Jannik Sinner no espera, Jannik Sinner muerde
El italiano, citado con Alcaraz en las semifinales de California e invicto esta temporada, cimenta su éxito sobre los cuatro primeros tiros de los intercambios
Mientras Arabia Saudí sigue enredando y amenazando en la penumbra —The Telegraph publicó esta semana una supuesta oferta de 1.900 millones de euros para fusionar y reorganizar los circuitos, desmentida al día siguiente en una información publicada por The Guardian—, al tenis le queda el consuelo de la hermosa rivalidad que va construyéndose entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. El español y el italiano, dos atractivos modelos contrapuestos que desem...
Mientras Arabia Saudí sigue enredando y amenazando en la penumbra —The Telegraph publicó esta semana una supuesta oferta de 1.900 millones de euros para fusionar y reorganizar los circuitos, desmentida al día siguiente en una información publicada por The Guardian—, al tenis le queda el consuelo de la hermosa rivalidad que va construyéndose entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. El español y el italiano, dos atractivos modelos contrapuestos que desembocan en un mismo fin, chocarán este sábado (no antes de las 21.30, Movistar+) en busca de una plaza en la final de Indian Wells y con el segundo puesto mundial defendido por el murciano también en juego. Ya se sabe: el uno es la alegría, la creatividad, el concepto más hedonístico del juego, y el otro es todo método, precisión, bola pesada, ese semblante frío e inexpresivo sobre la pista —muy distinto fuera de ella— que llega a acongojar. Así es, hoy día Sinner produce miedo. Razones no faltan.
Sin lugar a dudas, él es ahora el indiscutible hombre a batir, montado a lomos de una racha de 16 victorias consecutivas en el presente ejercicio —a una de igualar las secuencias de Pete Sampras, Novak Djokovic y Roger Federer en 1997, 2013 y 2018, respectivamente— y sin un solo rasguño todavía. “Es humilde, honesto e inteligente. Avanza a pasos rápidos, pero siempre equilibrados. Ganará mucho, mucho más que yo, y apostaría a que este mismo año ascenderá ya al número uno”, afirmaba recientemente uno de los iconos del tenis italiano y campeón de Roland Garros en 1976, Adriano Panatta, desbordado también por la dinámica ganadora de Sinner. El viejo ídolo transalpino luce orgulloso una serie de 16 duelos sin perder, pero su relevo, campeón en enero en Australia, ha ampliado la suya a 19, teniendo en cuenta que cerró el pasado curso con otros tres triunfos en la Copa Davis.
“El éxito no me ha cambiado como persona, la victoria es un momento positivo, pero que se vive durante un periodo corto”, señala el semifinalista, un chico tranquilo y cerebral, discreto dentro y fuera del entorno competitivo. “Nunca pensé que llegaría a ser tan fuerte. Lo bueno de este deporte es que siempre puedes fijarte metas nuevas, siento que todavía puedo mejorar mucho. En mi cabeza siempre hay hueco para un nuevo desafío. ¿Imbatible? No lo soy. Sencillamente estoy preparado y he trabajado muy duro para estar en esta posición”, reflexionaba estos días, mientras siguen lloviéndole los elogios desde el exterior. En opinión del escocés Andy Murray, por ejemplo, el bocado que dio el italiano en Melbourne es tan solo un aperitivo y anticipa que ganará “muchos grandes más”, dado que “viendo cómo golpea la pelota, conseguirá grandes resultados en todas las superficies”.
El de Dunblane, como tantos otros analistas, incide en la capacidad de adaptación de Sinner (22 años) a todas las superficies y también en su facilidad para cambiar de registro. Impresiona, por encima de todo, su velocidad para desenfundar y su determinación. Solo Alcaraz (20), probablemente, puede seguirle hoy la estela a la hora de armar y conectar el tiro, en términos también de agresividad. Porque él no espera; él, sencillamente, muerde. Y cuanto antes mejor. Así lo dice un estudio efectuado por la ATP que subraya la decisión de Sinner para resolver el punto en los cuatro primeros golpes.
