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La Fiscalía revisa posibles negligencias en el rescate a los migrantes del naufragio en Calabria

La embarcación fue localizada por un avión de Frontex a 40 millas de la costa italiana a las 22.23 del sábado y se hundió a las 5.00 del domingo sin que las autoridades italianas enviasen una ayuda efectiva

naufragio calabria
Imagen del barco con los migrantes tomada por el avión de Frontex a las 22.23 del sábado.Crotone News
Daniel Verdú

A las 22.23 de la noche del pasado sábado, el avión Eagle 1 de Frontex, la agencia europea que vigila las fronteras, fotografió un barco pesquero de madera que navegaba, cargado hasta los topes, rumbo a la costa italiana de Calabria. Había salido días antes de la costa turca. Y podía deducirse de la imagen aérea obtenida que llevaba más de un centenar de personas a bordo y que se trataba de una travesía de migrantes. Se sabía también que las condiciones en las que navegaba, con el mar en contra, eran en ese momento extremas.

La secuencia siguiente es larga e inútil. Siete horas después, a las cinco de la mañana, un pescador que se disponía a faenar en la playa de Steccato di Cutro (Calabria), comienza a ver cadáveres y da la alarma. Entre medias, los servicios de socorro han cruzado llamadas y han comenzado a moverse. Pero nadie ha ido a rescatar a los migrantes. ¿Qué sucedió durante esas horas? La Fiscalía de Crotona, que investiga el naufragio, trata ahora de reconstruir ese proceso para detectar posibles negligencias.

La impresión creciente en Italia es que el naufragio, o al menos muchas de las 65 muertes que se produjeron, podrían haberse evitado. El fiscal general de Crotona precisa la cuestión. “La investigación es sobre el naufragio. Pero estamos intentando reconstruir la cadena de socorro, desde el avistamiento hasta el final, pero todavía no hay datos sobre esto”, ha señalado el fiscal Giuseppe Capoccia a La Stampa. Luego ha añadido a La Repubblica: ”Aquí faltan hombres y medios de las fuerzas del orden. El Gobierno debería entender que hay que organizar de manera distinta estas infraestructuras”, haciendo hincapié en la falta de medios para el rescate.

La reconstrucción, de momento, sitúa el origen del suceso en la foto de Frontex a las 22.23 (publicada en exlusiva por Crotone News), cuando el barco estaba a 40 millas (64,3 kilómetros) de Crotona. La agencia europea señala el barco porque, presumiblemente, está llevando a cabo una travesía destinada al tráfico de seres humanos. Además, Frontex afirma que dio el aviso a las autoridades italianas, que, en lugar de coordinar un protocolo de rescate costero, activan dos unidades de la Guardia de Finanzas (la policía de aduanas): “Como siempre en estos casos, habíamos informado a las autoridades de Italia sobre la embarcación”, han afirmado desde la agencia europea.

Olas de un metro y medio

Así, la Guardia de Finanzas, teóricamente, manda dos embarcaciones rápidas, pero no está claro a qué hora empiezan a moverse. Tampoco se sabe cuánto tiempo están en el mar ni a qué hora regresan a puerto, pero sí que lo hacen porque el mar se encuentra en unas condiciones impracticables (viento de fuerza 4 y olas de un metro y medio). Tampoco se comprende hasta ahora por qué no interviene la Guardia Costera ―que depende del Ministerio de Transportes, que dirige Matteo Salvini, líder de la Liga, uno de los tres partidos que forman el Gobierno de Italia―, sino un cuerpo policial.

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El problema es que aquí, de algún modo, termina la misión. Nadie decide mandar una embarcación más grande o un helicóptero. El operativo se encomienda a la buena suerte de los migrantes para que la precaria embarcación logre por sí sola llegar a la costa. En ese momento, según la reconstrucción de algunos medios, la Guardia de Finanzas activó un protocolo de tierra para tratar de avistar el barco o posibles náufragos. Pero a las cuatro de la mañana la sección aeronaval de dicho cuerpo recibe una llamada de alguien que habla en un inglés precario pidiendo socorro sin mencionar todavía ningún accidente.

Según el relato de los supervivientes a los mediadores de las ONG que les atienden ahora, esa es la hora en la que comienzan a verse las luces de la costa. También se habrían producido llamadas desesperadas a familiares de migrantes que disponían de un teléfono móvil. Se sabe poco más hasta ahora. Más allá de la alerta lanzada por un pescador sobre las cinco de la mañana avisando ya del naufragio.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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