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China redobla su apoyo a la inteligencia artificial y los chips en pleno pulso con Estados Unidos

Pekín, en busca de la “autosuficiencia” por el bloqueo de Washington, reúne a actores clave en un foro tecnológico

Guillermo Abril
Beijing
Un visitante con gafas de realidad virtual en el ZGC Forum de Pekín este viernes.WU HAO (EFE)

China no quiere quedarse atrás en el dominio de la inteligencia artificial y el sector crítico de los chips semiconductores, dos de las patas clave de la carrera tecnológica global y una de las fuentes de tensión geopolítica con Estados Unidos. Consciente de que la pujanza económica y militar del futuro gravitan en buena medida sobre estos dos campos, Pekín busca redoblar su apuesta por el desarrollo de soluciones nacionales en un momento en que Washington trata de limitar el acceso a tecnología puntera que permita al gigante asiático producir microchips de alta gama. Con inversiones millonarias y directrices claras por parte del presidente del país, Xi Jinping, de alcanzar la “autosuficiencia” en ciencia y tecnología, para China el camino pasa en parte por la puesta en marcha de ecosistemas abiertos que promuevan el desarrollo a una mayor velocidad y logren acelerar el ritmo al que se acorta la distancia con Occidente.

“En comparación con los países desarrollados, todavía existe una brecha” en distintos elementos que permiten el desarrollo de la IA, reconocía este viernes Mei Jianping, del departamento de Alta Tecnología del Ministerio de Ciencia y Tecnología, durante una ponencia dedicada a esta materia en el foro tecnológico Zhongguancun. En el macroevento, organizado estos días en el barrio tecnológico homónimo ubicado a las afueras de Pekín, la Inteligencia artificial es uno de los asuntos centrales. El ponente Mei ha animado a “intercambiar ideas” y a que todos los actores contribuyan para colocar “la nueva generación de IA de China” y la industria científica y tecnológica del país a la par con el resto del mundo.

El evento tiene un marcado trasfondo político, por lo que implica lo que allí se cuece, pero a menudo las conferencias descienden a un nivel técnico solo apto para expertos del sector. Hay de todo tipo: sobre desarrollo sostenible, sobre tecnología financiera, sobre ciudades inteligentes, también sobre la búsqueda de jóvenes emprendedores “que cambien el mundo” y sobre la relevancia de la innovación en las empresas de propiedad estatal. En el dedicado a la IA, por ejemplo, el doctor Yu Yue, de la Alianza Estratégica para la Innovación Tecnológica en la Industria de la Inteligencia Artificial de China, asegura: “Queremos que cada centro de cálculo consiga un desarrollo de alta calidad. Y además, horizontalmente, queremos conectar los centros de cálculo para llevar a cabo una amplia colaboración y construir una red que garantice que la informática de IA pueda adoptar un nuevo modelo de desarrollo”. Habla de una integración a nivel nacional para impulsar el salto tecnológico.

Para la inauguración del foro, celebrada durante la jornada anterior, el presidente Xi envió una carta en la que no entraba en tanto detalle, pero en la que sí subrayaba —sin mencionar expresamente el bloqueo impuesto por Estados Unidos— la necesidad de una mayor colaboración a nivel global. “A medida que se desarrolla una nueva ronda de revolución científica y tecnológica, y de transformación industrial, la humanidad necesita más que nunca la cooperación internacional, la apertura y el intercambio para abordar los problemas comunes de desarrollo”, señalaba en la misiva, según ha publicado la agencia oficial Xinhua. La inauguración contó con alguna figura de renombre, como Bill Gates, cofundador de Microsoft y copresidente de la Fundación Bill & Melinda Gates, que intervino de forma telemática. “China podrá hacer contribuciones únicas compartiendo sus tecnologías y sus lecciones”, dijo Gates, según ha destacado la prensa estatal china.

El trasfondo del foro está marcado por las relaciones entre Pekín y Washington, que se encuentran en un hoyo profundo por los repetidos rifirrafes en torno a Taiwán, a lo que se sumó en febrero el derribo por parte de Washington de un supuesto globo espía chino que sobrevolaba territorio estadounidense sin permiso. Estas últimas semanas también se han visto signos de “deshielo”, una palabra que llegó a pronunciar el presidente estadounidense tras la cumbre del G-7 en Hiroshima (Japón) el pasado fin de semana.

Otro síntoma de esa distensión ha sido el encuentro “franco” (según el Gobierno estadounidense) celebrado este jueves en Washington entre el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, y su homóloga estadounidense, Gina Raimondo, en el que también han hablado de los zarpazos en el sector de los chips: Pekín le ha afeado a Washington sus “políticas de economía y comercio, y semiconductores, así como cuestiones relativas al control de las exportaciones”, según Xinhua; Raimondo ha expresado su preocupación por el creciente cerco de China contra intereses estadounidenses radicados en el gigante asiático, como la reciente prohibición de los semiconductores de la compañía norteamericana Micron en proyectos clave de infraestructuras.

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Este último movimiento de Pekín se interpreta en parte como una reacción frente al bloqueo que Washington im­puso en octubre a la exportación a China de las tecnologías que permiten la fabricación de los chips más avanzados, con la intención de evitar el desarrollo chino de las armas más sofisticadas. Estos microprocesadores son también necesarios en el campo de la IA y en el desarrollo de las tecnologías de vanguardia, como los vehículos eléctricos inteligentes. En el enredo, además, juega un papel protagonista Taiwán, donde se producen cerca del 60% de los chips mundiales y el 90% de los más punteros (allí se desarrollan ya los de tres nanómetros; mientras, China aún va a la zaga). En un señalamiento poco habitual, Xi acusó en marzo a Estados Unidos de liderar una estrategia occidental de “contención, cerco y supresión” contra China que busca poner en jaque el desarrollo del país.

En el foro, en cualquier caso, hay confianza: “Superaremos este problema en el futuro cercano, ya lo hemos hecho en otros momentos de la historia”, opina Huo Jiaqi, de 23 años, un estudiante de posgrado que se encuentra en un expositor de la Universidad de Correos y Telecomunicaciones de Pekín, una de las más prestigiosas en los campos de comunicaciones por cable, inalámbricas, informática e ingeniería electrónica. A su alrededor, en un enorme espacio dedicado a exhibir avances tecnológicos, hay de todo: humanoides inteligentes, robots policías, drones y avatares destinados al metaverso que se contonean en una pantalla de led.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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