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Inteligencia artificial para atrapar a violadores

La Guardia Civil desarrolla una herramienta basada en un algoritmo que permite acotar las búsquedas y localizar a agresores sexuales

Detencion Guardia Civil
Un hombre de 38 años, vecino de la localidad sevillana de Dos Hermanas, detenido por la Guardia Civil al haberle sido intervenidos 350 vídeos de agresiones sexuales a menores de edad.Guardia Civil
Patricia Ortega Dolz

Los balances de criminalidad anuales elaborados por el Ministerio del Interior muestran unas gráficas ascendentes en los casos de agresiones sexuales, con un único declive en los tiempos de la pandemia. El último informe, publicado en 2022 y correspondiente a hechos ocurridos en 2021, recoge 17.016 delitos sexuales, frente a los 15.319 de 2019, 13.782 de 2018 y 11.692 de 2017. Cuatro de cada cinco de los registrados en 2021, 13.856, fueron abusos y agresiones sexuales. En 3.795 de estos casos hubo penetración.

Estos son de los que hay registro porque se denuncian, pero se estima que la bolsa oculta de violencia sexual está sobre el 90%, es decir, que nueve de cada diez agresiones nunca llegan a conocimiento de las autoridades. En España, según la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer del Ministerio de Igualdad, alcanza el 92%, solo ocho de cada 100 mujeres denuncian.

De los que sí se conocen, y como suele suceder con buena parte de los delitos en España, hay un alto nivel de esclarecimiento policial, del 80%. Sin embargo, ese 20% restante se convierte en un quebradero de cabeza y en una obsesión para los investigadores. “En la mayor parte de los delitos sexuales de personas mayores de 16 años, el agresor es desconocido por la víctima (68%), no existe relación previa entre ellos, principal dificultad para su localización”, señala el sargento Manuel Ramos, que presentó su tesis doctoral sobre el asunto en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense en 2022 (Perfil criminológico del delincuente sexual desconocido: análisis predictivo aplicado a la investigación criminal). También el último informe de Interior lo recoge en sus conclusiones: “En la mayoría de las victimizaciones, la relación es ninguna/desconocida”.

Tras cinco años de intenso estudio de cientos de casos y de su casuística, Ramos, junto a la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, ha desarrollado una herramienta basada en un algoritmo capaz de cruzar cientos de variables —previamente introducidas en su sistema— y de señalar, con arreglo a una serie de coeficientes probabilísticos, a potenciales sospechosos de agresiones sexuales cometidas y áreas en las que pueden encontrarse, de acuerdo a la información manejada en archivos policiales.

“Nos sirve para apuntar y arrancar una investigación, para priorizar y no empezar de cero, completamente a ciegas”, explica Ramos. “Después nosotros, psicólogos y criminólogos, aterrizamos los datos que aporta la máquina y los interpretamos sobre cada caso concreto”, dice. La herramienta, que aún no tiene ni nombre, está empezando a ser probada y a dar sus frutos, asegura. El sistema en cuestión es similar al que se creó para medir el riesgo de las agresiones machistas, aunque las variables y el objetivo sean otros.

El perfil genérico de ese delincuente sexual desconocido en España es el de un hombre de entre 30 y 40 años que reside relativamente cerca del lugar donde comete el hecho delictivo. Aproximadamente el 50% son españoles de origen y tres quintas partes de ellos poseen antecedentes policiales previos por la comisión de otros delitos, atendiendo a los datos estadísticos. Por otra parte, el perfil más frecuente de víctima es el de una mujer de entre 17 y 30 años.

“Tras comparar el perfil del agresor sexual español con el de otros países de nuestro entorno, vemos que aquí, en España, mayormente actúan de manera impulsiva, respondiendo casi siempre a una pulsión sexual, sin que exista un gran grado de planificación del ataque, que precisamente por eso muchas veces se ve frustrado por factores ambientales: testigos presenciales, reacciones inesperadas de la víctima, climatología, un evento con el que no contaba, un accidente...”, advierte Ramos.

