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Pueblos indígenas
Tribuna
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“Si nuestra tierra, nuestro bosque desaparece, ¿qué será de mi pueblo?”

Un indígena del Territorio Arariboia, en Brasil, pide apoyo urgente para su gente, pobladores de distintas etnias: “El Gobierno solo habla de agro: agro es esto, agro es eso, agro es desarrollo, agro es todo para ellos. No para nosotros”

Tainaky Tenetehar, miembro de la Tierra Indígena Arariboia, en Maranhão.
Tainaky Tenetehar, miembro de la Tierra Indígena Arariboia, en Maranhão.Survival International

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Mi nombre es Tainaky Tenetehar y soy del Territorio Indígena Arariboia de Maranhão, en Brasil. Soy uno de los Guardianes de la Amazonia y envío estas palabras hoy porque necesitamos apoyo urgente. Estamos siendo invadidos y destruidos por madereros, cazadores y agricultores. Nos damos cuenta de que nuestra tierra está siendo gravemente dañada por esta situación. Vemos cómo nuestra cultura está desapareciendo gradualmente.

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En nuestro territorio viven miles de indígenas de la etnia tenetehar, también conocida como guajajara. Además de nosotros, Arariboia también es el hogar de nuestros parientes awá aislados. Hay decenas de indígenas que viven en el corazón de nuestra tierra. Los pueblos indígenas aislados son las personas más vulnerables del planeta. Sin su bosque, los awá serán exterminados.

En las operaciones y patrullas de los Guardianes, deambulamos por días en el bosque en busca de madereros ilegales, quienes durante décadas han invadido las tierras que protegemos en busca de ipê, jatobá, copaíba y coumaru, entre otros árboles. Identificamos a los invasores, destruimos sus campamentos y los expulsamos de nuestra tierra.

Pero estos leñadores están armados. Constantemente recibimos amenazas de muerte de la poderosa mafia maderera. Cinco de nosotros ya hemos sido asesinados. En 2019 asesinaron a mi primo Paulo Paulino Guajajara e intentaron matarme a mí también. Todavía tengo una bala en la espalda.

Y nos preocupa el futuro de nuestros hijos e hijas. Dentro de 10 años, de 15, nuestros hijos, nuestras nietas: ¿qué será de estos niños si continúa la invasión y destrucción de nuestra tierra? Si nuestro bosque desaparece, ¿qué será de mi pueblo, de nuestra cultura? ¿Qué será de la próxima generación que llega?

Porque si no tenemos nuestro bosque, nuestros guerreros se irán. Se acabará todo, se acabará la lluvia, se acabará el aire limpio y la salud, porque nuestra salud es también parte del bosque, está en los árboles, en los frutos. De ahí la obtenemos.

Para nosotros, nuestra tierra es sagrada. Para ellos, nuestro bosque es feo, no produce nada. “El indio no produce, el indio es holgazán”. “El indio no se desarrolla” ¿Por qué vamos a desarrollarnos si ya estamos desarrollados a nuestra manera?

Tainaky Tenetehar, de la Tierra Indígena Arariboia, acompañado por Paulo Paulino Guajajara (centro) y el coordinador de los Guardianes de la Selva, Olimpio Guajajara (derecha).
Tainaky Tenetehar, de la Tierra Indígena Arariboia, acompañado por Paulo Paulino Guajajara (centro) y el coordinador de los Guardianes de la Selva, Olimpio Guajajara (derecha).Survival International

Los blancos suelen decir que la sociedad brasileña tiene que desarrollarse para mejorar. ¿Cómo mejorar de esta manera? El Gobierno ni siquiera se preocupa por su gente. Un país bombardea al otro, deja que sus otros parientes mueran de hambre, de sed. Pone a sus habitantes a vivir en la calle, tirados, comiendo basura, bajo los puentes. Niños muriendo sin nada que comer. ¿Qué Gobierno es este que ni siquiera mira por los familiares de uno?

Y quieren imponer su estilo [de vida] entre nosotros. No lo aceptamos. Cada uno vive el camino de su nación, de su pueblo. Nosotros no queremos hacer que cambien su cultura. ¿Y por qué no nos dejan tranquilos, viviendo a nuestra manera? Eso es lo que queremos, solo vivir en paz, sin guerra con ellos.

Quiero pedir a quien lea mis palabras, al mundo entero, que sea sensible con nuestra forma de vida, porque esta es nuestra forma de cazar, de cantar, es nuestra cultura, nuestra propia lengua. Tenemos derecho a vivir en paz, libres, a caminar, a ir y venir dentro de lo nuestro, dentro de nuestro bosque. Sin él, no sobreviviremos.

