Mineros trabajando en una mina

La vuelta a la mina

España vuelve a abrir minas. La industria más histórica de la Península Ibérica, explotada ya por cartagineses y romanos, se resiste a desaparecer. Con la mítica mina de Riotinto a la cabeza, hay una veintena de proyectos en marcha para explotar cobre, wolframio, zinc, plomo o uranio. La crisis económica y el apoyo de las Administraciones juegan a su favor; en contra, las turbulencias del mercado internacional de los metales y las advertencias de quienes recuerdan desastres medioambientales como el de Aznalcóllar.

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  1. Capitulo 1
  2. Capitulo 2
  3. Capitulo 3
  4. Capitulo 4
1. El renacer de Riotinto
2. La fiebre metálica
3. La nueva guerra del wolframio
4. Los piratas argelinos

La fiebre metálica

Capítulo 2

Hay mucha humedad. Tanta, que a 25 grados tienes la sensación de que te aplastan 50 grados de temperatura. Luego está la sensación de confinamiento, la oscuridad, el agobio… No todo el mundo vale para trabajar en una mina subterránea.

Al empezar a bajar la rampa de seis kilómetros hacia el interior, hay que poner la radio en marcha y estar muy atento a todas las indicaciones luminosas; el tráfico de vehículos es continuo. Casi todo se hace con máquinas y queda poco trabajo físico; este es para los operarios que cargan el explosivo, un material peligroso que además desprende muchos vapores nocivos.

Los grandes camiones y las máquinas se mezclan con algunos todoterreno como el que conduce Manuel Martín. “Esto es muy distinto a una mina de carbón, donde hay sitios muy angostos, muy pequeños, y tienes que caminar mucho”, explica. “Aquí a casi todas partes puedes llegar con un vehículo como este, que es el mismo que uso para ir a casa”. “Esto” y “aquí” es la mina de cobre de Aguas Teñidas, en la provincia de Huelva, muy cerca del pueblo de Almonaster la Real. Una de las seis explotaciones de metal que hay en estos momentos abiertas en España.

En las entrañas de la mina

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En las entrañas de la mina

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A principios de los años sesenta eran más de 400, sobre todo, de hierro y plomo. Era casi el mismo número que de minas de carbón. Pero mucho antes de que el carbón entrara en fase terminal, sobreviviendo a base de subvenciones, la minería metálica dejó de ser rentable, simplemente porque en muchos otros lugares del mundo era bastante más barato obtener un mineral, encima, de más calidad. En 2005, después de una gran crisis en el sector por una sobreabundancia en el mercado del cobre, el número de yacimientos metálicos activos se redujo a solo tres.

  • Explotaciones de Hierro (Fe)
  • Explotaciones de Plomo y Cinc (Pb y Zn)
  • Explotaciones de Cobre (Cu)
  • Explotaciones de Wolframio (W)
  • Explotaciones de Oro y Plata (Au y Ag)
  • Explotaciones de Estaño (Sn)
  • Explotaciones de Carbón
  • Explotaciones de Mercurio (Hg)
  • Gráfico que muestra el número de trabajadores empleados en minería
  • Gráfico de producción de diferentes metales
  • Gráfico de producción de diferentes metales
  • Tabla: metales en España

Pero como el mundo de la minería va por ciclos, la curva de los gráficos en las bolsas cambió de dirección y volvió el interés por rebañar unos recursos que se habían quedado a medio explotar. Aquella de Aguas Teñidas fue la primera en reabrir, en 2007. Le siguió la de Cobre las Cruces, en Sevilla, en producción desde 2009 (esta es completamente nueva) y, más tarde, en 2011, se unió la de oro de Boinás, en Asturias. Completan la lista Aguablanca (en Badajoz, de níquel y cobre), Los Santos (wolframio en Salamanca) y La Insuperable (de estaño, también en Salamanca).

La mayoría están hoy a cielo abierto: se colocan cargas de explosivos, se hacen estallar y se va sacando el resultado en camiones hasta vaciar una montaña. Los vehículos bajan y suben por las pistas que se van haciendo en las laderas hasta crear un gran agujero que parece el molde boca abajo de una pirámide azteca.

Así que la de Aguas Teñidas forma parte de esa minoría de minas subterráneas. El proceso, aunque parecido, es algo más complicado. Se van haciendo túneles, rascando las paredes hasta conseguir el material. Entre los túneles se dejan paredes suficientemente gruesas como para que sostengan todo, para que no se desmorone la colmena. Al final, se tapan las galerías utilizando los desperdicios acumulados tras obtener el mineral que se busca.