El equipo que lidera el comandante Andrés Sotoca quiso profundizar mucho más para desarrollar una inteligencia artificial “predictiva” que pudiese ayudarles en sus investigaciones. De este modo, no solo perfilaron al tipo de agresores sexuales detectados en España, sino que también analizaron el tipo de agresiones sexuales que se cometen de manera más frecuente en el país, con el fin de analizar si podían establecerse correspondencias entre unos y otros. De este modo, con los datos recabados de aquella violencia sexual que sí se denuncia, llegaron a determinar cinco tipos de autores y cinco tipos de violaciones predominantes.

Los perfiles de los autores

Uno. Los que no tienen antecedentes previos ni infracciones administrativas, son extranjeros, son menores de 25 años o con edades comprendidas entre los 32 y los 40 años, y residen a más de mil metros del lugar de los hechos.

Dos. Hombres de nacionalidad extranjera con infracciones de tráfico que viven a menos de mil metros del sitio donde actúan y sin una edad determinada.

Tres. Españoles menores de 25 años que viven a menos de mil metros de su víctima y con antecedentes policiales (por hechos no violentos ni sexuales), aunque sin infracciones administrativas.

Cuatro. Españoles de entre 32 y 40 años con antecedentes violentos (no sexuales) e infracciones administrativas y que viven alejados del lugar de los hechos.

Cinco. Hombres con antecedentes por delitos sexuales que viven próximos al lugar de los hechos, sin problemas de adicciones y que son o menores de 25 o mayores de 40 años.

Los perfiles de las agresiones

Agresión con allanamiento. El crimen se comete dentro del domicilio de la víctima tras ser atacada súbitamente por el autor en el acceso a la vivienda, portal o cercanías del mismo. Se cometen sobre todo por la tarde o de madrugada, son ataques que no suelen llegar a consumarse por el contexto en el que se producen (con testigos y/o gritos) y pese a la violencia física empleada por el atacante.

Mediante engaño en el domicilio de autor. El agresor aborda a la víctima en la vía pública por la tarde o a primeras horas de la noche y, mediante algún tipo de engaño, consigue desplazarla hasta su propio domicilio. También por el contexto (testigos, gritos, situaciones inesperadas...), este tipo de ataque suele verse frustrado.

Acción súbita en ocio nocturno. En un local, el autor ataca repentinamente a la víctima, que está consciente pero bajo los efectos del alcohol y/o las drogas, y trata de controlarla con violencia física, pero las circunstancias impiden que consume la violación.

Ataque impulsivo en vía pública. El agresor ataca en la calle y sorpresivamente a la víctima en el contexto de su rutina habitual, causándole lesiones pero resultando frustradas sus intenciones.

Y con engaño en ocio nocturno. El agresor se aproxima a la víctima mediante algún tipo de engaño y la convence para abandonar el local donde se encuentran y la ataca cuando ha logrado desplazarla a un lugar en el que se siente seguro y donde viola a la víctima.

Conclusiones tras el cruce de datos

La conclusión a la que han llegado los investigadores tras analizar cientos de casos y cruzar ambas categorías (tipos de hechos y tipos de autores) entre sí, es sorprendente. Resulta que “el perfil del agresor extranjero sin antecedentes queda relacionado con el ataque súbito en ocio nocturno”. El perfil del “autor local sin antecedentes aparece más vinculado a los hechos cometidos con engaño en locales de ocio nocturno”. Además, deducen que los “autores locales con antecedentes policiales son los que más cometen las agresiones con allanamiento”, mientras que a “los extranjeros violentos se les relaciona con los ataques perpetrados con engaño en el domicilio del autor”. Por último, “suelen ser agresores sexuales locales los que cometen los hechos impulsivos en vía pública”.

La inteligencia artificial desarrollada por este equipo y que está siendo implantada ahora permite introducir todas esas variables indicadas, en función de los detalles que aporte la víctima, tanto las que tienen que ver con el autor como con la manera de perpetrar el hecho. ”Fue en una discoteca, de madrugada, habíamos bebido, se me presentó, me dijo que tenía 23 años, me acompañó al baño y allí me atacó”, por ejemplo. “Cuantos más datos puedan aportarse, más certera será la máquina, capaz de cruzar todas esas variables a la vez, e incluso de generar un mapeo, señalando zonas en las que pueden residir los posibles sospechosos”, advierte Ramos. “Y mejor podrá marcarnos el camino en busca del agresor sexual buscado”.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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