Jon Rahm: “Mi objetivo no es ser el salvador del golf”
El vasco, estrella en el Open de España, pide “libertad” para elegir qué torneos jugar después de su marcha a LIV
Un beso a Alaia, un vuelo oceánico desde Arizona hasta Madrid y a disputar el Open de España. Son las últimas horas de Jon Rahm, que a principios de esta semana fue padre por tercera vez, con el tiempo justo de presentar en casa a su primera niña a sus hermanos Kepa y Eneko, y voló desde Estados Unidos para jugar a partir de este jueves en el Club de Campo Villa de Madrid. “Estoy muy agradecido de lo bien que ha ido todo y de poder estar aquí”, expresó este miércoles el vasco, con los minutos contados para dar unas bolas en la cancha de prácticas, estirar en el gimnasio y disfrutar al menos de...
Un beso a Alaia, un vuelo oceánico desde Arizona hasta Madrid y a disputar el Open de España. Son las últimas horas de Jon Rahm, que a principios de esta semana fue padre por tercera vez, con el tiempo justo de presentar en casa a su primera niña a sus hermanos Kepa y Eneko, y voló desde Estados Unidos para jugar a partir de este jueves en el Club de Campo Villa de Madrid. “Estoy muy agradecido de lo bien que ha ido todo y de poder estar aquí”, expresó este miércoles el vasco, con los minutos contados para dar unas bolas en la cancha de prácticas, estirar en el gimnasio y disfrutar al menos de una buena cena y de cambiar el banco del hospital por una cama.
La tardía incorporación de su hombre estrella ha volteado los planes de la organización. Al revés que en otras ediciones, Rahm partirá este jueves en el turno de la tarde, a las 14.00 (Movistar Golf) junto al campeón vigente, el francés Matthieu Pavon, y el austriaco Sepp Straka, y el viernes comenzará la segunda jornada a las 9.10 en lugar de ser la atracción de la sesión vespertina, cuando más gente solía acudir al campo.
A los 29 años, Rahm persigue su cuarta corona después de los triunfos en 2018, 2019 y 2022, y de paso deshacer el empate con Seve Ballesteros, vencedor en 1981, 1985 y 1995 (cinco victorias sumó Ángel de la Torre entre 1916 y 1925). El vasco lidera un field de muchos quilates, el más brillante de los últimos años. En Madrid se alistan otras figuras europeas como Tommy Fleetwood y Shane Lowry, compañeros de Rahm en LIV como David Puig, Eugenio López-Chacarra, Patrick Reed y Tyrrell Hatton, además de Josele Ballester, reciente campeón del US Open amateur y miembro de la armada de 25 golfistas españoles presentes en este campeonato que reparte 3,25 millones de euros en premios.
Rahm aterriza tras cubrir su primera temporada en LIV, la Liga saudí que provocó un terremoto con su fichaje el pasado diciembre. El vasco conquistó hace dos semanas en Chicago el último torneo del curso, abrochó el liderato de la clasificación individual, se vistió con el anillo de campeón al estilo de la NBA e ingresó un bonus de 18 millones de dólares. El pasado fin de semana fue baja en la final por equipos, en Dallas, debido a una gripe, y los hombres de Legion XIII terminaron en cuarta posición. “Ha sido un año muy bueno, no he fallado un top 10 en los 12 torneos que he jugado. Una pena no haber estado mejor en los grandes”, afirmó.
El concurso de Rahm en LIV le ha acarreado una secuencia de multas económicas por parte del circuito europeo, DP World Tour, que el vasco se niega a pagar. El jugador de Barrika ha presentado una apelación ante la justicia para congelar esas sanciones y así poder disputar la cita madrileña y las dos siguientes paradas del circuito, el Alfred Dunhill (3-6 octubre) y en el Andalucía Masters (17-20 octubre). Son las tres competiciones en que necesita competir para completar, junto a su participación en los Juegos Olímpicos, el mínimo de cuatro torneos del tour europeo en 2024 exigible para ser seleccionado para la Ryder Cup del próximo año. “No juego el Open por la gloria ni nada de eso. Lo hago porque creo que es mi deber. No jugar no solo me perjudicaría a mí, sino también al golf español”, expresó recientemente. El conflicto entre la Liga saudí y los grandes circuitos continúa encendido mientras las negociaciones de las últimas semanas en Nueva York dejan ver algo de luz.
“Por lo que hemos tenido que lidiar fuera del campo, ha sido mi año más complejo. A ver si esto es el comienzo de una vuelta a la normalidad. Yo no sé si he tenido algo que ver. Una vez me he pasado a LIV, ni pincho ni corto nada, depende de la gente que está en los despachos. Mi objetivo no era ser el salvador el golf, hay gente que ha hecho muchísimo más, y tampoco he sido parte de las negociaciones como otros jugadores”, razonó Rahm. Y dibujó un marco ideal para unir los dos bandos: “Que haya libertad de poder jugar. Yo siendo miembro del circuito europeo y del PGA Tour nunca tuve que pedir permiso para jugar nada, podías hacer lo que quisieras y disfrutar de este deporte en otros torneos por el mundo. Creo que casi nadie del LIV querría volver a jugar un año entero en el PGA Tour porque sería imposible compaginarlo, pero sí jugar ciertos torneos”.
“Soy optimista”, se despidió Rahm sobre la solución al gran embrollo del golf mundial; “creo que últimamente ha habido un gran pasado adelante. Quiero que haya un buen ambiente en el golf y tenemos la oportunidad de crear algo nuevo y especial para los jugadores y para los espectadores. Más y mejor golf para todos”.
Grupos y horarios de las dos primeras jornadas del Open de España.