PSdeG y BNG revisarán las concesiones de televisión aprobadas ayer por Fraga

Los dos partidos del próximo Gobierno gallego, PSdeG y BNG, han acordado revisar las medidas tomadas por el Ejecutivo en funciones, entre ellas la adjudicación ayer de dos licencias de televisión digital autonómica. El Gabinete interino de Manuel Fraga ratificó su voluntad de adoptar decisiones de trascendencia hasta el último día. Ayer concedió las dos licencias a La Voz de Galicia y a la cadena Cope, y anunció que volverá a reunirse la próxima semana, antes de la investidura del socialista Emilio Pérez Touriño, para adjudicar otras 63 frecuencias de televisión local y 72 de radio.

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Los dos partidos del próximo Gobierno gallego, PSdeG y BNG, han acordado revisar las medidas tomadas por el Ejecutivo en funciones, entre ellas la adjudicación ayer de dos licencias de televisión digital autonómica. El Gabinete interino de Manuel Fraga ratificó su voluntad de adoptar decisiones de trascendencia hasta el último día. Ayer concedió las dos licencias a La Voz de Galicia y a la cadena Cope, y anunció que volverá a reunirse la próxima semana, antes de la investidura del socialista Emilio Pérez Touriño, para adjudicar otras 63 frecuencias de televisión local y 72 de radio.

El traspaso oficial de poderes comenzó ayer tarde con una reunión de apenas 25 minutos entre Fraga y Touriño, quienes comparecieron brevemente ante la prensa destilando cordialidad. Fraga, que había entregado a su inminente sucesor un voluminoso expediente por cada una de las consejerías, le prometió una "oposición profundamente leal" y le deseó "la mayor de las suertes". El líder socialista destacó la "cooperación" para un traspaso de poderes "estrictamente normal".

Esa fue la imagen institucional, pero apenas una hora después, el secretario de organización del PSdeG, Ricardo Varela, atacaba con dureza: "No hay ningún precedente en España de un Gobierno en funciones que haya actuado con tanta deslealtad democrática y tanta falta de respeto a lo que han votado los ciudadanos. Fraga no podía salir peor".

Por la mañana, la reunión del Consejo de la Xunta había adjudicado dos licencias para televisiones digitales de ámbito autonómico, una decisión que llevaba posponiendo desde hace dos semanas en medio de fuertes presiones, incluso públicas, de algunos de los aspirantes. Los adjudicatarios fueron el grupo editor de La Voz de Galicia y la cadena Cope, en cuyos programas se había acusado a Fraga estos días de pretender privarle de la concesión. Quedó excluida la tercera propuesta, en la que se agrupaban, entre otros, cinco periódicos gallegos. Uno de ellos, El Correo Gallego - asociado a El Mundo- informaba ayer de que su oferta preveía la creación de 220 empleos frente a los 40 que figuran en el proyecto de la cadena radiofónica de la Conferencia Episcopal. Fraga, sin embargo, explicó que esta última "parecía una oferta mejor".

Socialistas y nacionalistas, que asumirán el Gobierno gallego en menos de dos semanas, anunciaron que revisarán estas concesiones "de forma rigurosa", en palabras de Carlos Aymerich, portavoz parlamentario del BNG.

"Inicialmente parece que las adjudicatarias eran otras y que se modificaron por presiones de algunos", manifestó Aymerich, "lo que demuestra que no se han empleado criterios objetivos y transparentes". También el Colexio de Xornalistas de Galicia arremetió contra una decisión que "hipoteca el futuro desarrollo del sector audiovisual gallego" y que ha sido tomada por un Gobierno en funciones que "debería limitarse a gestionar asuntos de trámite".

El Gabinete interino aún adjudicará la semana que viene otras 63 licencias de televisión local y 72 de radio, seis de ellas de ámbito autonómico y el resto también locales. La Xunta convocará un consejo extraordinario antes de que comience, el próximo miércoles, la sesión de investidura de Touriño. "Mientras estemos ahí, cumpliremos con nuestro deber", afirmó Fraga. "Y aún nos quedan unos poquitos días". Como ha venido haciendo frente a las críticas por el comportamiento de su gabinete en funciones, Fraga aseguró que tiene la "conciencia muy tranquila" y que se está limitando a gestionar "cosas urgentes demandadas por la opinión".