Un Parlamento más poroso

La Cámara se parece a la sociedad en unos aspectos pero se distancia en otros relevantes

La fotografía social del nuevo Parlamento de Andalucía está compuesta por un hombre o una mujer de 47 años de edad media, nacida en Andalucía (88%), con título universitario (95%), docente (15%), profesional de las leyes (15%) o sin profesión conocida (15%) y sin experiencia parlamentaria (61%). Esta foto esconde particularidades importantes que conviene conocer.

Es el Parlamento con la mayor presencia de mujeres de la historia reciente (49,5%), aunque el esfuerzo realizado por los partidos arroja resultados desiguales: Izquierda Unida (60%) y Podemos (53%) concentran proporcionalmente ...

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La fotografía social del nuevo Parlamento de Andalucía está compuesta por un hombre o una mujer de 47 años de edad media, nacida en Andalucía (88%), con título universitario (95%), docente (15%), profesional de las leyes (15%) o sin profesión conocida (15%) y sin experiencia parlamentaria (61%). Esta foto esconde particularidades importantes que conviene conocer.

Es el Parlamento con la mayor presencia de mujeres de la historia reciente (49,5%), aunque el esfuerzo realizado por los partidos arroja resultados desiguales: Izquierda Unida (60%) y Podemos (53%) concentran proporcionalmente más mujeres que PSOE (49%), PP (48%), y Ciudadanos (44%). Está por ver si esta incorporación tiene su correlato en los órganos de poder del Parlamento. Aunque la edad media es de 47 años (similar a la andaluza), las diputadas son más jóvenes (44.5) que sus compañeros (49.5) y tienen menos legislaturas a sus espaldas.

Andalucía tiene un 7% de ciudadanos provenientes de otras comunidades, mientras que los inmigrantes nacionales están ligeramente sobrerrepresentados en el Parlamento (12%). El Partido Popular (94% de nativos) y Podemos (92%) son los que mejor reflejan esta línea divisoria, mientras que PSOE (87%), IU (80%) y Ciudadanos (67%) son los más porosos a la inmigración nacional. En este aspecto, como en el del género y la edad, el Parlamento refleja una imagen especular de la sociedad.

No ocurre así con las credenciales educativas de sus señorías: el 95% tiene título universitario, mientras que solo un 17% de ciudadanos ha ido a la universidad. Los grupos que tienen una proporción de universitarios mayor son Podemos y Ciudadanos, en cuya bancada casi todos tienen educación superior, mientras que PP (94%), PSOE (96%) e IU (80%) se ubican a cierta distancia. Todos sobrerrepresentan a los universitarios en comparación con la sociedad.

A diferencia de otras legislaturas, no existe una profesión dominante. Mientras que profesionales de las leyes y docentes congregaban en la novena al 43% de los diputados/as, en la décima, las profesiones están menos concentradas en estos dos caladeros tradicionales de vocaciones políticas: ambas suponen el 15% de diputados/as cada una, la misma proporción que los parlamentarios de los que no se ha podido documentar profesión ninguna antes de dedicarse a la política. Trabajadores y empleados (11%) son los más infrarrepresentados dado que son el 76% de la población activa. Existe cierta concentración profesional en los dos grupos nuevos. En Podemos, un 47% son docentes. La seguridad en el empleo (además del ADN del partido) y la afinidad electiva con el oficio de político puede explicar que el coste de dedicarse a la política les resulte menor. En Ciudadanos, el 22% son docentes y en la misma proporción encontramos al grupo de empresarios, directivos y autónomos. Un cuarto de los parlamentarios del PP no tienen profesión documentada (16% en el PSOE y 20% en IU), aunque los más numerosos son los profesionales de las leyes (21%). En el PSOE hay más dispersión profesional al repartirse las relativas a las leyes (13%), docentes (13%), trabajadores y empleados (16%, el grupo más numeroso).

El parlamento que se constituyó el pasado 16 de abril se parece más a la sociedad que lo ha elegido en algunos aspectos pero se distancia en otros relevantes. Esta convergencia con la sociedad (que se produce en España desde los 80) se debe a la presencia de grupos nuevos y a la renovación de casi todos los partidos. Un 61% de los diputados son noveles (la media de renovación en España es del 50% entre legislatura y legislatura), aunque el esfuerzo de renovación mayor es del PSOE (57%), seguido de IU (40%) y PP (39%). La renovación y la emergencia de Podemos y Ciudadanos augura un esfuerzo de aprendizaje y, probablemente, ineficiencias organizativas y de relación institucional que pueden resultar mitigadas si se tienen en cuenta dos aspectos. Primero, casi la mitad de la cámara (40%) tiene experiencia en un cargo de partido de nivel provincial o superior, siendo PP (54%) e IU (80%) donde tienen más peso (34% en el PSOE y alrededor del 25% en Ciudadanos y Podemos). Segundo, es posible que también ayude la experiencia municipal del 19% de los diputados (más en el PP, 27%, o el PSOE, 21%).

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Xavier Coller, Javier Moreno, Manuel Portillo y Emilio Rodríguez son miembros del grupo de investigación Democracia y Autonomías: Sociedad y Política de la Universidad Pablo de Olavide.

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