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Brahim Gali, líder del Frente Polisario: “España ha repetido una traición en el Sáhara”

El dirigente saharaui afirma que estaba convencido de que había corrupción en el Parlamento Europeo para favorecer a Marruecos

Brahim Gali, líder del Frente Polisario, en el campo de refugiados saharauis de Dajla (Argelia), el 13 de enero.
Brahim Gali, líder del Frente Polisario, en el campo de refugiados saharauis de Dajla (Argelia), el 13 de enero.AFP
Juan Carlos Sanz
Campamento de refugiados saharauis de Dajla (Argelia) -

Recuperado de la infección de covid que estuvo a punto de poner fin a su vida en un hospital español en 2021 y que enturbió al máximo las relaciones entre Madrid y Rabat, Brahim Gali, de 73 años, habla con parsimonia en la noche del lunes con cuatro medios europeos, entre ellos EL PAÍS, en el campamento de refugiados de Dajla (en el desierto argelino que rodea Tinduf). El líder del Frente Polisario porta una túnica marrón de notable beduino, investido como presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado al que reconocen medio centenar de países (entre los que no figura España). Entre sus pliegues asoma el pañuelo-turbante verde oliva de su uniforme militar de campaña. En el pedregoso desierto de la hamada, el congreso del Frente Polisario está haciendo resonar desde el pasado fin de semana los tambores de guerra contra Marruecos después de más de dos años de ruptura del alto el fuego. Sus ojos reflejan despecho cuando define el giro dado el año pasado por el Gobierno español sobre el Sáhara como una nueva “traición” que “remueve el mismo cuchillo [el abandono de España como potencia colonial en 1975] en la misma herida”.

Pregunta. El lema del congreso del Polisario es la intensificación de la lucha armada, después de haber vuelto a las armas en 2020. ¿Cuáles son los objetivos para obtener la autodeterminación por la vía de los combates?

Respuesta. Retomar las armas nos ha sido impuesto por las violaciones sistemáticas del alto el fuego por el Ejército marroquí. Hemos acompañado durante 30 años a la comunidad internacional para que aplicase lo que prometió a los saharauis en 1991. Después de casi 30 años, Marruecos volvió a violar los acuerdos entre Naciones Unidas y el Frente Polisario, y a este no le quedó otro remedio que retornar a las armas y defender la dignidad. Es un derecho que consagra la legalidad internacional a los pueblos ocupados y colonizados como el saharaui. La guerra no es un objetivo como tal, sino un medio para que se llegue a una solución definitiva que garantice al pueblo saharaui su dignidad y su independencia.

P. ¿Qué fue lo que pensó cuando se conoció la carta del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dirigida a Mohamed VI, en la que consideraba la propuesta de autonomía dentro de Marruecos como la opción más seria, realista y creíble para el Sáhara Occidental?

R. Fue una sorpresa para todos los saharauis. No es lo que se esperaba. Por segunda vez en menos de 50 años se ha repetido una traición y se remueve el mismo cuchillo en la misma herida. El pueblo saharaui esperaba del Gobierno español que asumiese su responsabilidad histórica, legal y política para respetar la legalidad internacional y cumplir los deberes que le conciernen a España sobre el Sáhara Occidental como potencia administradora y para poner fin a la ocupación marroquí, ayudando a la organización de un referéndum de autodeterminación.

P. ¿Cómo califica la presunta trama de corrupción en el Parlamento Europeo, que implica a Marruecos, y en qué aspecto cree que ha perjudicado a los intereses del pueblo saharaui?

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R. A nosotros no nos sorprende. Estábamos seguros de que detrás de la conducta del Parlamento Europeo durante estos últimos años con el rechazo de los dictámenes del Tribunal Europeo de Justicia [sobre el Sáhara] había corrupción. Hay que explicar lo que resulta inexplicable en Europa, donde consideramos que la justicia es superior a la política. Lo que ha demostrado la trama de corrupción es que individuos, personas concretas, han impuesto que se revisen [en la Eurocámara] todos los acuerdos firmados entre la Unión Europea y Marruecos. Esto refuerza el planteamiento del pueblo saharaui. Europa debe ser parte de la solución y no parte del problema.

