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Un ataque con drones destruye una planta de combustible ruso en Crimea tras los bombardeos del viernes en Ucrania

Los depósitos se encontraban en la estratégica ciudad de Sebastopol, próximos a la base de la flota del mar Negro rusa

Columna de humo tras el ataque al tanque de combustible alcanzado por los drones en Sebastopol.Foto: STRINGER (REUTERS) | Vídeo: EPV
Cristian Segura

Una de las principales plantas de combustible rusas en Crimea fue destruida la madrugada de este sábado. Las autoridades ocupantes en esta península del mar Negro, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, informaron de que la infraestructura fue atacada por drones bomba ucranios. El Gobierno de Zelenski no ha confirmado la información, como es habitual cuando el Ejército golpea en Crimea. No obstante, el Departamento de Inteligencia Militar del Ministerio de Defensa del país, ha afirmado en un mensaje en las redes sociales que la explosión es un “castigo de Dios” ―una fórmula habitual para señalar ataques al enemigo sin un origen identificado― por los bombardeos rusos de este viernes que causaron 26 muertos, 23 de ellos en un edificio residencial en la ciudad de Uman, en la provincia de Cherkasi. Según la nota del organismo, la explosión destruyó 10 tanques con productos derivados del petróleo con una capacidad total de 40.000 toneladas de combustible.

Andriy Yusov, representante de la Administración Estatal de Ucrania, ha informado de que los productos derivados del petróleo destruidos estaban destinados a “la flota del Estado agresor en el mar Negro”, en referencia a los buques de guerra rusos en el puerto de la ciudad.

Mijaíl Razvozhayev, el gobernador de Crimea impuesto por Rusia, aseguró que dos aeronaves no tripuladas ucranias impactaron en la planta, mientras que otras dos fueron abatidas, y que no había habido “ninguna baja” en el ataque. Unos 18 grupos de bomberos, con un total de 60 efectivos, así como los servicios de inteligencia rusos, se trasladaron al lugar del incendio, según el mensaje recogido por la agencia rusa TASS, informa Efe. Dada la proximidad de las llamas a las aguas del puerto, las autoridades pidieron que remolcadores de la Flota del Mar Negro bombearan agua para las tareas de extinción, mientras los bomberos buscaban la manera de cortar el flujo de oxígeno a la zona de combustión. Razvozhayev informó finalmente en Telegram de que “el fuego abierto en una superficie de 1.000 metros cuadrados”, había sido apagado. Según este gobernador colocado en su puesto por Moscú, la destrucción de la planta no repercutirá en el suministro de combustible a la ciudad.

Los ataques con drones sobre Crimea no son inusuales, aunque la mayoría no llegan a destruir sus objetivos porque las defensas antiaéreas rusas en la región son extraordinariamente eficaces. Pero Ucrania consigue cada vez con más frecuencia golpear con eficacia los recursos del enemigo en la zona.

La operación ucrania más relevante en Crimea se produjo en octubre, cuando un camión bomba destruyó parcialmente el puente de Kerch, la única vía que conecta Crimea con territorio ruso. El cuartel general de la flota rusa del mar Negro, estacionada en Sebastopol, también sufrió en 2022 un ataque con drones bomba ucranios que causaron daños menores. El último vuelo de drones bomba de ese país interceptado por las defensas rusas, según Moscú, se produjo a principios de esta semana.

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Drones Crimea
Fotograma de un vídeo difundido este sábado en el que un bombero trabaja junto al tanque de combustible alcanzado por los drones en Sebastopol. Associated Press/LaPresse (APN)

Crimea ha sido una suerte de línea roja para los aliados de Ucrania, es por eso que ni el Gobierno ni las Fuerzas Armadas Ucranias confirman nunca la autoría de los ataques. Para el nacionalismo ruso, Crimea es parte indisociable de Rusia, pese a que oficialmente pertenece a Ucrania, como así lo reconocen tanto las Naciones Unidas como la gran mayoría de los países. Los ataques en Crimea han sido considerados por los aliados internacionales de Kiev como una provocación que puede suponer una peor escalada militar.

El expresidente ruso Dmitri Medvédev, hombre de confianza de Vladímir Putin, incluso amenazó en marzo con una guerra nuclear si está en riesgo perder el control de Crimea. La Casa Blanca negó durante 2022 la posibilidad de entregar armamento de largo alcance a Kiev que pudiera servir para atacar territorio ruso pero tampoco Crimea. Estados Unidos sí aceptó en febrero suministrar misiles de precisión de largo alcance al Ejército defensor, los GLSDB. Aunque esta arma tiene un radio de acción de 150 kilómetros, todavía está lejos de poder alcanzar territorio de Crimea desde las posiciones ucranias más cercanas a la península.

Mariupol arrasada

Por otra parte, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha afirmado este sábado que más del 90% de la ciudad de Mariupol, a orillas del mar de Azov y tomada por las fuerzas rusas hace aproximadamente un año, ha sido destruida como resultado de la guerra, informa Efe. “Casi medio millón de personas solían vivir allí. Y ahora no queda prácticamente ninguna casa intacta”, declaró Zelenski en un mensaje difundido en sus redes sociales junto con un vídeo en el que se comparan imágenes de satélite de 2021 y 2023.

En dichas tomas, obtenidas de Google Maps después de que este servicio actualizara sus imágenes de Mariupol por primera vez desde el inicio de la invasión rusa, se puede apreciar cómo manzanas enteras de edificios desaparecen a partir de mediados de marzo de 2022.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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