Tribuna:

Muere la ANAFE

El caso Urízar, que podría quedar en una tormenta en un vaso de agua, va a ser el desencadenante de una serie de acontecimientos dentro de la organización arbitral. Los árbitros disconformes con el sistema seguido por José Plaza crearon la ANAFE, como organización piarelela e independiente de los estamentos federativos. La ANAFE, que estuvo a punto de convertirse en la gran contestación arbitral, ha recibido una lanzada, que puede ser definitiva con la intervención de su actual presidente, Antonio de Coz, en el tema Urízar.La división entre la clase arbitral ha sido evidente en los últimos tie...

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El caso Urízar, que podría quedar en una tormenta en un vaso de agua, va a ser el desencadenante de una serie de acontecimientos dentro de la organización arbitral. Los árbitros disconformes con el sistema seguido por José Plaza crearon la ANAFE, como organización piarelela e independiente de los estamentos federativos. La ANAFE, que estuvo a punto de convertirse en la gran contestación arbitral, ha recibido una lanzada, que puede ser definitiva con la intervención de su actual presidente, Antonio de Coz, en el tema Urízar.La división entre la clase arbitral ha sido evidente en los últimos tiempos, pero la ANAFE en lugar de salir fortalecida y ser una alternativa con futuro ha quedado tan debilitada que ni siquiera sus auténticos promotores están dispuestos a dirigirla. Los colegiados de primera, prácticamente, han abandonado la nave, por defender sus intereses particulares, ya que veían comprometida su situación ante Plaza.

Hay guerra sucia entre árbitros y la consecuencia puede ser nefasta para todos. Sobre todo, ahora que se acerca el final de temporada y las suspicacias están a flor de piel. La mayor parte de los problemas arbitrales podrían resolverse en la mesa que reúne a los presidentes de primera división. Desgraciadamente, un pacto entre caballeros se ha demostrado que resulta inviable. Hay demasiados dirigentes interesados en arrimar el ascua a su sardina. Los procedimientos son cada vez más sibilinos.

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