La irrupción de Unicredit en Commerzbank presiona a la UE para retomar la unión bancaria
La ausencia de un fondo de garantía de depósitos común aún lastra las fusiones transfronterizas
La toma de un 10% del alemán Commerzbank por el italiano Unicredit ha sacudido el tablero europeo de las finanzas. El movimiento, según ha declarado el propio consejero delegado de la entidad transalpina, Andrea Orcel, abre la puerta a que tome por completo el banco. Pero también ha puesto de nuevo sobre la mesa un viejo fleco por cerrar en la construcción europea: culminar la unión bancaria con la creación de un fo...
La toma de un 10% del alemán Commerzbank por el italiano Unicredit ha sacudido el tablero europeo de las finanzas. El movimiento, según ha declarado el propio consejero delegado de la entidad transalpina, Andrea Orcel, abre la puerta a que tome por completo el banco. Pero también ha puesto de nuevo sobre la mesa un viejo fleco por cerrar en la construcción europea: culminar la unión bancaria con la creación de un fondo de garantía de depósitos común. Una condición sine qua non para espolear las tan ansiadas fusiones transfronterizas con el objetivo de crear gigantes bancarios paneuropeos que compitan de tú a tú con los colosos estadounidenses.
La transacción propuesta en Commerzbank no es, en puridad, una fusión transfronteriza, aunque puede derivar en ella. El Gobierno alemán ha arrancado la venta en mercado del 16,5% que ostentaba en esta entidad desde la Gran Recesión, una ocasión que han aprovechado los italianos para entrar en el capital, años después de que las conversaciones para la fusión de ambas entidades naufragasen. Han pedido permiso al Banco Central Europeo (BCE) para incrementar su posición por encima del 10%, mientras que el Ejecutivo teutón se ha quedado un 12% y debe esperar al menos 90 días para realizar nuevas colocaciones.
“Unicredit tiene una franquicia alemana bastante decente. Tiene una escala pequeña (cuota del 4%) y opera básicamente en Bavaria con un sesgo a mediana y gran empresa. No está claro lo que Unicredit va a poder hacer en Commerzbank, dado que el consejo de Commerzbank y las autoridades alemanas no se han pronunciado hasta el momento. Solo sabemos que Unicredit ha pedido autorización al BCE para pasar del 10% en el banco alemán. Podría haber lanzado una oferta por el 100% de inicio, pero no lo ha hecho, lo cual indica que parece que Unicredit querría ir poco a poco”, explica Luis Peña, uno de los gestores del fondo de renta variable Bestinver European Financial Opportunities.
De continuar incrementando el peso de Unicredit en Commerzbank será en principio una operación de dos entidades alemanas, si bien una de ellas depende de Italia. Las dos estarían referenciadas a un mismo país (Alemania) y respaldaría la entidad resultante un mismo fondo de garantía, el de ese país. La transacción, no obstante, retoma la necesidad de abordar fusiones transfronterizas en Europea, que tratan de espolear reguladores como el BCE. Las entidades argumentan en contra que la incompleta construcción de la unión bancaria hace imposible este proceso. Según ha publicado Financial Times, en la mente de Orcel está abordar en el futuro una fusión total entre ambos bancos. Podrá el banquero italiano esperar hasta que la regulación le ponga alfombra roja. De hecho, en una entrevista en Bloomberg, describió el movimiento como un acercamiento “paciente”.
La unión bancaria europea es un monstruo de tres cabezas. Dos de ellas están perfectamente construidas y funcionan a pleno rendimiento. Se trata, por un lado, del mecanismo único de supervisión, formado por el BCE, integrado por todos los bancos centrales nacionales y que observa que todos los bancos europeos respeten las normas comunes. También el mecanismo único de resolución, formado por la Junta Única de Resolución y el Fondo Único de Resolución, que establece unas normas comunes para operar en caso de quiebra de una entidad. Queda pendiente el tercer elemento, un fondo de garantía de depósitos único para toda la zona euro. Es decir, un mecanismo único que garantice los ahorros de todos los ciudadanos europeos de todos los países por igual en el caso de que su banco entre en problemas. En España, el instrumento nacional para tal efecto blinda los ahorros hasta 100.000 euros y en él han ido aportando dinero durante los años todos los bancos para contar con un colchón en caso de que emerja una crisis financiera. Bien es cierto que durante la última gran crisis el Estado tuvo que arrimar el hombro y aportar para rescatar a los ahorradores.
