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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

España va mal, los españoles bien

El barómetro del CIS refleja que la situación económica del país no marcha para el 69%. Sin embargo, el 63% opina que su situación personal es buena o muy buena

Un bar del parque del Retiro de Madrid, con numerosos clientes, el pasado julio.
Un bar del parque del Retiro de Madrid, con numerosos clientes, el pasado julio.Alfredo Arias
Manuel Viejo

Qué semana. El rey Carlos III —Carlos Tintero, según Carlos Alsina, con aire insigne, según Víctor Manuel— lleva solo siete días y ya se le ve el plumero. Pero vayamos a nuestra querida España, esa España nuestra. El otro día preguntaron a los españoles en el barómetro del CIS que cómo calificarían la situación económica general de la patria. Fueron a pillar. Había cuatro opciones: muy mala, mala, buena o muy buena. La mayoría contestó que, por favor, qué pregunta era esa si la cosa ―no hay más que verlo en las tertulias― está en un estado crítico. Resultado: situación mala para el 43% y muy mala para el 26%. Por la opción de buena ―siempre hay tiquismiquis en todas las casas y más con estas preguntitas― se decantaron el 19%. Y por la de muy buena, el 0,07%. Vamos, que aquí solo respondieron los que portan la banderita de España en la muñeca. Curiosamente, esta pregunta iba seguida de otra. Guiño, guiño.

Conocida la sensación de cómo iba el barco en alta mar, tocaba ver entonces cómo estaban los camarotes de los españoles. “¿Y cómo calificaría usted su situación económica personal en la actualidad?”, interrogaron inmediatamente del CIS los muy sibilinos. Sorpresa, sorpresa, una noche más. Los mismos que antes habían dicho que todo era feo, horrible, y con marejada ―hay que recordar que el 69% opinó que España estaba entre mal y muy mal— pues contestaron ahora que una cosa era el país y otra muy distinta los que viven en el país. Obvio. Si España va mal, los españoles van bien: de manual. El 59,1% dijo que su situación económica era buena e incluso un 3,9% refutó que, hombre, por favor, muy buena. Total, si España está en caída libre, mejor para los españoles. Los que estaban tocados, eso sí, (situación mala) el 19,7%; y muy mala, el 5,8%. El colmo fue la tercera cuestión. El CIS fue con todo: ¿Y entonces cuál es el principal problema de España, según usted? Falto añadir un “eh, eh, ¿cuál es?”. La mayoría dijo que la crisis económica, claro. ¿Cuál va a ser?

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Efectivamente, luego la gente se pregunta que por qué el diputado Alberto Casero se equivoca siempre cuando dan dos o más opciones. Que pongan una y listo. No todos los políticos son iguales. Ojalá ser su inquilino. Hay que recordar que la primera vez el PP dijo que el fallo de Casero se debía a un ataque informático. Esta vez, por lo que sea, ha habido silencio. ¿Qué habrá sido? A saber. Si la izquierda en Madrid es lista, debería proponerlo como candidato de unidad. Que el CIS tantee el asunto para el barómetro de octubre.

Las tres preguntas sobre el estado general y económico patrio generaron tal catarata de comentarios en la red del pajarito que, una vez más, debería de ser de pago. “¿La diferencia entre la percepción propia y la percepción publicada en qué apartado la metemos?”, se preguntó el que fuera diputado en el Congreso por Iniciativa Per Catalunya Joan Coscubiela. La mayoría de las respuestas atizaban a las televisiones, radios y periódicos. Vamos, que esto no lo verán en los medios: “La influencia de los medios. Óleo sobre lienzo”, apuntó uno con el pantallazo de la encuesta a modo de cuadro del Museo del Prado. Otros explicaron este gran dilema del España va mal, pero a los españoles bien, con uno de los epitafios de Mariano Rajoy: “Cuanto peor, mejor para todos, y cuanto peor para todos, mejor; mejor, para mí, el suyo beneficio político”. Qué tiempos. Repetirlo dos veces sin equivocarse tiene premio. Acertar quién será M. Rajoy más aún. Pero eso ya es otra historia.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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