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El presidente polaco rectifica la polémica ley que amenaza a la oposición tras las quejas de la UE y EE UU

Cinco días después de sancionar la norma que crea una comisión especial para examinar la influencia rusa, Duda da marcha atrás con enmiendas que ahora debe aprobar el Parlamento

El presidente de Polonia, Andrzej Duda, durante su comparecencia de este viernes. Foto: ANDRZEJ IWANCZUK (GETTY) | Vídeo: EPV
Gloria Rodríguez-Pina

El presidente polaco empezó la semana con una solemne comparecencia ante los medios de comunicación, flanqueado por las banderas de Polonia, la OTAN y la UE, para anunciar que daba luz verde a la creación de una comisión especial para investigar la influencia rusa en Polonia entre 2007 y 2022. La conocida como ley Tusk —bautizada así porque se da por hecho que está dirigida a sacar al ex primer ministro entre 2007 y 2014, Donald Tusk, de la vida política— generó sonoras protestas y advertencias de la Unión Europea por su capacidad para interferir en las elecciones previstas para otoño. Andrzej Duda y el Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) dedicaron el martes, miércoles y jueves a defender la medida y a aclarar supuestos malentendidos. Este viernes, el presidente ha vuelto a convocar a los medios, esta vez para anunciar enmiendas significativas a la norma, en un intento de apaciguar los ánimos.

La comisión de nueve personas que establece la ley responde ante el Gobierno. Tiene competencias para investigar, acusar, juzgar y castigar a quienes considere que han beneficiado los intereses rusos en Polonia con hasta 10 años de inhabilitación para ocupar cargos que permitan gestionar fondos públicos o secretos oficiales. Las decisiones, administrativas, pueden recurrirse ante tribunales administrativos, como ha insistido el PiS ante quienes denunciaban la vulneración del derecho a un juicio justo. Los críticos, entre los que se encuentran el Defensor del Pueblo, el Senado (donde la oposición es mayoritaria) y la comisión parlamentaria de Administración y Asuntos Internos, señalan otros aspectos de la ley que consideran inconstitucionales y que socavan la separación de poderes.

Ante estas quejas y recelos, el presidente anunció que, una vez aprobada la ley, la enviaría al Constitucional para despejar todas las dudas, aunque la norma entró en vigor esta semana tras su publicación en el boletín oficial. Aun después de las críticas del Departamento de Estado de EE UU, Duda siguió defendiendo el texto y se ofreció a explicárselo personalmente al presidente Joe Biden. Poco conforme con las aclaraciones que el Gobierno polaco se ha empeñado en hacer estos días, la Comisión Europea pidió más información a Varsovia al considerar que el comité podía “perjudicar las posibilidades de los ciudadanos de optar a cargos públicos sin un juicio justo”.

Duda se ha mostrado este viernes “consternado” por las acusaciones que ha recibido el texto en pocos días. “He preparado una enmienda a la ley, una serie de disposiciones que regulan o modifican las cuestiones de esta norma que suscitaron las mayores controversias”, ha asegurado el presidente, antes de anunciar tres cambios fundamentales.

La principal rectificación es que la comisión no impondrá ningún tipo de medida punitiva como la inhabilitación o la retirada del uso de armas, y solo emitirá opiniones que recojan que “la persona que se concluya que actuó bajo influencia rusa no garantiza el correcto desempeño de actividades de interés público”. Para atajar las críticas sobre el ataque al derecho a un juicio justo, el presidente propone que las decisiones de la comisión se puedan recurrir ante la justicia ordinaria y no la administrativa, en el Tribunal de Apelaciones de Varsovia. Finalmente, Duda plantea que diputados y senadores queden excluidos de la comisión, cuyos miembros serán solo expertos.

La propuesta de Duda deberá seguir ahora su trámite en el Parlamento, en cuya Cámara baja el PiS tiene una frágil mayoría. El presidente confía en que los cambios satisfagan tanto al Gobierno como a la oposición. Un portavoz del PiS ha sugerido que las modificaciones sí podrían contar con su apoyo. “Jaroslaw Kaczynski [el presidente del partido] ha subrayado repetidamente que el principal objetivo de la ley es mostrar la verdad sobre la influencia de agentes rusos en Polonia, y ese objetivo se mantiene, incluso con las enmiendas propuestas”, ha asegurado Rafal Bochenek en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.

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El viraje del presidente en cinco días ha sido objeto de mofa entre la oposición. “Un (p)residente más y más patético…”, escribía en Twitter Borys Budka, líder del grupo parlamentario de la Plataforma Cívica de Tusk, el principal partido de la oposición. “En el palacio presidencial, ¡el anfitrión es un artista de circo!”, escribía Krzysztof Gawkowski, su homólogo en Lewica (La Izquierda), que añadía: “¡Qué vergüenza!”.

Más allá de las burlas, el rechazo a la ley permanece. “¿Ahora qué? La enmienda a la ley no es suficiente: incluso rechazar esta ley a lo Putin no es suficiente”, ha opinado Szymon Holownia, el expresentador y líder la formación centrista Polska 2050 en Twitter. El colíder en la recién creada coalición Tercera Vía, dirigente del Partido Popular de Polonia (PSL), de corte agrario, ha escrito en la misma red social que las enmiendas “propuestas por la presión social no cambian nada”. “Toda la ley que establece este tribunal ilegal debería acabar en la basura”, ha añadido Wladyslaw Kosiniak-Kamysz. Aunque no pueda imponer penas como la inhabilitación, la actividad de la comisión será pública y las personas cuya supuesta connivencia sea examinada quedarán igualmente señaladas como prorrusas, una etiqueta especialmente grave en Polonia.

La ley Tusk ha conseguido en pocos días lo que nadie esperaba ya: la unidad de las principales fuerzas democráticas frente al Gobierno. La semana política en Polonia no termina con la ceremoniosa comparecencia de Duda de este viernes, de nuevo con el trío de banderas de fondo. El domingo una manifestación convocada por la Plataforma Cívica recorrerá Varsovia para conmemorar las primeras elecciones parcialmente libres del país tras la caída del comunismo, en 1989. Hasta esta semana otros partidos como Polska 2050 y PSL se negaban a participar. Tras la decisión del lunes de Duda se sumaron a la protesta. El presidente ha dado marcha atrás, pero ellos siguen adelante con sus planes de inundar las calles con su malestar.

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