y formateo de documentos (74,5% frente a 73%) y en edición de archivos multimedia (52,3% a 50,4%).

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