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Moscú ordena la retirada de sus tropas de la ciudad clave de Liman, cercada por las fuerzas de Ucrania

La toma de ese bastión de la región de Donetsk supone un serio revés para Rusia, que lo utilizaba como centro logístico para el aprovisionamiento de sus tropas

Un soldado ucranio observa un lanzacohetes múltiple ruso destrozado, el viernes cerca de Sosnove, en la provincia de Donetsk.Foto: ANATOLII STEPANOV (AFP) | Vídeo: REUTERS

Ucrania ha asegurado este sábado que ha logrado cerrar el cerco en torno a la ciudad de Liman, en el norte de la provincia oriental de Donetsk. Hay dudas sobre cuántos soldados rusos han logrado escapar de ese cerco y cuántos se han quedado rodeados en esa localidad en la que hasta hace unos días había más de 5.000 militares de las tropas invasoras, según Kiev. El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado de una retirada de sus efectivos de este lugar antes de que fueran bloqueados por el enemigo. Este importante bastión es estratégico para el Kremlin, que lo utiliza como centro logístico y de transporte, por albergar un nudo ferroviario crucial para el aprovisionamiento de las tropas rusas.

“Debido al riesgo de ser cercados, las fuerzas aliadas han sido retiradas de la localidad de Liman hasta posiciones más ventajosas”, ha informado el portavoz de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, en una rueda de prensa, según la agencia Tass. El parte militar de este sábado del Ministerio de Defensa ruso indica que las unidades ucranias tenían superioridad tanto de hombres como de armamento, y añade que la artillería rusa había causado numerosas bajas en dos brigadas mecanizadas de Ucrania, además de destruir tanques y otros vehículos militares. El parte admite que “pese a las pérdidas sufridas, al disponer de superioridad en fuerzas y recursos, el enemigo introdujo refuerzos y continuó su ofensiva en esa dirección”.

Retomar Liman (unos 20.000 habitantes, antes de la invasión de febrero) supone un paso clave en los intentos de Kiev de recuperar el 15% de su territorio de las cuatro provincias ucranias ―Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia― cuya anexión ilegal a la Federación Rusa proclamó el viernes en Moscú el presidente ruso, Vladímir Putin, en una ceremonia definida como una farsa por Ucrania y Occidente. El viernes, el líder prorruso de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, había admitido la situación “difícil” de las tropas rusas en Liman y que esas fuerzas estaban “parcialmente” rodeadas.

En un vídeo publicado por Andrii Yermak, el jefe de Gabinete del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, dos sonrientes soldados ucranios sujetan con cinta adhesiva la bandera nacional azul y amarilla en el cartel de bienvenida a la localidad en el que figura su nombre, Liman. Las imágenes han corrido como la pólvora a lo largo de la mañana del sábado. “1 de octubre. Estamos desplegando nuestra bandera nacional y estableciéndola en nuestra tierra. Liman será Ucrania”, afirma uno de los soldados, de pie en el capó de un vehículo militar.

Ramzán Kadírov, el presidente de la república rusa de Chechenia, ha reaccionado a la retirada de Liman con un mensaje en Telegram: “Mi opinión personal es que hay que adoptar medidas más drásticas, desde la declaración de la ley marcial en la zona fronteriza al uso de armas nucleares de baja intensidad”. Kadírov ha responsabilizado al coronel general Olexander Lapin de la pérdida de Liman. El líder checheno ha asegurado que Lapin envió a los combatientes a Liman “sin las comunicaciones, suministros y munición necesarios”. “Si dependiera de mí, degradaría a Lapin a soldado raso, le retiraría sus medallas y lo enviaría al frente con una ametralladora en la mano para limpiar su vergüenza con sangre”, ha añadido Kadírov. El autoritario mandatario checheno ha añadido que el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, le aseguró recientemente que no veía posible una retirada de Liman. “El nepotismo militar no nos llevará a nada bueno. En el ejército hay que nombrar comandantes con un carácter firme, valientes y con principios, que se preocupen por sus hombres”, ha subrayado.

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Serhii Cherevatii, portavoz de las fuerzas militares ucranias en el este del país, confirmó en televisión que el ejército ruso en la zona de Liman “está rodeado”. Según Cherevatii, Rusia disponía de entre 5.000 y 5.500 soldados en esa ciudad, pero el número de tropas cercadas podría ser menor debido a las bajas sufridas en los combates. “Ya estamos en Liman, pero todavía hay combates”, anunció Cherevatii.

La toma de este importante centro estratégico constituye la mayor victoria de Ucrania en el campo de batalla desde la contraofensiva relámpago con la que recuperó más de 8.500 kilómetros cuadrados de la región de Járkov, según fuentes ucranias, en septiembre. El portavoz militar aseguró que la captura de Liman permitirá a Kiev avanzar en la provincia de Lugansk, cuya captura total Moscú anunció a principios de julio, tras semanas de avances lentos.

“Liman es importante porque es el siguiente paso hacia la liberación del Donbás ucranio. Es una oportunidad para ir más allá hacia Kreminna y Severodonetsk, y es psicológicamente muy importante”, aseveró Cherevatii, que precisó que la operación sigue en marcha y que las tropas rusas continúan intentando romper el cerco de Liman de forma infructuosa. “Algunos se están rindiendo, tienen muchos muertos y heridos, pero la operación aún no ha terminado”, declaró. El gobernador ucranio de Lugansk, Serhii Haidai, afirmó, por su parte, que las tropas rusas han pedido una salida segura, pero que Ucrania ha rechazado esta petición. “Solo tienen tres opciones, intentar romper [el cerco], rendirse o morir”, dijo Haidai.

Un soldado ucranio en un tanque, a finales de abril cerca del frente de Liman.
Un soldado ucranio en un tanque, a finales de abril cerca del frente de Liman.JORGE SILVA (REUTERS)

Las provincias de Donetsk y Lugansk conforman la amplia región histórica de Donbás, objetivo número uno del Kremlin, de acuerdo con las propias declaraciones de Putin y sus colaboradores, desde que empezó la invasión el 24 de febrero. El viernes, el presidente ruso proclamó Donetsk y Lugansk, así como las provincias sureñas ucranias de Jersón y Zaporiyia, como parte de Rusia. Ucrania, la Unión Europea, Estados Unidos y el resto de los aliados occidentales tacharon de ilegal la anexión y afirmaron que no la reconocerán nunca. Kiev respondió también prometiendo seguir liberando su territorio de las fuerzas rusas y descartando cualquier posibilidad de conversaciones de paz con Moscú mientras Putin siga siendo presidente.

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