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Ander Puig, el fichaje trans de ‘Élite’: “Voy a recibir mucho amor y mucho odio”

El intérprete, conocido por ‘Ser o no ser’, da vida al primer personaje trans del éxito de Netflix

Ander Puig, en el Retiro de Madrid. Foto: INMA FLORES (EL PAIS) | Vídeo: EPV
Tom C. Avendaño

Una de las primeras escenas de la nueva temporada de Élite (Netflix) nos devuelve a los ya icónicos vestuarios masculinos del instituto Encinas. Esta vez, quien los usa es Nico, un chico trans cuya presencia semidesnuda en las duchas entre torsos de acero no cuestiona nadie: toda una declaración de intenciones en forma de imagen. “De hecho se le ve orgulloso de estar ahí, está chill, está tranquilo. Eso es potente, muy potente”, se ilumina Ander Puig (Barcelona, 21 años), quien da vida a Nico. Puig contaba hace solo unos meses una historia similar, una transición de género en el instituto, en Ser o no ser (RTVE). Unos meses antes de eso, era empleado en un kiosco de Barcelona.

Pregunta. Hace año y pico en un kiosco y ahora sale en revistas.

Respuesta. Yo era el tío que, te lo juro, cuando llegaban los países en la camioneta, los recogía, los ponía en el suelo y los empezaba a colocar en el estante. Es surrealista.

P. ¿Le da miedo que tanta gente se fije en usted? ¿Jóvenes trans sobre todo?

R. Quiero que pase. A mí también me dolió en la adolescencia cuando no estaba enfrentándome a mi tránsito. Siento que tengo una cierta responsabilidad hacia las personas trans… Pero también sé que valgo para actuar y espero que de algún modo Nico ayude a que la gente vea que un chico trans no solo puede hacer de chico trans sino ser simplemente un actor que hace una película que te gusta. Alguien que a lo mejor lo ves un día como una persona y ni te acordabas que era trans.

P. Habla de dolor adolescente. ¿Cómo lo afrontó usted?

R. Venía de un colegio un poco normativo. Empecé bachillerato artístico en Barcelona, donde nunca había estudiado y conocí a mucha gente muy diversa. Todo el mundo era quien era y le daba igual lo que pensasen de ellos. Ese ambiente me hacía feliz, me podía dejar ir, decir que me gustaban las chicas, vestir como quería… Y llegó un punto en el que me encontraba hasta mal. Había algo que no estaba haciendo y no entendía por qué. Yo sabía que era un chico pero, hostia, reconocerlo es también un reto…

P. Es el punto de inflexión.

R. Puedes saber que eres un chico trans y no elegir luchar por eso. A mucha gente le pasa. Es más cómodo. Eres más infeliz, pero eres más cómodo. Bueno, tienes placeres inmediatos pero no construyes nada, te pasas los años mustio. En mi adolescencia yo disfrutaba de las cosas. Me reía y tal, sentía placer… pero no me sentía bien. Y yo no quería eso.

Ander Puig, en el parque del Retiro el 4 de noviembre.
Ander Puig, en el parque del Retiro el 4 de noviembre. INMA FLORES (EL PAIS)

P. ¿Qué le dio el último empujón?

R. No me permitía, sintiéndome ya tan bien conmigo, no reconocer que era un chico, que tenía que cambiar mi vida… Pues lo dije. Saliendo de clase, dije que esto era lo que había. Intenté que mis compañeros empatizasen conmigo: llevaba un año con ellos y ahora hacía esto y les decía que me llamasen Ander, que lo agradecería si lo hacían. Es fuerte pero lo entendieron. Todos.

P. ¿Y nunca más dudó?

R. Es que desde pequeño sé que soy un chico porque me miraba al espejo y veía un chico. Después crecemos y nos amoldamos a lo que hay pero yo sentía que era una gran diferencia a lo que me había amoldado. Decidí derribar eso, volver a sentirme como en mis orígenes. Intentaba decirme “eres una chica” pero no, qué coño, no podía ni aunque quisiera. Fue un poco duro al principio porque cambió mucho mi vida. Tampoco es fácil ser un chico un trans.

P. En el primer capítulo, a su personaje le sueltan: “Tienes poca experiencia siendo hombre hetero”, una burrada que mucha gente diría hoy, incluso bienintencionadamente.

R. Hay gente que va confiada por la vida. Es una cuestión de ignorancia.

P. En el segundo capítulo ya se le ve practicando un señor cunnilingus con total soltura.

R. La idea era normalizar un poco el hecho de que un chico sea trans pero también hetero, que folla mucho y como le da la gana.

P. Es más fácil asimilarlo cuando se ve.

R. Mi generación y las cercanas están todo el rato con este tema: qué es un hombre, qué es una mujer, el género… Que Élite haga esto está bien porque lo van a ver: un tío trans que lleva este estilo de vida y que está seguro de sí mismo y que ellos también pueden ser así. Hay un cacao mental con este tema con los jóvenes que flipas.

P. En los adultos ni le cuento.

R. Ya. En la política no me meto mucho pero me entero.

P. Esta entrevista la van a leer un montón de TERF (siglas en inglés de feministas radicales transexcluyentes). ¿Le han preparado para la que se le viene encima?

R. Lo estoy bastante. Con Ser o no ser me abrí a explicar un poco mi experiencia porque sé que no hay muchos actores que sean trans que estén haciendo cosas. Ahora con Élite estoy un poco asustado… Voy a recibir mucho amor y mucho odio.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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