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La semana en que Gary Lineker puso contra las cuerdas a la BBC

Se aceleran las conversaciones entre el exftubolista y presentador y la dirección de la corporación pública para que vuelva a presentar el programa ‘Match of the Day’ el próximo sábado

Gary Lineker pasea a su perro este domingo en Londres
Gary Lineker pasea a su perro este domingo en LondresHENRY NICHOLLS (REUTERS)
Rafa de Miguel

El océano Atlántico se hizo este fin de semana increíblemente largo y proceloso para Tim Davie, el director general de la BBC. Se encontraba visitando las instalaciones de la corporación pública británica en Washington cuando estalló el caso Lineker, y desde allí tuvo tiempo de imponer una suspensión al exfutbolista y presentador, ver cómo surgía una rebelión interna y un agrio debate público por su torpeza, e intentar recomponer a toda velocidad el desastre que él mismo ha provocado. “No quiero entrar en muchos detalles sobre nuestras conversaciones. Gary Lineker es un presentador excepcional, el mejor en la profesión. Eso es indiscutible. Y para mí, un buen resultado de esta situación será que regrese a la antena”, aseguraba Davie en una entrevista en la BBC en Estados Unidos antes de regresar precipitadamente a Londres.

Lineker se dejaba ver este domingo por la mañana a las puertas de su residencia en la capital británica, cuando salía a dar un paseo con su perro Filbert. “No puedo decir nada”, explicaba a los periodistas que hacían guardia en la calle. Según informan varios medios británicos, las conversaciones entre Davie y los representantes del presentador se han acelerado en las últimas horas y todo indica que volverá a estar ante las cámaras el próximo fin de semana para presentar el popular programa Match of the Day (El Partido del Día). “¿Volverá a Match of The Day? Creo que sí, porque ama ese programa. Pero no se retractará nunca de sus palabras”, ha asegurado el hijo de Lineker, George, al diario tabloide The Sun.

El exfutbolista, presentador y estrella mediática había vuelto a enfurecer a los diputados del Partido Conservador y a muchos opinadores de la prensa de derechas con un tuit en contra de la nueva política de inmigración del Gobierno de Rishi Sunak. Comparaba el lenguaje empleado por la ministra del Interior, Suella Braverman, con el utilizado en la Alemania nazi de los años treinta. Braverman había descrito como una “invasión” la creciente llegada de inmigrantes irregulares a las costas británicas.

Llovía sobre mojado. Gary Lineker ya se había enfrentado con el universo tory en las redes sociales a cuenta del Brexit —estaba en contra—, o de las donaciones de oligarcas rusos a la formación política. Esta vez, creyó Davie, era necesario un pequeño escarmiento. El presentador fue suspendido de su puesto al frente del programa “mientras se discutía su uso de las redes sociales”. Aunque su condición laboral es de colaborador —con un contrato anual de 1,5 millones de euros— en el área de entretenimiento, y por tanto, no está sujeto a la reglas impuestas a los periodistas de la cadena, el propio Davie se inventó en su momento la llamada “cláusula Lineker”, consciente del predicamento que podía tener el presentador. La cláusula imponía a los colaboradores la obligación “de no tomar partido en las cuestiones partidistas o en las controversias políticas”.

No resultó tan fácil, sin embargo, intentar amonestar a Lineker. El exfutbolista no se retractó de sus comentarios. Y desató una ola de solidaridad que pilló desprevenida a la dirección de la BBC. Uno tras otro, los presentadores y colaboradores deportivos del ente anunciaban que no saldrían en antena, como muestra de solidaridad con su compañero. Match of the Day, una fórmula perfecta que durante años ha combinado el resumen de cada partido de la jornada con los comentarios de los analistas, se redujo a una breve emisión de 20 minutos con las mejores jugadas. Football Focus o Final Score, otros dos espacios deportivos populares de la cadena, debían ser reemplazados por programas enlatados de los archivos del ente.

La ola de simpatía de muchos aficionados, que llevaron a los estadios carteles de apoyo —”Estoy con Gary. Los inmigrantes son bienvenidos”— puso en alerta al Gobierno conservador, que en un principio había dejado a sus diputados incrementar las presiones sobre la BBC para que reprendiera a Lineker e incluso había jaleado la campaña. A través de un portavoz, el primer ministro Sunak tomaba distancia, elogiaba a Lineker como “un gran futbolista y un presentador de talento”, y aseguraba que se trataba de un asunto interno en el que el Ejecutivo no entraría, aunque “confiaba en que se resolviera lo antes posible”. El ministro de Economía, Jeremy Hunt, que había exigido a Lineker disculpas públicas por sus comentarios, ya no las pedía este domingo por la mañana, presionado por los periodistas, y también remitía la solución del asunto al criterio de la BBC.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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