Ir a por el rival
Basándose en un análisis estadístico de sus registros durante el Open de Australia, disputado en enero, el informe establece que en dicho torneo dirimió un 59% de los intercambios entre 0 y 4 tiros, por encima de la segunda —de 5 a 8, un 24%— y la tercera franja del baremo —de 9 hacia arriba, un 17%—. Ante Djokovic y Medvedev, sus rivales en las semifinales y la final, fijó los promedios en un 56%, 26% y 18%, y el promedio de éxito en un 57%, 48% y 49%. A lo largo de los siete encuentros que le condujeron hacia su primer gran título, el de San Cándido se apropió del 57% de los puntos decididos en menos de cuatro golpes, el 54% de 5 a 8 y el 51% por encima de los 9. De esta forma, el tenista dirigido por Simone Vagnozzi y Darren Cahill se eleva en un territorio más que decisivo, porque la tendencia del tenis a abreviar el juego sigue acentuándose; por tanto, Sinner sigue agrandándose en un espacio que resultará aún más definitivo a medio plazo.
“Está en racha, pero en algún momento alguien le detendrá”, indica Daniil Medvedev, citado con Tommy Paul en la segunda semifinal, tras el duelo estelar. “Es el mejor del mundo ahora mismo, sin duda”, acepta Alcaraz, consciente de la velocidad de muñeca de su adversario y de su pericia para atropellar en la fase inicial del peloteo. “Me encanta verle jugar, será duro. Está jugando de una forma increíble y todavía no ha pedido. Será un gran desafío para saber en qué nivel estoy ahora”, prolonga el de El Palmar, que tras sufrir un buen susto durante el pulso con Alexander Zverev —invasión de abejas antes del 6-3 y 6-1 (en 1h 28m) que le permitió progresar— se enfrenta al reto de los retos hoy día. Campeón en Melbourne y después en Róterdam, la confianza del italiano se ha disparado y tiene reflejo en los marcadores; en dirección al pulso de este sábado —4-3 a su favor en los precedentes— no ha cedido ningún set y ha resuelto todos los compromisos en dos mangas.
“Respeto mucho a todos los jugadores, pero no tengo miedo de enfrentarme a ellos. La mayoría de las veces no espero a ver qué hace mi rival. Me gusta ir a por ellos”, apunta Sinner, seguidor del AC Milan, amante de la pizza y el sushi y que para evadirse recurre a la serie Prison Break, o las letras del rapero Eminem. En constante evolución desde que se asomó por la élite, 2018, en los últimos tiempos ha reforzado el servicio y, preguntado por Alcaraz, no escatima en elogios. “Con Carlos siempre es divertido jugar”, transmite; “ahora él estará estudiando qué cosas cambiar para intentar ganarme, así que debo estar listo. Solemos ofrecer buenos partidos. Él me ganó aquí, y después lo hice yo en Miami. Si me gana ahora tendré que volver a centrarme en los pequeños detalles, pero esto es positivo. Supongo que esto es lo que pasó entre los miembros del Big Four [Federer, Djokovic, Nadla y Murray]; es lo que ahora intentamos replicar nosotros para ver cuál de los jóvenes es el mejor”.
SWIATEK, AL NIVEL DE GRAF
La número uno del mundo, Iga Swiatek, superó este viernes a Marta Kostyuk (6-2 y 6-1) y alcanzó su segunda final en Indian Wells, donde triunfó hace dos años. En su trazado, la jugadora de Varsovia tan solo ha concedido 17 juegos y ha vuelto a demostrar que es, junto con Aryba Sabalenka, la competidora más fiable del circuito.
A sus 22 años, Swiatek ya ha logrado franquear la barrera de las 300 victorias y con un 89,5% de éxito, iguala la estadística de la alemana Steffi Graf en el torneo californiano. Será su décima final de un WTA 1000 y aspira a su decimonoveno título de la WTA, el segundo de este curso tras el obtenido en Doha.
Enfrente estará la misma jugadora a la que venció en el desenlace de 2022, la griega Maria Sakkari, quien derrotó por 6-4, 6-7(5) y 6-2 a la local Coco Gauff en un partido que tuvo que ser interrumpido dos veces a causa de la lluvia. La ateniense está a un paso del tercer cetro de su carrera tras los de Rabat (2019) y Guadalajara (2023).
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