Este elemento ha sido muy divisivo entre los países del club comunitario. Tanto es así que ha terminado por ser esquinado sine die en las discusiones del Consejo europeo, por mucho que la necesidad de acelerar el proceso emerge puntualmente. La última vez fue en invierno de 2022, en el marco de la crisis de Credit Suisse. La operación de Unicredit con Commerzbank amenaza con hacerlo de nuevo. La razón por la que este blindaje común para los ahorros de los europeos no ha salido adelante es, en resumen, el temor de algunos países del norte —capitaneados por Alemania— de que este mecanismo termine suponiendo que los muy frugales ciudadanos de esos países terminen por asumir los desmanes de los más descuidados sureños.
Alemania sí tendrá algo que decir en la operación de Commerzbank. Una posición a favor de Unicredit será interpretada como una posición favorable a agilizar las fusiones transfronterizas. “Unicredit ha mencionado que el Gobierno alemán sabía que tenía un 4,5% de Commerzbank antes de asignarle en la colocación otro 4,5%. Es por esto que parte del mercado asume que el Gobierno alemán podría estar, de alguna manera, abriendo la puerta a la consolidación paneuropea vía esta operación”, comenta Peña, quien vaticina que Deutsche Bank también tendrá un papel que jugar, aunque este no es el momento adecuado para ellos para mover ficha. Por el momento, la presidenta del BCE, Christina Lagarde, expresó el jueves pasado que “será interesante ver el desarrollo del proceso durante las próximas semanas”, en el contexto de “fusiones transfronterizas que son deseadas por muchas autoridades”.
¿Los incentivos para favorecer una unión de dos bancos de países distintos de la UE? Son muchos, según los expertos. Tras la Gran Recesión, Europa ha desarrollado una amplia regulación al sector financiero, así como ha elevado los estándares de capital y de colchones para absorber pérdidas. Unas medidas gravosas para los bancos, que han visto mermada su rentabilidad en los últimos años. Una solución a este entuerto es crear entidades cada vez mayores, lo que sobre el papel les facilite ser rentables y seguras para el sistema financiero global.
“Lo cierto es que el número de bancos en la zona euro, que hoy se sitúa en torno a las 5.000 entidades, ha caído significativamente. Concretamente, un 20% desde 2008. En paralelo, el número de empleados del sector, que hoy está en 1,9 millones, ha descendido en 300.000 puestos desde ese año. Aun así, muchos bancos en la zona del euro no ganan lo suficiente para cubrir su coste de capital. Si bien los activos totales del sector en proporción al PIB han pasado de suponer un 340% en 2012, a un 280% en 2017, todavía son altos. En EEUU –en parte como consecuencia de contar con mercados de capitales más desarrollados- los activos del sector bancario ascienden al 88% del PIB. Por lo tanto, parece que todavía hay espacio para un ‘adelgazamiento’ del mercado bancario europeo, y para una Unión Bancaria Europea efectiva que podría ayudar a generar acuerdos transfronterizos. Los bancos con cuotas de mercado significativas en sus países de origen, tienden a tener una participación baja o nula en otros mercados europeos. Como suele ocurrir, solo se necesitarían uno o dos acuerdos importantes cross-border en Europa para que el panorama cambie significativamente”, indica Patrick Atkinson, socio de Deals para el sector financiero de PwC en España en un informe elaborado sobre el asunto.
Un documento de KPMG, publicado en 2022 en los albores de la guerra en Ucrania, ya pronosticaba que las subidas de los tipos de interés incentivarían una fusión transfronteriza, incluso antes de cerrar la nueva regulación. En opinión del socio responsable en deal advisory de servicios financieros de KPMG, Borja Peñas, un precio del dinero más alto haría a las entidades financieras buscar operaciones desde las sinergias de ingresos y no solo por el lado de los gastos como hasta ahora, lo que les abriría los ojos más allá de sus fronteras tradicionales.
En el caso concreto de Unicredit y Commerzbank, un informe de Citi apunta a que la transacción incrementaría el beneficio por acción de los italianos un 4%, con el capital por encima del 13%. Según este banco de inversión, la oportunidad para los italianos estriba en poder expandirse con la transacción no solo en Alemania, sino también entrar en Polonia.
La construcción de ese fondo común de protección a los depositantes es solo uno de los elementos que aún complican las fusiones paneuropeas. “La UE es un mercado bancario fragmentado, no solo por el Fondo de Garantía. Hay normas distintas, mercados inmobiliarios distintos y idiomas y culturas distintas. Lo del Fondo de Garantía de Depósitos es lo de menos. Lo peor son los mil y un detalles diferentes entre países (regulatorios sobre todo pero no solo) que hacen de estas operaciones un problema difícil de gestionar”, apunta Carlos Halpern, profesor de IESE.