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Día Internacional contra la violencia de género
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sangre de mujer

El feminismo está enredado en múltiples debates pero una realidad criminal se impone: miles de mujeres son asesinadas cada año

Carmen Morán Breña
Día internacional contra la violencia de género
Grupos de mujeres protestan contra la violencia, en el Zócalo en 2019.Rebecca Blackwell (AP)

Es frecuente que a la extranjera le pregunten cuando toma un taxi o entra en la tienda o reposta combustible: ¿usted no es de aquí verdad, y qué le parece México? Maravilloso, si no fuera por la terrible violencia sería un verdadero paraíso, contesta ella. La conversación, más de una vez, prosigue de este modo: Ah, bueno, claro, pero eso pasa en todas partes.

He aquí la raíz del problema o una de las raíces más profundas. La violencia en México tiene cifras de un país en guerra, pero los mexicanos no lo saben. Como en todo conflicto bélico, las mujeres llevan la peor parte, pero la gente lo desconoce. A los asesinatos de mujeres asociados a la narcopodredumbre que corroe a esta hermosa nación, hay que sumar los de parejas o exparejas, las violaciones, el maltrato y la esclavitud femenina de toda clase. Es decir, los crímenes que (también) son de género. 3.957 homicidios en 2020 que se quedan en la impunidad más absoluta. No, definitivamente eso no pasa en todas partes. Y para empezar a combatirlo hay que hacerse cargo de la realidad. El desconocimiento es la impunidad. Si la gente no grita en las calles, las autoridades permanecerán anestesiadas.

Con este panorama se llega cada año al 25 de noviembre, la fecha contra la ignominia. Todos deben sentirse concernidos, que nadie mire para otro lado. En tiempos de un feminismo enredado en vete a saber cuántas madejas, la realidad nos para delante de la sangre. Esta es la prioridad. El resto de los debates, para el 8-M. Discútase entonces si somos todas o todes, si quienes comen carne son o no feministas, si quienes están a favor de abolir la prostitución o regularla son o no feministas, si quienes se manifiestan de morado son feministas o pagadas por la derecha. Pero no olviden la prioridad: miles de mujeres son asesinadas cada día por nacer mujeres y vivir mujeres. Sí, mujeres. Y para gobernar hay que tener muy presentes las prioridades.

Hay crímenes de odio, colectivos maltratados, asesinatos por ser diferentes, ya sea por el color, la vestimenta o cualquier otro signo que incomode al que se siente cómodo en su manada. Contra ello deben emplear todo el peso de la ley quienes la administran y la sociedad alzar su voz contundente. Pero que nadie olvide el fango imperante que nos ahoga: miles de mujeres, hay que repetir la palabra, mujeres, de todas las edades, acaban despiezadas en la inmunda carnicería del machismo. Si el 8-M es causa de disputa, agrupémonos todos (valga el genérico masculino que tan incluyente dicen algunos que es) en esta fecha, 25-N, en esta causa, sin matices ni dudas, ni divisiones, ni debates que nos aparten del camino. Miremos las estadísticas, ahora que todavía podemos diferenciar para establecer la desigualdad entre un sexo y el otro. Porque esa diferencia es la que nos está matando.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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