Manuel Martín es ingeniero y ha trabajado en Aguas Teñidas entre 1997 y 2001 (cuando cerró temporalmente por la bajada del precio del cobre) y desde 2007 hasta hoy. Habla desde detrás de sus gafas de seguridad y bajo el casco con el frontal encendido, con la mascarilla colgando sobre el pecho, por si acaso hace falta, mientras conduce al visitante entre charcos y barro. Con el ruido de los respiraderos y los dientes de las máquinas de fondo. Admite que hay “mucho movimiento en el sector”. “Es verdad que esta fue la primera mina que reabrió en muchos años, pero ahora mismo hay muchas más. Esta misma empresa [MATSA-TRAFIGURA] está abriendo explotación en Sotiel; tenemos Mina Magdalena…”.

  • Trabajos en una de las galerías de la mina
    Trabajos en una de las galerías de la mina
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  • Un operario controla la máquina que abriendo nuevas galerías
    Un operario controla la máquina que abriendo nuevas galerías
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  • Martín muestra un coladero por donde cae el mineral hasta la cámara de transporte
    Martín muestra un coladero por donde cae el mineral hasta la cámara de transporte
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  • Rampa Santa Eulalia, por donde entran y salen los mineros de Aguas Teñidas
    Rampa Santa Eulalia, por donde entran y salen los mineros de Aguas Teñidas
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  • Los mineros se lavan las botas en un pilón al salir de la mina
    Los mineros se lavan las botas en un pilón al salir de la mina
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  • Transporte hasta las oficinas centrales de Aguasteñidas
    Transporte hasta las oficinas centrales de Aguasteñidas
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  • Maquinaria donde se procesa el mineral para obtenerlos concentrados
    Maquinaria donde se procesa el mineral para obtenerlos concentrados
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  • El ingeniero Manuel Martín, en el interior de la mina subterránea de Aguas Teñidas
    El ingeniero Manuel Martín, en el interior de la mina subterránea de Aguas Teñidas
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A finales de la década de 2010, las peticiones de investigación en busca de metales se empezaron a multiplicar. Una portavoz del Gobierno de Extremadura habla de “una avalancha de proyectos” para buscar oro, cobre, níquel, zinc, plomo, antimonio, uranio, wolframio, estaño y litio. Desde marzo de 2012, la Junta de Andalucía ha sacado a concurso 634 derechos que ocupan una superficie superior a las 421.000 hectáreas. La nueva fiebre del metal estaba servida en un contexto de crisis económica que iba inclinando la balanza a su favor, dibujando un panorama más que halagüeño para el sector.

Pero 2014 fue un año complicado en el mundo de la minería, sobre todo al final. La curva del gráfico se volvió a torcer, con cotizaciones de los metales en descenso por culpa del estancamiento de la economía en China, principal consumidor del mundo, pero también en Europa. A eso se sumó el desplome del precio del petróleo, que arrastró todavía un poco más a los metales. Muchos proyectos en todo el mundo empezaban a tambalearse, pues sus promotores, las junior mining companies (mineras junior) se quedaban sin dinero para seguir adelante.

Se trata de pequeñas compañías que se dedican, sobre todo, a la primera parte del negocio: buscar yacimientos explotables, hacer los estudios de viabilidad y conseguir los permisos (son muchos a lo largo del proceso) para venderlo o asociarse con una minera grande a la hora de ponerlo en marcha. Su proliferación fue una de las razones del despegue del sector en la segunda mitad de los años 2000 y numerosos especialistas destacan su importancia, porque se hacen cargo de la parte más arriesgada y amplían enormemente las áreas de búsqueda.

  • Cotización del Estaño (Sn)
  • Cotización del Hierro (Fe)
  • Cotización del Niquel (Ni)
  • Cotización del Plomo (Pb)
  • Cotización del Uranio (U)
  • Cotización del Zinc (Zn)
  • Cotización del Cobre (Cu)

Muchas veces sus proyectos no salen adelante, pero en el camino se mantienen recogiendo dinero de inversores a través de la bolsa (principalmente en la de Toronto), donde sube su cotización a medida que van consiguiendo esos permisos: con el de exploración, un poquito; con la declaración positiva de impacto ambiental, mucho más...

