_
_
_
_
_

El 45% de los matrimonios infantiles suceden en el sur de Asia, pero Priyanka Kumari Ram se salvó

Al ritmo actual de reducción de los casamientos a temprana edad llevará 300 años erradicar esta práctica en el mundo. La historia de esta nepalí de 14 años muestra las dificultades que enfrentan las adolescentes para cortar con la tradición

Matrimonio infantil
K. Goutami, de 17 años, se vio obligada a considerar propuestas de matrimonio por la presión familiar y las limitaciones monetarias, al haber fallecido su padre. Pero la madre fue disuadida y hoy la joven es una de las prometedoras estudiantes de medicina de su universidad, además de una inspiración para otras adolescentes de Jagamanda, India.ZISHAAN AKBAR LATIF (Unicef)
Alejandra Agudo

Hace unos cinco meses, un señor se presentó en casa de Priyanka Kumari Ram, de 14 años, que vive con sus padres y cinco hermanas en Durgwabhagwati, una comunidad rural muy al sur de Nepal, casi fronteriza con India. Aquel hombre quería verla para después negociar con su padre un matrimonio. “Me dijo que tenía que casarme. Que, como soy la mayor de cinco hermanas, y nuestra familia es muy pobre, si me casaba, la carga de cuidar del resto de mis hermanas sería menor. En ese momento sentí que eso estaba mal”, recuerda. Se resistió. “Les dije que no quería casarme tan pronto y les conté las consecuencias del matrimonio infantil, que había aprendido en una sesión de Rupantaran [un programa de sensibilización]”. Les habló de lo que una de las facilitadoras de esta iniciativa, impulsada por Unicef y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), le había enseñado: del riesgo para su salud de quedarse embarazada y dar a luz siendo aún una niña, de las oportunidades de las que se iba a ver privada, como estudiar. “Y de que era un delito”, resume. Tuvo una gran discusión con su familia, asegura, pero ellos no la escucharon.

A punto estuvo esta adolescente nepalí de convertirse en una más entre los 640 millones de mujeres y niñas en el mundo que fueron casadas durante su infancia, el 45% de ellas (290 millones) en el sur de Asia, según el último estudio de Unicef sobre este problema, publicado este mes de mayo. Le siguen África subsahariana (20% de matrimonios tempranos), Asia Oriental y Pacífico (15%) y América Latina y el Caribe (9%). Pero Kumari Ram lo evitó. Pidió ayuda a la instructora de Rupantaran (que significa transformación en nepalí), quien conversó con sus padres. “Les explicó por qué el matrimonio infantil es malo y les dijo que podrían incluso ir a la cárcel por ello”, rememora en un relato recogido por Unicef para este periódico. “Mi padre ha accedido a no seguir adelante”. Ahora, dice, comparte su historia porque se siente feliz de haberse “salvado” y desea acabar con esta práctica en su comunidad.

Los padres de Priyanka Kumari Ram, de Nepal (14 años), intentaron casarla con un señor mayor, pero ella se negó. Imagen cedida por Unicef.
Los padres de Priyanka Kumari Ram, de Nepal (14 años), intentaron casarla con un señor mayor, pero ella se negó. Imagen cedida por Unicef.

El casamiento de menores de 20 años está prohibido en Nepal (30 millones de habitantes) desde 2017. Antes, la edad legal era a los 18. Pese a la norma, cinco millones de niñas y adolescentes del país se enlazaron antes de los 18 (la edad que mide Naciones Unidas). De ellas, 1,3 millones lo hicieron antes de los 15 años. El caso de Kumari Ram muestra que los programas de sensibilización y apoyo funcionan, pero también ilustra las dificultades que enfrentan las adolescentes para evitar ser casadas a temprana edad. No todas son capaces de sortearlas. Las normas sociales y las tradiciones patriarcales pesan, en muchos casos, más que la ley. La situación de pobreza y vulnerabilidad, y un bajo nivel educativo, también.

El casamiento de menores de 20 años está prohibido en Nepal desde 2017. Pese a la norma, cinco millones de niñas y adolescentes nepalíes se enlazaron antes de cumplir los 18

“La capacidad de elegir libremente si casarse, con quién y cuándo es un derecho humano esencial”, recuerda la organización de derechos humanos Walk Free en su último índice sobre esclavitud moderna, publicado este 24 de mayo. “Cuando las necesidades básicas se ven amenazadas, las familias en apuros pueden recurrir a mecanismos negativos para sobrevivir. Los matrimonios forzados e infantiles se consideran prácticas que pueden reducir la carga económica de un hogar que vive en la pobreza extrema, proteger a los miembros vulnerables (principalmente los femeninos) de la familia de la violencia sexual, garantizar el acceso a recursos críticos y limitados, y garantizar el futuro de los niños en tiempos de crisis”, dice el informe.

Los datos publicados a principios de este mayo por la ONU revelan que en la lucha global contra este flagelo hay una buena noticia y otras malas. La primera es que la práctica del matrimonio infantil ha disminuido en todo el mundo. “En la actualidad, una de cada cinco jóvenes de entre 20 y 24 años se casó siendo niña, frente a casi una de cada cuatro hace 10 años”, destacan los autores. Sin embargo, advierten que al ritmo actual de progreso, la humanidad tardará 300 años en eliminar los casamientos tempranos, objetivo que se había marcado para 2030.

El matrimonio infantil es un delito social y destruye la vida de los adolescentes
Priyanka Kumari Ram, 14 años. Nepal

Y los avances, agregan, han sido desiguales. De hecho, el progreso se ha visto impulsado predominantemente por India, aunque este país sigue albergando el mayor número de niñas casadas del mundo (un tercio del total). Los avances también son evidentes en países muy poblados en los que esta práctica ha sido históricamente común, como Bangladés y Etiopía, subraya la ONU. Y asimismo, otros más pequeños con niveles más bajos de matrimonio infantil se acercan ahora a su eliminación, como Maldivas y Ruanda. “Las experiencias de estos países ilustran que es posible avanzar en diversos entornos”, señala el informe. Por contra, África Occidental y Central, así como América Latina y el Caribe, apenas han mejorado e incluso han experimentado retrocesos.

Kumari Ram tiene claro cómo va a actuar en su entorno. “El matrimonio infantil es un delito social y destruye la vida de los adolescentes”, afirma. “Quiero iniciar una campaña en mi comunidad para que todo el mundo lo sepa”. La joven planea investigar casos de matrimonios concertados con niñas para ir a hablar ella misma con las familias para que “reconsideren” su decisión. “Me reuniré con el presidente del distrito y le pediré que se manifieste en contra. Me reuniré con mis amigas para concienciarlas”, trama. Tiene un mensaje muy claro: “Quiero decirles que, aunque estén casadas, no tengan hijos hasta pasados tres años. Que utilicen anticonceptivos. Y que, por favor, casen a sus hijos solo después de los 20 años”, concluye.

Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_