El horizonte de las empresas de chips se oscurece con el bloqueo a China y la caída de la demanda

Directivos del sector temen que las restricciones sean solo el primer paso de la guerra tecnológica entre el gigante asiático y EE UU

Ensamblaje de una máquina de la compañía holandesa de semiconductores ASML.Bart van Overbeeke (ASML)

Cambio de ciclo para las hasta hace poco boyantes empresas de chips. El mundo descubrió la importancia de los semiconductores cuando su escasez provocó parones en las fábricas de automóviles tras el bum de demanda provocado por la pandemia. Entonces, el auge del teletrabajo impulsó la adquisición de ordenadores, tablets y móviles a lomos del ahorro acumulado por los hogares, y el miedo al contagio en el transporte público aceleró el interés por hacerse con un vehículo. Ahora, la tendencia se da la vuelta: el temor a una recesión en Europa y EE UU está reduciendo la demanda de dispositiv...

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Cambio de ciclo para las hasta hace poco boyantes empresas de chips. El mundo descubrió la importancia de los semiconductores cuando su escasez provocó parones en las fábricas de automóviles tras el bum de demanda provocado por la pandemia. Entonces, el auge del teletrabajo impulsó la adquisición de ordenadores, tablets y móviles a lomos del ahorro acumulado por los hogares, y el miedo al contagio en el transporte público aceleró el interés por hacerse con un vehículo. Ahora, la tendencia se da la vuelta: el temor a una recesión en Europa y EE UU está reduciendo la demanda de dispositivos electrónicos, y la decisión de Washington de bloquear la exportación de ciertos tipos de chips y maquinaria a China para frenar su poderío militar y el desarrollo de su propia industria de semiconductores ha añadido leña al fuego, causando desplomes bursátiles en las principales firmas del sector.

A esa riada de factores, el historiador estadounidense Chris Miller, que acaba de publicar Chip War, un libro sobre la evolución del complejo universo de los semiconductores, añade la caída de la minería de criptomonedas tras el batacazo del bitcoin, una actividad muy intensiva en el uso de chips.

El resultado es visible. Las acciones de la china SMIC, la mayor compañía del sector en el gigante asiático, han reculado con fuerza en las últimas jornadas. Igual que las de la taiwanesa TSMC, el mayor fabricante mundial. No se libran de las turbulencias las principales empresas norteamericanas: el Philadelphia Index Semiconductor, que agrupa a las 30 más importantes en ese país, ha perdido casi la mitad de su valor desde máximos de los últimos 12 meses.

Algunas de las compañías más señeras. como AMD y Nvidia, son un ejemplo del seísmo que las asola: su valor ha retrocedido un 60% en lo que va de ejercicio, y un 50% Intel, que lleva meses embarcada en un ambicioso programa de inversiones en Europa y EE UU. Ahora, ante la caída de ventas de los ordenadores portátiles, podría anunciar en los próximos días un plan para recortar gastos que incluye miles de despidos, según han adelantado varios medios estadounidenses.

Todas las firmas están viviendo un año 2022 para olvidar, pese a que este curso ha sido el del reconocimiento estratégico de su actividad. En agosto, la Casa Blanca aprobó un paquete de ayudas multimillonario para reducir su dependencia exterior en un ámbito en el que ningún país es ni puede ser autosuficiente a corto ni medio plazo debido a las enormes barreras tecnológicas y de capital, que obligan a efectuar intercambios de suministros continuos entre empresas especializadas en sus distintas fases: investigación, diseño, producción, ensamblaje, empaquetado y distribución.

Restricciones para exportar

Fuentes del sector apuntan que las restricciones de EE UU a las exportaciones a China, que ahora obligan a las empresas estadounidenses que quieran hacer envíos a ese país a obtener una licencia muy complicada de conseguir, apenas dañarán a los consumidores chinos, porque afectan principalmente al desarrollo de sus sistemas de defensa e inteligencia artificial, y sobre todo van a complicar que Pekín diseñe y fabrique sus propios chips en una industria todavía incipiente.

Las compañías chinas de electrónica podrán seguir importando buena parte de los semiconductores que necesitan. “Para empresas de diseño de chips como Nvidia o AMD a corto-medio plazo supone una perdida de ingresos muy limitada, dado que las restricciones anunciadas se centran en GPUs de alta gama. Pero el riesgo es que estas restricciones sean una primera andanada y a ellas le sigan otras sobre otros chips avanzados que también se utilizan en centros de procesos de datos”, señala un alto directivo.

Peores se presentan las expectativas para algunas empresas que fabrican maquinaria de producción de semiconductores, como Applied Materials, Lam Research o KLA, dado que China tiene planes muy agresivos de construcción de fábricas y ahora, con el bloqueo de Washington, no podrán vender equipos para chips de 14/16 nanómetros o menos.

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