Sin ingresos por la explotación, dependen de su capacidad de convencer a los inversores de que habrá beneficio, ya sea por resultado real (ese mineral al final del proceso) o solo bursátil en el juego de compra y venta de acciones. Algunas de estas compañías “no tienen expectativas reales de desarrollar la mina”, dice un trabajo de 2007 de la ONG canadiense Mining Watch. “Se basan en las tendencias del mercado y aprovechan su entusiasmo con eficaces campañas de publicidad que les permiten reunir millones en acciones procedentes de ingenuos (o codiciosos) inversores para mantener sus programas de exploración”, añade. Así, cuando llegaron las vacas flacas, muchas de ellas empezaron a desaparecer.

¿Qué pasa en ese contexto internacional con los proyectos españoles? Algunos, sin duda, caerán, o aguantarán, moribundos, a la espera tiempos mejores.

Un buen ejemplo es la Mina de Lomero-Poyatos, en la provincia de Huelva. Una compañía canadiense y panameña, Petaquilla, recibió el permiso para reabrirla en noviembre de 2012. El proyecto preveía una inversión de casi 100 millones de euros con la que se crearían 140 puestos de trabajo directos y otros 250 indirectos. Pero fueron pasando los meses y entre los términos municipales de El Cerro del Andévalo y Cortegana apenas se veían una parte de los sondeos que se preveían hacer. Es decir, que la compañía no cumplió su parte del contrato para volver a sacar allí oro, cobre y plata, y la Junta de Andalucía decidió a finales del 2013 retirarle la concesión.

Pero a pesar de los fracasos, el entusiasmo del sector no decae. Hay una veintena de proyectos en marcha, algunos muy avanzados y otros en investigación, entre los que se vuelve a incluir Lomero-Poyatos; la australiana Kimberley Diamonds se ha hecho con el concurso por los derechos y ya ha comenzado a investigar sus posibilidades.

Ciclo vital de una compañía minera junior

“Nadie puede predecir los precios de los metales. Nunca ha sido posible y nunca lo será. Todo depende de lo que China e India hagan, y esas son cuestiones impredecibles. Yo sospecho que pasará una década antes de que veamos un aumento significativo”, dice Jack Cadwell, de la consultora canadiense RGC. Hay expertos más y menos optimistas con respecto al precio de los metales, sobre su estabilización o sus subidas. En todo caso, parece que aún queda margen. “Sigue habiendo una demanda y unos precios que permiten la rentabilidad de los buenos proyectos”, asegura Juan José Cerezuela, presidente de la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y Metalurgia (Confedem).

Así lo creen muchos más actores del sector, incluida la constructora Sacyr, que en su camino para diversificar el negocio se ha asociado con el fondo de inversión australiano Macquarie Capital para impulsar proyectos mineros de cobre, oro, estaño y wolframio. Prevén invertir entre 200 y 500 millones de euros; ya se han hecho con la mina de wolframio de San Finx, en Lausame (A Coruña), sin actividad desde 2013. Cerezuela calcula que en los próximos dos años “saldrán adelante entre 6 y 10 proyectos”.

De momento, continúa la lista de reaperturas: las minas onubenses de Sotiel y Riotinto, con todos los permisos ya en la mano, prevén empezar a producir mineral hacia el final del verano. La de La Parrilla, en Extremadura, que desde 2014 ya reaprovecha los residuos de las escombreras de la antigua explotación, tiene previsto empezar a sacar wolframio este año. Para 2015 también se espera la vuelta de las minas de Hierro de Alquife (Granada), aunque el proyecto presenta hoy síntomas de estancamiento. Y para el que viene, previsiblemente empezarán a funcionar la de wolframio en Barruecopardo (Salamanca) y la de cobre, zinc y plomo de Magdalena (Huelva).

Esta es de MATSA, filial de la holandesa Trafigura, que controla también Sotiel y Aguas Teñidas. A finales de 2014, decenas de operarios terminaban de construir los caminos que las conectarán; las instalaciones de Sotiel procesarán el mineral de todas ellas, las máquinas de solidificación de residuos harán lo mismo y las oficinas centrales están allí.

