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El problema de Ángela Rodríguez

Su gesto pone de manifiesto que uno de los partidos más importantes para asentar una mayoría de izquierdas en nuestro país tiene serios problemas para anteponer los intereses de la mayoría sobre los intereses personales

Intervención de Ángela Rodríguez Pam en el 'podcast' de Podemos.
Nuria Labari

Que una secretaria de Estado de Igualdad bromee con la salida “de violadores a la calle” después de que varios tribunales hayan reducido la pena impuesta a agresores sexuales de menores en aplicación de la ley del solo sí es sí es una frivolidad lamentable. Que cuando se señala su error (desde la oposición y desde el Gobierno) su respuesta consista en subir a Twitter un vídeo donde se declara víctima del machismo imperante es problema político que urge atender y cuyas consecuencias tendrán un largo recorrido. “Lamentablemente, las feministas estamos acostumbradas a que mucho de nuestro trabajo queda reducido a bulos, noticias falsas y manipulaciones que ridiculizan y tergiversan las políticas de igualdad”, ha declarado la Ángela Rodríguez, la número dos de Igualdad.

Y digo que es un problema político grave porque está directamente relacionado con la gobernabilidad de nuestro país. Sucede que existe un partido político, Unidas Podemos, que ha demostrado en numerosas ocasiones la excelencia política a la hora de representar los intereses de la mayoría. En este sentido, la ley del solo sí es sí, fue un avance importante a la hora de garantizar la libertad sexual de todas y todos y situó por primera vez el consentimiento en el epicentro del tipo penal.

El problema apareció cuando la aplicación de dicha ley acusó inconsistencias indeseadas, en concreto la rebaja de penas a agresores sexuales, que evidentemente es preciso corregir y atajar. A partir de este momento, la consistencia democrática de Unidas Podemos empezó a hacer aguas. Porque una vez más, y cumpliendo con la tradición de este partido, sus responsables se mostraron incapaces de defender los intereses de la mayoría una vez que entraron en conflictos con sus intereses personales. Irene Montero estuvo muy torpe acusando a jueces y fiscales de interpretar mal la ley en vez de reconocer sus defectos formales. Claro que, en paralelo, la ultraderecha española se ocupó de someter a un acoso permanente e inaceptable a la ministra de Igualdad. Una persecución machista que no ha tenido que ver con esta ley ni ninguna otra sino con una violencia política organizada que solo puede ser condenada con firmeza por cualquier demócrata. Precisamente porque los intereses de Irene Montero —el derecho al honor y a la libertad de expresión— coincidían con los de la mayoría en este sentido.

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Pero ahora la trama política de la ley del sí es sí ha dado otra vuelta de tuerca. Y resulta que cuando Ángela Rodríguez comete un error que debe rectificar, decide no hacerlo. Elige de nuevo anteponer sus intereses (su reputación) a los de la mayoría (el respeto a las víctimas de abusos sexuales en nuestro país). Y lo que es peor, Rodríguez se permite explicar en un vídeo que no necesita disculparse porque ella es feminista. Pues bien, más allá del esperable ruido mediático y político, sucede que este gesto pone de manifiesto que uno de los partidos más importantes para asentar una mayoría de izquierdas en nuestro país tiene serios problemas para anteponer los intereses de la mayoría sobre los intereses personales. Escucho las declaraciones de Rodríguez y me pregunto ¿qué pasaría si en las próximas elecciones generales lo mejor para las lideresas de Unidas Podemos no fuera lo mejor para la mayoría de la izquierda? Como recordarán esta pregunta ya tuvieron que responderla los líderes masculinos de Unidos Podemos. Y el error fue monumental. Ojalá ser feministas sirva de algo en las próximas elecciones. Empecemos, por ejemplo, por aceptar que lo mejor para el feminismo no es lo mejor para la secretaria de Estado de Igualdad. Las ideas representan movimientos igual que el poder representa nombres propios. Y no se confundan: el vídeo de Ángela Rodríguez responde antes a su apellido que a sus convicciones.

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Sobre la firma

Nuria Labari
Es periodista y escritora. Ha trabajado en 'El Mundo', 'Marie Clarie' y el grupo Mediaset. Ha publicado 'Cosas que brillan cuando están rotas' (Círculo de Tiza), 'La mejor madre del mundo' y 'El último hombre blanco' (Literatura Random House). Con 'Los borrachos de mi vida' ganó el Premio de Narrativa de Caja Madrid en 2007.

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