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Ocho mujeres denuncian abusos sexuales cometidos por el ajedrecista costarricense Alejandro Ramírez

La Federación de Ajedrez de EE UU conocía las acusaciones al menos desde 2021. Tres de las víctimas eran menores de edad cuando fueron acosadas

Luis Pablo Beauregard
Alejandro Tadeo Ramírez en un torneo de ajedrez en 2015
Alejandro Tadeo Ramírez en un torneo de ajedrez en 2015.Andreas Kontokanis (Creative Commons)

El movimiento Time’s Up (Me Too) alcanza al mundo del ajedrez. Jennifer Shahade, dos veces campeona de Estados Unidos, ayudó a que al menos una decena de mujeres dieran un paso al frente y denunciaran a una estrella del deporte, el gran maestro Alejandro Tadeo Ramírez. “Fui abusada por él en dos ocasiones, nueve y diez años atrás. Seguí adelante hasta hace un par de años, cuando múltiples mujeres, que no se conocían entre sí y que no conocían mi experiencia, se acercaron a mí para contarme sus historias de supuesto abuso”, escribió a mediados de febrero Shahade. El mensaje provocó un escándalo en el mundo del ajedrez. Ahora se ha dado a conocer que la Federación de Ajedrez de EE UU conocía algunos de estos señalamientos desde hace años y no actuó.

Las acusaciones han orillado a Ramírez, de 34 años, a presentar este lunes su renuncia al Club de Ajedrez de San Luis (Misuri), donde tenía entre sus responsabilidades ser el entrenador del equipo universitario. “Es claro que las investigaciones sobre las afirmaciones de comportamiento inapropiado han probado ser una distracción negativa para el club”, aseguró el jugador.

Su decisión llegó dos días después de que The Wall Street Journal lo buscara para conocer su versión sobre una la larga lista de abusos cometidos en contra de por lo menos ocho mujeres. Tres de estas eran menores de edad al momento de los incidentes. Una de ellas aseguró que Ramírez la obligó a beber vodka y después hacerle sexo oral. Ha sido entonces que la Federación ha comenzado a investigar las acusaciones, que llevan años escuchándose entre los pasillos de las competiciones de alto nivel.

La investigación publicada este martes por el periódico estadounidense señala que las autoridades de la Federación y el Club de Ajedrez de San Luis conocían las acusaciones contra Ramírez de manera oficial al menos desde 2021. Entonces, un abogado de la universidad mencionó en una carta los señalamientos que Shahade hizo en octubre de 2020 y que pesaban sobre el gran maestro, quien nació en Costa Rica y quien representa desde 2011 a Estados Unidos en las competencias internacionales.

A pesar de conocer esta información, la Federación nombró a Ramírez entrenador de la selección femenil estadounidense que compitió en los Juegos de Chennai, India, en 2022. La posición del gran maestro lo colocaba entonces cerca de mujeres, algunas de ellas menores de 18 años. En 2018, Ramírez fue el segundo en el equipo comandado por Fabiano Caruana, uno de los nombres más destacados del deporte, en el Mundial.

Otra de las presuntas víctimas de Ramírez, en un incidente ocurrido hace ocho años, cuando ella era menor de edad, aseguró haber advertido en 2016 a integrantes del Club de Ajedrez de San Luis que no era recomendable estar con Ramírez en una habitación a solas durante las fiestas. La madre de otras víctimas dijo haber denunciado en 2017 a las máximas autoridades del deporte en Estados Unidos.

“La universidad se toma todos los asuntos de acoso sexual y malas conductas de una forma muy seria y tiene políticas robustas y procedimientos para responder a las denuncias”, señaló la institución educativa en una respuesta a The Wall Street Journal.

Las versiones de las víctimas describen a Ramírez como un predador que acosaba a las mujeres, casi siempre en reuniones sociales o fiestas. Shahade, de 42 años, y quien también es gran maestra, afirma que uno de los dos incidentes que vivió con Ramírez ocurrió en 2014. Ambos habían acudido a un evento en San Luis, donde el gran maestro aprovechó que estaban solos en un cuarto cuando él la empujó contra una pared e intentó besarla a la fuerza. Seis años después, la campeona confrontó a su acusador cuando se iban a encontrarse para comentar una partida en un torneo juvenil. Ramírez acordó no participar en el evento tras una llamada con Shahade.

Otra de las víctimas que han dado a conocer su historia indica que en 2011 coincidió con Ramírez en un campamento dedicado al deporte. El centroamericano era uno de los instructores. Una noche, él le pidió si podía traerle pasta dental a su cuarto. Cuando ella acudió a su habitación, la empujó contra una encimera y comenzó a besarla a pesar de su resistencia. La niña tenía entonces 15 años.

Albert Watkins, el abogado que representa a Ramírez ante las denuncias, ha mostrado escepticismo ante algunas acusaciones. “Todos nos vemos obligados a hacer una pausa y reflexionar sobre el uso simultáneo, sin fundamento y tardío de las redes sociales para incitar a un llamado a las armas del Movimiento Me too”, ha señalado el letrado, quien cree que este tipo de acusaciones “va en contra de las salvaguardas constitucionales”.

Ramírez se convirtió en 2004, a los 15 años, en el primer gran maestro del ajedrez salido de Costa Rica. Decidió dedicar su carrera al deporte después de estudiar Diseño de videojuegos en la Universidad de Texas, en Dallas. Su exitosa carrera como ajedrecista lo hizo un destacado comentarista de esta disciplina. En 2022 presenció de primera mano otro de los mayores escándalos que han sacudido el mundo del blanco y negro. Ramírez entrevistó a Hans Niemann el jugador que derrotó sorpresivamente al campeón mundial noruego Magnus Carlsen, quien lo acusó de hacer trampas tras la derrota. Niemann confesó aquel día que había usado la ayuda de una computadora para mejorar su juego entre los 12 y los 16 años. Hoy es Ramírez el que protagoniza una polémica mayor en el mundo del ajedrez.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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