P. En el congreso del Frente Polisario se están debatiendo posiciones más encontradas de lo habitual y el dirigente histórico Bashir Mustafá Sayed ha presentado su candidatura para relevarle en el cargo ¿Qué significa intensificar la guerra? ¿Con qué límites? ¿Ve mucha presión de los saharauis?

R. No es un secreto que los saharauis han cooperado con la comunidad internacional durante 30 años para llegar a una solución pacífica. Pero en los últimos 10 o 12 años hay una exigencia de todo el pueblo para salir de esa situación, cuando no se ven perspectivas de solución debido a la obstrucción marroquí y la falta de asunción de sus responsabilidades por parte de Naciones Unidas. El debate es para buscar todos los medios para intensificar la lucha armada contra el Ejército marroquí. Hay una presión enorme para que volvamos a nuestro método de lucha de años anteriores, donde se han librado batallas con grandes resultados en la recuperación de armamento y la captura de prisioneros. Este es el planteamiento hoy, esta es la exigencia de nuestros jóvenes, y también la de nuestro ejército en general.

P. ¿Hasta qué punto osarían atravesar sus fuerzas el muro levantado por Marruecos en el Sáhara, e incluso atacar territorio marroquí? ¿Va a seguir en paralelo la mediación en marcha del enviado de la ONU, Staffan de Mistura?

R. Si repasamos la historia, en los años que van de 1986 a 1989, que fueron de grandes batallas, Marruecos, en un momento determinado, creyó que el muro que construyó era infranqueable, pero los combates demostraron todo lo contrario. Como he mencionado, hay una exigencia de que volvamos a ese tipo de batallas. Para nosotros, los saharauis, la situación actual no es más peligrosa que la de 1975. Nos partieron como un pan entre dos Estados (Marruecos y Mauritania), ignorando nuestra existencia. Hoy al menos hay otro planteamiento. La guerra no es un fin como tal, sino un medio. El Polisario nunca ha cerrado las puertas a la negociación, pero sin condiciones previas como las que Marruecos impone.

Saharauis desplazados en al campamento de refugiados de Dajla, situado a unos 170 km al sureste de Tinduf, el 14 de enero.
Saharauis desplazados en al campamento de refugiados de Dajla, situado a unos 170 km al sureste de Tinduf, el 14 de enero.RYAD KRAMDI (AFP)

P. Las relaciones con el Gobierno español y el PSOE están rotas. ¿Hay alguna manera de que se recuperen? En España este es un año electoral; si otros partidos llegan al poder, como el Partido Popular, ¿cree que podrían revertir de alguna manera la posición sobre el Sáhara?

R. Nosotros contamos con la presión de la opinión pública española, del mundo de las organizaciones solidarias y de los diferentes partidos políticos para que presionen [al Gobierno]. Porque para cambiar hay que rectificar. Para restablecer las relaciones hay que rectificar la postura que se adoptó el año pasado a favor del expansionismo de la ocupación marroquí.

P. Respecto a las nuevas tecnologías en la guerra, a los drones que usa Marruecos, ¿cómo va a ser su respuesta? ¿Están preparados para afrontarlo?

R. Nos estamos adaptando a la situación actual de la guerra y sus requerimientos.

P. Marruecos no reconoce bajas en esta guerra, es como si este conflicto no existiera después de más de dos años. Ha habido bajas cuantificadas del lado del Polisario (medio centenar), pero no del lado marroquí. ¿Hasta cuándo puede durar esta situación?

R. Marruecos oculta sus pérdidas humanas y materiales. Con nombres y apellidos. Con cargos. Si el ejército marroquí y el régimen lo quieren ocultar, que lo hagan. Pero las familias de los muertos y heridos en los hospitales no pueden ocultar lo que los saharauis, incluso en los territorios ocupados, están observando cada día. Creo que ya han empezado en estos últimos 20 días a intentar trasladar a los observadores militares [de la ONU] a los lugares atacados. Y eso quiere decir que ya están mostrando las pérdidas que están sufriendo.

Brahim Gali, líder del Frente Polisario, en el campo de refugiados saharauis de Dajla (Argelia), el 13 de enero.
Brahim Gali, líder del Frente Polisario, en el campo de refugiados saharauis de Dajla (Argelia), el 13 de enero.- (AFP)

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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