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Jersón responde a los ataques rusos con un toque de queda de 58 horas y la salida de habitantes

Crece la tensión en esta ciudad clave en la contraofensiva ucrania, donde ya solo vive la mitad de su población, tras la muerte de 23 civiles a manos de las fuerzas del Kremlin

Un hombre es evacuado en la estación de Jersón, este jueves. Foto: Carlos Barria (Reuters) | Vídeo: EPV
Cristian Segura (Enviado Especial)

Las fuerzas rusas han vuelto a dejar un reguero de muertes civiles en su agresión a Ucrania. Un total de 23 personas murieron el miércoles bajo el fuego del invasor en la ciudad de Jersón y en municipios vecinos a esta, según las autoridades ucranias. También fueron heridas medio centenar. Jersón se encuentra en el frente sur de la guerra, solo el río Dniéper separa a los dos ejércitos a su paso por la ciudad. Estas muertes, en un solo día, se suman a las de los 23 civiles asesinados el pasado 28 de abril en una zona residencial de Uman, en el centro de Ucrania, tras recibir el impacto de misiles de crucero rusos.

Menos de la mitad de los casi 300.000 habitantes que vivían en Jersón en enero del año pasado continúan en la ciudad. Tras los ataques del miércoles se ha acelerado la salida de vecinos, por la creciente tensión bélica en este enclave estratégico del frente. Este viernes da comienzo un toque de queda en el municipio que durará 58 horas, hasta el lunes. Las autoridades militares aseguran que se trata de una medida excepcional para reducir el movimiento de personas en el espacio público y trabajar así mejor en la identificación de posibles colaboradores rusos que facilitan información al enemigo. La provincia de Jersón fue tomado por las fuerzas rusas a inicios de la guerra, en febrero de 2022, y recuperada por el ejército de Kiev el pasado noviembre. Durante esos días del año pasado, durante una visita de EL PAÍS a la región recientemente liberada, las fuerzas de seguridad ucranias cerraron la ciudad para llevar a cabo un exhaustivo peinado de colaboradores prorrusos.

Este miércoles, el ejército ruso atacó en Jersón las inmediaciones de la estación de tren, dos establecimientos comerciales, una fábrica y un depósito de automóviles, según Oleksandr Prokudin, jefe de la Administración Militar de la provincia. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, publicó en sus redes sociales una docena de imágenes de los cadáveres. “El mundo tiene que ver y conocer esto”, escribió Zelenski para acompañar unas fotografías de una crudeza poco habitual en sus mensajes.

Jersón es la única capital de provincia conquistada por Rusia en la invasión iniciada el 24 de febrero del año pasado. Las Fuerzas Armadas ucranias la liberaron el pasado noviembre, forzando al enemigo a cruzar el Dniéper. Rusia controla la mitad sur de la provincia, anexionada unilateralmente por Moscú el pasado septiembre. Ocho meses después, la artillería del Kremlin bombardea periódicamente la ciudad, que los líderes rusos aseguraron que sería rusa para siempre.

Un hombre herido, sentado en el exterior de un supermercado, tras un ataque ruso en Jersón, el miercoles.
Un hombre herido, sentado en el exterior de un supermercado, tras un ataque ruso en Jersón, el miercoles. DINA PLETENCHUK (AFP)
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El secreto del movimiento de tropas

Otro motivo por el que se han aplicado anteriormente toques de queda similares en Ucrania es para mantener en el máximo secreto el movimiento de tropas y armamento. El ejército ucranio ha restringido severamente el acceso de la prensa a las zonas próximas al frente. Una portavoz del Estado Mayor ucranio asegura a El PAÍS que parte de los tanques Leopard transferidos por los aliados de la OTAN ya están en áreas del frente y su ubicación se quiere mantener en absoluto secreto.

Ucrania está concentrando el armamento internacional recibido desde enero (sobre todo tanques, vehículos blindados de infantería y nuevos obuses) para una inminente contraofensiva. Fuentes del Ejército de Tierra informan a este diario de que el ataque se podría producir a mediados de mayo. El aumento de las temperaturas y las menores precipitaciones de los últimos días están endureciendo lo suficiente el terreno en las zonas rurales para facilitar el movimiento de vehículos blindados.

Tan solo tres personas en Ucrania saben dónde se centrará la contraofensiva, según reveló el pasado abril Oelksii Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional. Cinco son las opciones: en el este, Kiev puede intentar el avance desde la provincia de Járkov hacia la provincia de Lugansk, ocupada por Rusia; otra posibilidad es hacer retroceder al invasor en Bajmut y Avdiivka hacia la ciudad de Donetsk, también en el este; en el frente sur, (la posibilidad más recomendada por Estados Unidos y el Reino Unido), es asaltar desde Zaporiyia las defensas rusas y acercarse a la ciudad de Melitópol, en la costa del mar de Azov, también ocupada por el enemigo.

Finalmente, también en el sur, desde la orilla occidental del río Dniéper, las Fuerzas Armadas ucranias están concentrando tropas para un posible desembarco anfibio desde la ciudad de Nova Kajovka o desde la misma Jersón. La opción de un desembarco es la más compleja. Los expertos consultados por este diario en el último mes apuntan que pueden producirse múltiples asaltos, en varias regiones, para engañar al enemigo. Así sucedió en 2022 con el avance en Jersón y en Járkov.

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Sobre la firma

Cristian Segura (Enviado Especial)
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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