Nuestra tierra tiene vida, mucha vida. Una simple hormiga que camina por esta tierra, una serpiente, un lagarto, esa es nuestra vida, este es el equilibrio de nuestro bosque. Cada insecto en el arbusto tiene una función, tiene una función aquí en la tierra.

Nuestros parientes awás aislados no quieren tener contacto ni con los karaiw [no indígenas] ni con nosotros. Porque, si se ponen en contacto, enfermarán. Una simple gripe, un pequeño resfriado para ellos es una enfermedad muy grave que no pueden resistir. Y no queremos que eso suceda.

Los gobiernos piensan que hacemos uso de nuestra tierra solo para nosotros. Pero no es así. Porque, en realidad, este es el pulmón del mundo

Fue con esta preocupación, con el fin de defender nuestra tierra, que comenzamos a pensar en qué hacer para al menos reducir este impacto tan grande sobre ella. Entonces los jefes decidieron crear la organización de los Guardianes de la Amazonia, porque ya estábamos cansados de esperar tanto tiempo al Gobierno brasileño que no cumple con su responsabilidad de proteger e inspeccionar la tierra, de defender el medio ambiente. Porque sin el medio ambiente no sobreviviremos. Porque para nosotros nuestra tierra es nuestra madre. Madre Tierra. Nuestra madre tierra que nos lo da todo. Y no solo a nosotros.

A menudo, los gobiernos piensan que hacemos uso de nuestra tierra solo para nosotros. Pero no es así. Porque, en realidad, este es el pulmón del mundo, no solo aquí en Brasil. Este pulmón se está manchando aquí, ya duele, ya hay una marca de herida en el pulmón. Y no queremos que esta enfermedad progrese. Porque, para nosotros, es un cáncer que está destruyendo nuestro bosque. Es nuestra preocupación, que la invasión aumente, que venga el ganado, que venga la soja. No queremos eso.

El Gobierno habla de agro (agricultura): agro es esto, agro es eso, agro es desarrollo, agro es todo para ellos. No para nosotros. Nuestro “agro” es nuestra casa, nuestro bosque. Siempre digo que nuestra riqueza está aquí en la tierra. Esta es nuestra nueva granja. Nuestro aire fresco, nuestra lluvia. Sin eso, somos pobres. Más pobres que cualquiera.

Para el Gobierno, la riqueza es la soja, la caña de azúcar, el buey. El blanco piensa así, pero nosotros no. El dinero para nosotros no puede comprar la vida de nadie. No compra la vida de una familia, no compra la vida de un niño. No compra la vida de una pieza de carne. No hay dinero en el mundo que pague eso.

No puedo demostrar que me duele el corazón, que estoy llorando por dentro

Nuestra tierra está rodeada de tierras de karaiw [no indígenas]. Hay alcaldes, hay policías, hay líderes de asentamientos, concejales. Pero a pesar de tantos políticos, creo que no se dan cuenta de que existimos, somos personas, tenemos vida. Por eso es tan importante el trabajo de los Guardianes de la Amazonia. Estamos monitoreando, investigando, hablando con los invasores para que ya no vengan a invadir nuestra tierra. Pero no nos respetan. Esta tierra es nuestra, esta tierra tiene dueños. Cuando un indígena expulsa a un maderero o un cazador o un invasor que está plantando cultivos en nuestra tierra, lo denuncian en la ciudad y el tribunal acepta su solicitud y envía una orden de captura contra el pueblo indígena.

Por eso pedimos la ayuda de todo el mundo para presionar al Gobierno brasileño para que cumpla con su papel de reconocer nuestra tierra, de protegerla. Nuestra zona ya está demarcada, ya está homologada, pero aun así los blancos no la respetan.

Me siento muy triste, pero al mismo tiempo una energía me recorre, que me dice que no puedo estar triste. No puedo demostrar que me duele el corazón, que estoy llorando por dentro. Con toda esta dificultad, la invasión, la tristeza, la enfermedad que traen los karaiw a nuestros familiares, tenemos que seguir resistiendo, hasta el último guerrero. Mientras tengamos un guerrero en el bosque, no nos rendiremos.

Seguiremos luchando incluso sin el apoyo del Gobierno. Lucharemos hasta el final. Hasta el fin. Mientras haya un niño o una niña pequeña que podamos defender, allí estaremos.

Para leer y/o apoyar el llamamiento global de los Guardianes de la Amazonia, pincha aquí. Este artículo ha sido publicado también en portugués en EL PAÍS/Brasil

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