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Vila-real entrega la medalla de oro al colegio de los carmelitas sin mencionar las acusaciones de abusos contra dos de sus religiosos

Una docena de personas protesta en la calle contra la distinción, otorgada por el ayuntamiento socialista de la localidad castellonense

El prior de los carmelitas de Vila-real, David Oliver, entre el alcalde José Benlloch y el Presidente de la Generalitat Ximo Puig, recibe la Medalla de Oro de la ciudad.
El prior de los carmelitas de Vila-real, David Oliver, entre el alcalde José Benlloch y el Presidente de la Generalitat Ximo Puig, recibe la Medalla de Oro de la ciudad.ángel Sánchez
M. Fabra

EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.

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Sin ningún tipo de referencia a los casos de abusos destapados ni alusión al arrepentimiento o al perdón, el prior de la orden de los carmelitas de Vila-real, David Oliver, recogió este miércoles la medalla de oro de la ciudad. La distinción se ha otorgado, a propuesta del alcalde, José Benlloch (PSPV), por la implicación de la orden en la ciudad y su preocupación por “las injusticias”, tal como recoge el acta municipal de concesión del reconocimiento leída al inicio del acto.

En su intervención, el prior habló de los jóvenes y alumnos que han pasado por el centro y agradeció el trabajo de los docentes que “lo convirtieron en un lugar de encuentro”.

El pleno del Ayuntamiento de Vila-real aprobó en noviembre la concesión de la medalla dos meses después de que este diario destapara un caso de abusos en los años setenta, con cinco testimonios que acusaban a dos religiosos. La propuesta, planteada antes de la publicación del artículo, no se cuestionó pese a que la orden no ha dado ni explicaciones ni información sobre el caso.

Una decena de personas protesta este miércoles a las puertas del Auditorio de Vila-real durante la entrega de la medalla de oro a la orden carmelita de la ciudad.
Una decena de personas protesta este miércoles a las puertas del Auditorio de Vila-real durante la entrega de la medalla de oro a la orden carmelita de la ciudad.Cedida

Tanto el alcalde como el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, que acudió al acto, fueron increpados a la entrada y a la salida del auditorio municipal por una docena de personas que portaban una pancarta bajo el lema “No al abuso de menores. Las medallas para las víctimas, nunca para los abusadores”. Puig fue acusado, a gritos, de cómplice, mientras se coreaba: “Fuera pederastas de nuestras escuelas”. Entre ellos se encontraba Adolfo Martínez, coetáneo de los tres amigos que denunciaron abusos a manos del rector del centro, Francisco Armell Benavent, ya fallecido. En su caso, según cuenta, no fueron abusos sexuales pero sí físicos, que trató de denunciar entonces, en mayo del 76, ante la Guardia Civil, pero fue disuadido de que no lo hiciera. Martínez también es de la misma generación que el actual prior de los carmelitas de Vila-real al que reclama que pida perdón, que le den dignidad a la medalla recordando a las víctimas. Recuerda, al igual que lo hicieron sus compañeros, que, tras ser denunciado por un alumno en 1976, Armell fue apartado del centro.

Al margen de las protestas a las puertas del Auditorio, no hubo, en el interior, reproches ni críticas. Al contrario, la entrega de la condecoración fue aplaudida de forma sonora por un grupo de jóvenes que acudieron al acto. De la misma manera aplaudieron todos los componentes de la corporación pese a que Compromís se opuso a la decisión, alegando que no era el mejor momento para el reconocimiento y que era mejor esperar. El alcalde José Benlloch replicó durante el pleno de concesión del galardón que no había “ninguna prueba” de los abusos destapados y el portavoz de Podemos dijo preferir hablar “sobre hechos contrastados y juzgados”. También votaron a favor PP, Ciudadanos y Vox.

La orden guarda silencio pese a sus promesas de “transparencia total”. Estos casos son parte de los informes de este diario, con un total de 500 acusaciones, entregados a la Iglesia y al Defensor del Pueblo en 2021 y 2022. Los casos que han salido a la luz desde que EL PAÍS comenzó en 2018 su investigación de la pederastia en la Iglesia se elevan, por el momento, a 910 acusados con al menos 1.741 víctimas, según el recuento que lleva este periódico ante la ausencia de datos oficiales.

Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es. Si es en América Latina, puede escribir a abusosamerica@elpais.es

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