El Real Madrid resucita ante el Barcelona hasta la final de la Euroliga
Los blancos protagonizan un ejercicio de escapismo ante el conjunto de Jasikevicius tras verse con 13 puntos de desventaja (83-86) y pelearán ante el Efes por su undécima Copa de Europa
El Real Madrid disputará en Belgrado su quinta final en las últimas nueve ediciones de la Euroliga, la decimonovena de su historia en busca de la undécima Copa de Europa del baloncesto madridista. El conjunto de Laso derrotó al Barcelona (83-86) en una semifinal con suspense, misterio y resurrección y se ganó a pulso el derecho a intentar prolongar una secuencia me...
El Real Madrid disputará en Belgrado su quinta final en las últimas nueve ediciones de la Euroliga, la decimonovena de su historia en busca de la undécima Copa de Europa del baloncesto madridista. El conjunto de Laso derrotó al Barcelona (83-86) en una semifinal con suspense, misterio y resurrección y se ganó a pulso el derecho a intentar prolongar una secuencia memorable, que a estas alturas registra 21 títulos y 32 finales sobre 43 posibles en 11 temporadas para la leyenda del club con el entrenador vitoriano en el banquillo. Espera el Efes de Micic y Larkin (este sábado a las 19.00, DAZN). Cayó el Barça, víctima de la confianza y el miedo, después de estar 13 arriba al comienzo del segundo tiempo. El sobresaliente expediente de Mirotic (26 puntos, 12 rebotes y 39 de valoración) resultó insuficiente. Resucitó el Madrid, con su enésimo ejercicio de escapismo.
Laso tendrá ante el Efes la posibilidad de alcanzar a Lolo Sainz como el segundo técnico con el mejor palmarés de la sección, solo por detrás de los 27 trofeos que coleccionó el mítico Pedro Ferrándiz. El Madrid, con Llull y Rudy como capitanes, emblemas y supervivientes en este recorrido, y con sustentos de lujo como Yabusele y Causeur aspira a sumar otro póster gigante a la tercera edad de oro de su enciclopedia reciente junto a los de 2015, en el Palacio, y 2018, en el mismo Belgrado.
En el Stark Arena llegó el décimo triunfo consecutivo del Madrid tras tres meses de crisis aguda y se rompió la secuencia hegemónica de Jasikevicius de 11 triunfos en los 14 clásicos previos. Los dos entrenadores apelaron en la víspera a la voracidad frente a la táctica, al hambre por encima del ajedrez. Sin embargo, la estrategia invadió la semifinal desde que Laso y Saras entregaron la plantilla con sus quintetos iniciales. El entrenador madridista se presentó sin referencia interior ante un Barça más clásico, sin Tavares ni Poirier en la alineación. Con Yabusele ejerciendo de cinco y Hanga y Deck preparando un hormigón que no tuvo tiempo de fraguar.
Los primeros minutos valieron por varias vidas y al Madrid se le vino el mundo encima con la lesión de Williams-Goss a los 52 segundos de partido. El base estadounidense se marchó al vestuario, entre ostensibles gestos de dolor y sin poder apoyar el pie derecho, y el impulso del conjunto blanco quedó bruscamente interrumpido. Del 8-14, al 19-16 poco antes de cerrar el primer cuarto, mientras los madridistas rumiaban su infortunio en su posición más debilitada (con Heurtel fuera y Alocén lesionado).
Con el paso de los minutos, Jasikevicius y Laso continuaron moviendo ficha con emparejamientos calibrados al milímetro. Mirotic templó con puntos y rebotes la efervescencia de Yabusele (10 puntos en los primeros siete minutos), y el partido se subió en una noria. Del parcial de 11-2 para el Barça, a otro de 1-9 para el Madrid abrochado por un triple de Rudy Fernández.
Pero en la batalla por controlar el ritmo, Calathes y Laprovittola comenzaron a mover al Barça, con el aporte energizante de Jokubaitis, y Abalde y Llull a sujetar a un Madrid tan aplicado como inestable. Mirotic vio las costuras del rival y, con cinco puntos consecutivos, hizo otro descosido en el marcador a favor de los azulgrana, con siete puntos de una tacada a los que Laprovittola sumó otros cinco (45-34, m. 20).