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  • Las voladuras
    Las voladuras En la minería a cielo abierto se van haciendo voladoras periódicas para conformar los taludes y, después, para obtener el mineral. En Cobre las Cruces se celebró recientemente la voladura número 1.000. En todas ellas se han empleado casi medio millón de kilos de explosivos y se han hecho 80.000 barrenos
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  • La maquinaria
    La maquinariaLas excavadoras van sacando el resultado de las voladuras: el mineral y las margas (las rocas que lo envuelven). Lo depositan en volquetes (camiones que tienen un compartimento extensible detrás). El equipo se completa con tractores, niveladoras y compactadores que hacen el mantenimiento de las pistas y los tajos
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  • El transporte
    El transporteLos volquetes transportan el mineral a la planta de procesamiento en la que se triturará y se someterá a procesos químicos para obtener el deseado cobre. También llevarán los residuos estériles para ser compactados y depositados en escombreras. Cobre Las Cruces sacó 17 millones de toneladas de mineral en 2014.
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  • Los electrolitos
    Los electrolitosLas Cruces completa en su planta el proceso hasta fabricar láminas de cobre; en muchas otras explotaciones venden el polvo de concentrado. En la imagen, las máquinas donde los electrolitos (resultado químico de disolver el mineral) se filtran y distribuyen en celdas. Tras siete días, se ‘cosechan’ las láminas, llamadas cátodos
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  • Los cátodos
    Los cátodosEl año pasado, Las Cruces produjo 71.000 toneladas de cátodos. Casi el 80% se vende en España; el resto se exporta a otros países como Italia, Portugal o Turquía. Acabarán convertidos en cables, generadores, transformadores eléctricos, en fachadas, revestimientos, tuberías o canalones
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  • Los residuos
    Los residuosAparte de las escombreras de residuos sólidos (que según los ecologistas no son tan sólidos y, por lo tanto, hay más peligro de fuga), la otra gran preocupación ambiental es la gestión del agua usada en el proceso. Cobre Las Cruces acumula varias sanciones y denuncias por contaminación de un acuífero.
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  • Los vecinos
    Los vecinosLas Cruces está en el término municipal de Gerena. Allí, el apoyo a la mina es muy mayoritario, gracias al empleo que ofrece y a los proyectos de su Fundación en toda la zona: Gerena, Salteras, Guillena y La Algaba. Impulsa iniciativas sociales y culturales y aportará seis millones de euros en cuatro años para construir infraestructuras.
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  • El gran agujero
    El gran agujeroImagen aérea de la corta de Cobre Las Cruces, en Gerena (Sevilla). La mayoría de minas no son subterráneas, sino a cielo abierto: se va excavando un gran agujero en la tierra para obtener el mineral. En el caso de la mina sevillana, el hueco final tendrá 1.600 metros de longitud y 900 metros de diámetro
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AA la hora de comer el trajín es continuo en la bocamina por la que entra y sale el personal (hay otra para los camiones cargados de mineral) de Aguas Teñidas. Se apean de los coches o las pequeñas furgonetas y se van metiendo en un pilón en el que se lavan las botas. De vuelta en las oficinas, recogerán las tarjetas que habían dejado en un gran panel con el que se controla en todo momento quién entra y sale de las galerías y dejarán los materiales de trabajo, justo al lado, en unas consignas. Solo entonces irán al comedor.

La empresa tenía en 2013 unos 500 trabajadores de plantilla, sin contar las subcontratas, a las que suman otras 100 de la reapertura de Sotiel y se sumarán 150 más con la Magdalena. Además, están los trabajos indirectos.

En las minas subterráneas las condiciones son más complicadas y, por lo tanto, hace falta más empleados. El proyecto de reapertura de de Aznalcóllar, en Sevilla, también es de mina de interior y promete 470 empleos directos y más de 700 indirectos. Eso, cuando se desatasque el proyecto, que hoy está parado por la investigación de presuntas irregularidades en el concurso de adjudicación.

La del empleo es la gran baza de las empresas para convencer a la sociedad: “la industria es la mayor generadora de empleo estable y de calidad”, sostiene Juan José Cerezuela, de Confedem. Y la razón principal del apoyo que distintas administraciones para apoyar esta industria. La Junta de Andalucía espera crear en este sector unos 10.000 empleos hasta 2020 en una comunidad que hoy está ahogada por un una tasa de paro del 33%.

Pero el apoyo institucional trasciende a los Gobiernos autónomos, para llegar hasta la Unión Europea, y trasciende a los puestos de trabajo que puedan crear las minas, porque del acceso a los minerales dependen, asegura la Comisión, más de 30 millones de empleos en la industria de todo el continente.