El Barça femenino predica la prudencia

Las azulgrana buscan la semifinal de la Champions ante el LSK noruego y aspiran a llenar el Mini antes de hablar del Camp Nou

El entrenador del Barcelona, Lluís Cortés, y la portera Sandra Pañós. Enric Fontcuberta (EFE)

El Barcelona hizo historia en la Champions en la campaña 2016-2017. En realidad, reescribió su propia historia y se convirtió en el primer equipo español en alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones. El PSG le despertó con un global de 5-1. Sin embargo, desde entonces, la Champions femenina aparece como un reto para el Barça. Al menos, desde los despachos. Sobre todo, desde que el club elevó el presupuesto hasta los 3,5 millones, el más alto de España. “Exigimos títulos en el Barcelona femenino, no solo jugar bien”, subrayó Jordi Mestre, vicepresidente deportivo, después prescindiría de...

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El Barcelona hizo historia en la Champions en la campaña 2016-2017. En realidad, reescribió su propia historia y se convirtió en el primer equipo español en alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones. El PSG le despertó con un global de 5-1. Sin embargo, desde entonces, la Champions femenina aparece como un reto para el Barça. Al menos, desde los despachos. Sobre todo, desde que el club elevó el presupuesto hasta los 3,5 millones, el más alto de España. “Exigimos títulos en el Barcelona femenino, no solo jugar bien”, subrayó Jordi Mestre, vicepresidente deportivo, después prescindiría de Fran Sánchez. Cuando parecía que el Barça se hundía, el Wanda le dio una nueva oportunidad a las azulgrana, justo en el momento que vuelve el sueño de la Champions, en los cuartos de final ante el noruego LSK Kvinner (19.00, #Vamos).

Eliminado de la Copa, el Barcelona resucitó en LaLiga en el Wanda Metropolitano ante más de 60.000 espectadores, cifra récord para el femenino en el mundo. “Lo del domingo fue un partido único, ante un rival especial. La oportunidad ideal para cargarnos de moral de cara a la Champions y también para reengancharnos a LaLiga”, señalan desde el club. En el camino aparece el campeón noruego. Un hueso nada fácil de roer. “Es un equipo duro, fuerte, el mejor equipo de Noruega, con gran tradición de fútbol. Tiene ocho jugadoras en la selección, que es la última campeona del torneo del Algarve. No podemos cometer el error de confiarnos”, asegura Lluís Cortés, técnico del Barcelona.

Jugadoras del LSK Kvinner, en el Miniestadi. Alejandro García (EFE)

Le incomoda al vestuario del Barça la etiqueta de favorito ante el LSK, mucho más el considerarse aspirante al título. Los clubes franceses mandan en presupuesto y trayectoria, el Lyon apuesta con 20 millones por los 14 del PSG; le siguen los alemanes: el Bayern y el Wolfsburgo invierten entre siete y ocho millones. Su rival en cuartos, sin embargo, no gasta tanto dinero como el Barça. “No es una obligación llegar a la final”, subraya el técnico azulgrana.

Tranquilidad para ganar la Champions, también para jugar en el Camp Nou. “El otro día, lo del Wanda, sirvió de escaparate y se vio que el nivel del femenino es elevado. Pero para querer jugar en el Camp Nou, primero tenemos que llenar el Miniestadi”, concluyó Cortés.

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