Checo Pérez se luce y gana el Gran Premio de Arabia Saudí

Checo Pérez vuelve a vestirse de héroe. El piloto mexicano ganó el Gran Premio de Arabia Saudí, la quinta victoria en la Fórmula 1, gracias a un fin de semana de ensueño al ganar la pole position, mantener a raya a Fernando Alonso y superar, por fin, al bicampeón Max Verstappen. Pérez ha dado el mensaje a Red Bull de que también sabe lo que es ganar. El de Guadalajara, además, se consolida como el especialista de lujo en las pistas callejeras como la de esta vez, Azerbaiyán, Mónaco y Singapur. “El equipo estuvo trabajando muy duro durante el fin de semana, tuvimos muchos problemas mecánicos. Seguiremos presionando, fuimos el coche más rápido en la pista”, contó Pérez. El podio lo completaron Verstappen y Alonso, a quien le habían retirado del podio y luego los comisarios dieron marcha atrás.

Pérez había tenido un fin de semana de alegrías al meterse entre los primeros tres lugares de los mejores tiempos. La gran alegría para el mexicano fue quedarse con la mejor vuelta en la clasificación ayudado de la desgracia de Verstappen, quien se atascó en la tercera velocidad y su auto no dio a más. Pérez sacó la cara por Red Bull para arrancar primero este domingo, en la pole position, en la pista de Yeda. Era la segunda vez que obtenía la posición de privilegio en 13 años en la Fórmula 1, la primera fue, de hecho, en este mismo circuito el año pasado. El arranque era una prueba de supervivencia frente al renacido Fernando Alonso y George Russell. El mexicano tuvo una mala salida y le dejó el espacio a un Alonso agresivo. El español, sin embargo, cometió una infracción en la arrancada al estar mal acomodado, lo que le valió para un castigo de cinco segundos de espera cuando saliera a los garajes. Era un respiro para Checo Pérez que estaba detrás.

En la vuelta cuatro, el chico consentido de los Slim le arrebató el liderato a Alonso. A partir de este punto, la misión para el piloto de Red Bull era abrir brecha con el Aston Martin. Pérez tenía detrás a un dos veces campeón de la Fórmula 1, un tipo que se retiró en 2019 y dos años más tarde salió de la jubilación. Mientras el mexicano se escapaba y escapaba, Verstappen adelantaba rivales como si no hubiese un mañana desde la decimoquinta posición.

En el giro 18 comenzó el drama. El Aston Martin de Lance Stroll tuvo que ser apagado en la pista debido a un problema con los frenos. Eso desencadenó que hubiese un safety car. Pérez cambió de neumáticos, también Alonso y Verstappen, por lo que era un reinicio de carrera, un recomienzo. Ahí Checo Pérez se defendió mejor de Alonso, para distanciarse del español por más de tres segundos y registrar las vueltas rápidas. Justo a la mitad de la carrera, Verstappen escaló hasta la segunda posición, lo que abría la herida en Red Bull: ¿dejar que sus dos pilotos compitiesen? ¿Darle camino libre a Verstappen pese al gran fin de semana de Pérez?

El mexicano y el neerlandés se dispusieron a correr al límite. Si el primero rompía el récord de vuelta, el segundo se lo arrebataba. Pérez obligaba a mantener la distancia de cinco segundos. Verstappen se quejaba de que escuchaba un ruido extraño en el coche cuando iba a toda velocidad. La cautela del bicampeón no era una exageración después de que su Red Bull le dejara abandonado en la clasificación del sábado. El de Guadalajara también le decía a su ingeniero, Hugh Bird, que tenía problemas con el freno. Al mexicano, después, le pidieron mantener un ritmo menor que el de Verstappen. A través de la radio, Pérez replicó la decisión hasta que le dejaron camino libre. Pérez le sacó de ventaja a su compañero más de seis segundos de ventaja. No hubo objeción para que Checo Pérez se hiciera con un triunfo que labró desde el minuto cero.

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