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El tranquilizador mensaje del organismo europeo de salud pública: “Las variantes que circulan en China ya están en la UE y no suponen un desafío”

El ECDC recomienda extremar la vigilancia por las lagunas de información, aunque no prevé un incremento de casos en el continente

Imagen de una vacuna frente al coronavirus situada delante de una bandera de la UE con la palabrá Ómicron. Foto: DADO RUVIC (REUTERS) | Vídeo: EPV
Oriol Güell

Las variantes del coronavirus que han sido detectadas hasta el momento en China ya han circulado previamente por Europa y, por tanto, no suponen una amenaza para la población del continente dada la elevada inmunidad alcanzada. Esta es la esperanzadora evaluación que hace de la información disponible el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), a cuyas conclusiones ha tenido acceso EL PAÍS.

Las variantes que circulan en China ya están circulando en la UE y, como tales, no suponen un desafío para la respuesta inmunitaria de los ciudadanos de la UE. Dada la mayor inmunidad de la población europea, así como la aparición previa y el posterior reemplazo en la UE de las variantes que circulan actualmente en China por otros sublinajes de ómicron, no se espera que un aumento de casos en China afecte a la situación epidemiológica en Europa. Esto se basa en la evaluación del ECDC hecha con la información obtenida”, sostiene un comunicado del organismo.

Las variantes de las que actualmente informa China, según el ECDC, son BA.5.2, BF.7 y BA.2.76. Además de los casos relacionados con viajes, también se ha detectado que las variantes BA.5.6, BA.4.6, BA.2.75.2, BM.4.1.1 y BA.2.3.20 están circulando en China. Ninguna de ellas es nueva o desconocida en Europa.

Este mensaje optimista debe tomarse, sin embargo, con un punto de cautela debido a que las autoridades europeas no confían en diponer de toda la información de lo que ocurre en China, ya sea porque las autoridades no la comparten o porque el sistema sanitario del país esté sobrepasado. Por ese motivo el Comité de Seguridad Sanitaria de la UE, reunido este jueves, recomendó a los Estados miembros aumentar la sensibilidad de los sistemas de vigilancia para detectar lo antes posible la irrupción de una posible nueva variante mediante el incremento de los recursos de secuenciación genética.

El ECDC lo ilustra con el siguiente apunte: “El número de casos en China alcanzó el máximo, con 28,61 casos por millón, el 2 de diciembre. En las últimas tres semanas, la incidencia ha disminuido, probablemente debido a que se están realizando un menor número de pruebas y por tanto se detectan menos infecciones”.

Las previsiones del organismo son que China registre “altos niveles de infecciones y una mayor presión sobre los servicios sanitarios en las próximas semanas debido a la baja inmunidad de la población y la relajación de las restricciones”.

Países como España, Italia y Estados Unidos han decidido, pese a esta información, imponer los primeros controles en los aeropuertos a los viajeros procedentes de China, a los que se pedirá una prueba diagnóstica negativa o el certificado de vacunación completado.

El temor principal es que pueda surgir una nueva variante con impacto sobre la evolución epidemiológica, ya sea porque tiene un mayor escape vacunal, es más contagiosa o provoca cuadros clínicos más graves. Lo que se quiere evitar es que, cuando se detecte una hipotética nueva variante, ya sea tarde y la nueva forma del virus esté tan extendida que sea imposible controlar su circulación, como ya ha ocurrido otras veces durante la pandemia.

Por este motivo, el ECDC asegura que, junto con los Estados miembros y la Comisión Europea, seguirá de cerca la situación y revisará las evaluaciones de riesgos en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en contacto con el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (China CDC) y organismos similares de todo el mundo.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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