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Mediaset prohíbe los comentarios políticos en los programas de entretenimiento

El grupo que preside Borja Prado da instrucciones para evitar que se hable de personajes como Rocío Carrasco o Bárbara Rey

Rosario G. Gómez
mediaset
Jorge Javier Vázquez, a la derecha, junto a varios colaboradores de 'Sálvame', en abril de 2022.Telecinco

La salida de Paolo Vasile de Mediaset, el pasado 1 de enero, ha propiciado un cambio de rumbo radical en los contenidos de los canales, especialmente en Telecinco y Cuatro, las dos principales ofertas del grupo gestionado por la familia del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. La nueva cúpula directiva, encabezada por su presidente, Borja Prado, y por el consejero delegado, Alessandro Salem, ha transmitido a toda la plantilla un catálogo de normas de obligado cumplimiento que prohíbe a los presentadores o colaboradores emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en los programas de entretenimiento. También impide a todos aquellos que participen en algún espacio de la cadena atacar o criticar a otro programa de Mediaset, a sus presentadores o colaboradores. Estas directrices son el primer paso en el plan de remodelación emprendido por el equipo de Prado, quien ha asumido desde principios de año labores de apoyo a la línea editorial de los informativos.

Estas normas —que según ha avanzado El Mundo forman parte anexo al Código ético de Mediaset aprobado en 2012 y actualizado en el consejo de administración de julio de 2019—, han entrado este lunes en vigor actualizadas ahora por la nueva directiva. A partir de ahora, las opiniones de corte político solo se podrán expresar en formatos de actualidad que cuenten con una sección específica, como ocurre, por ejemplo, en El programa de Ana Rosa. Pero estarán vetada en otros espacios de entretenimiento, como Sálvame, en el que los presentadores y colaboradores tienden frecuentemente a realizar comentarios de índole política y a criticar sin reparos a sus compañeros de plató. “Los programas de entretenimiento son eso mismo, de entretenimiento y, por lo tanto, sus presentadores y colaboradores deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa”, expone la directriz.

La cadena explica que desde que se aprobó, el Código ético es una normativa de obligado cumplimiento interno, que ha sido objeto de diversas modificaciones y actualizaciones “en función de los cambios experimentados en el contexto social y competitivo de la compañía, así como en la legislación que regula todas y cada una de las materias que son objeto de tratamiento del propio código y que vertebran la actividad del grupo audiovisual”.

El documento especifica que los conductores son responsables de lo que se exprese en sus programas y que deben detener de inmediato cualquier intervención que pueda dar lugar a una responsabilidad penal o civil para la cadena. Y hace constar que las sanciones en las que puedan incurrir determinados comentarios ya no recaerán en Mediaset, sino en la persona que los realice o en la productora que firme del programa. Especifica que ningún presentador ni colaborador podrá abandonar “en directo y sin causa justificada” un estudio y que, en caso de hacerlo, “se tendrá por definitiva a efectos contractuales”.

Además, queda prohibido que los colaboradores aprovechen su participación en los distintos espacios para la promoción de sus productos o su propia marca. A partir de ahora, cualquier manifestación publicitaria deberá ser comunicada previamente y por escrito a Publiespaña, la división de Mediaset encargada de la comercialización de los anuncios.

Estas nuevas normas se unen a la reciente comunicación remitida por la empresa en la que da instrucciones para que determinados personajes habituales de la crónica rosa, dejen de aparecer en las pantallas de Mediaset. Este ellos figuran Rocío Carrasco, Fidel Albiac, José Ortega Cano, Kiko Rivera o Bárbara Rey, muchos de los cuales son rostros habituales de Sálvame, el espacio que presenta Jorge Javier Vázquez. Algunos de ellos han proporcionado suculentos datos de audiencia durante la etapa en la que Vasile estaba al frente de Mediaset. El nuevo equipo directivo ha optado por sacrificar los resultados de audiencia en beneficio los contenidos, sacando de la parrilla los rifirrafes entre los colaboradores y los meros cotilleos sobre la vida de los famosos.

El Código ético es una guía de actuación tanto para empleados como para directivos y miembros del consejo de administración en todas sus relaciones profesionales. Y es de aplicación igualmente las personas físicas o jurídicas, como anunciantes, agencias de medios o proveedores, que mantengan cualquier tipo de relación con Mediaset. No es la primera vez que la compañía se ve obligada a reforzar sus normas para evitar la emisión de determinados formatos. Ya en 2004, en plena oleada de telebasura, Telecinco dictó un catálogo con 21 normas para suprimir aquellos contenidos consagrados al cotilleo sobre la vida de los famosos que pudieran vulnerar los derechos de los menores. En aquella ocasión, Vasile admitió que las reglas dictadas no respondían a “la línea editorial de la cadena, sino a la línea judicial”.

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