Encogido en ataque e inconsistente en la retaguardia, el Madrid coleccionó un puñado de pérdidas de balón que desataron la carrerilla del Barça y las dudas de los blancos. Apenas Deck sumó puntos a la hucha que había abierto Yabusele y el conjunto de Laso se fue quedando seco de juego y escalofriado en su lenguaje corporal. Enfrente, Mirotic y Laprovittola eran una factoría de optimismo (25 puntos entre ambos al descanso) tras el 26-15 de parcial en el segundo cuarto.
En la reanudación, el Barça siguió ejecutando su plan mientras el Madrid intentaba reconstruir el suyo a base de arrebatos individuales. Abalde remó del 47-34 (la máxima renta culé) al 47-41, pero los de Jasikevicius siguieron siendo más concretos, constantes y efectivos en ese tramo, con Mirotic siempre al frente. Sin embargo, el orgullo volvió a rescatar al Madrid para volver del más allá y la suficiencia volvió a complicar la vida a los azulgrana rumbo al diván.
Otra oda madridista a lo inverosímil. Apretando los dientes en defensa hasta afilar el colmillo en ataque, los blancos transformaron en apenas cuatro minutos de pasión el 54-43 en un 56-60 al término del tercer cuarto. Un parcial de 2-17 que abrió y cerró Causeur, con nueve puntos en un santiamén respaldados por un triple de Yabusele y otro de Llull. Una sacudida que desató la jindama en el Barça, que recibió 52 puntos en la segunda mitad.
Y mientras los azulgrana gestionaban a duras penas el miedo, el Madrid siguió sin mirar atrás, con Llull flirteando con la resurrección definitiva (61-68, m. 33). Intentó responder Mirotic, pero otro triple de Yabusele (el cuarto en seis intentos) consolidó el +7 como máxima renta madridista (66-73). Hasta que regresó también Laprovittola y, con dos triples consecutivos, aligeró de fantasmas la mochila azulgrana.
Davies falló dos tiros libres tras una falta en ataque de Poirier, pero Mirotic cogió el rebote y se llevó el clásico al territorio de los valientes (75-75 a 3m). Subió la apuesta Causeur con un triple y un robo a Laprovittola que completó el mismo al contragolpe (75-80). Todo en un suspiro, con dos minutos de thriller aún por delante. Calathes y Davies avanzaron sobre el alambre (79-80), Poirier arregló una pérdida de balón con un tapón sobre Laprovittola, y, en el siguiente viaje al aro, Deck rescató un rebote crucial que remató Llull: 79-82 a 21 segundos del final. No encontró la salida el Barça. El Madrid ya se había escapado rumbo a la final.
Jasikevicius: “Nos faltó profesionalidad y sacrificio”
Las palabras más altisonantes tras la victoria del Madrid en el clásico europeo de Belgrado las pronunció Jasikevicius. El técnico azulgrana incidió en que los 52 puntos encajados por su equipo en la segunda eran “inaceptables”. “Hay que defender y sacrificarse. Y a nosotros nos faltó ser profesionales y sacrificarnos. Es una enorme decepción para nosotros. Yo creo que somos mejor equipo pero no vamos a jugar la final, esa es la realidad”, sentenció el entrenador del Barça. “Había que tener más sacrificio, no regalar nada, y en el tercer cuarto hemos regalado todo. Hemos salido con cinco jugadores sin problema de faltas y no las hemos hecho. No hemos sabido parar sus contraataques”, incidió. “Nos pasa muchas veces esto. Así es este equipo, un grupo con talento… pero estando tan cerca de jugar otra final, te meten 52 puntos en la segunda parte. Esto no es serio. El año pasado perdimos la final, fue una derrota muy dura, esta puede ser la más dura. Esto tiene que doler mucho”, remató Jasikevicius.
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