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Un ataque ruso con misiles causa una matanza de civiles en Zaporiyia

Al menos 30 personas mueren y 88 resultan heridas. Formaban parte de “un convoy humanitario que salía de un centro regional”, según el gobernador ucranio de la provincia

Luis de Vega

Horas antes de que el presidente ruso, Vladímir Putin, firmara los tratados de anexión de las provincias ucranias ocupadas de Zaporiyia, Jersón, Donetsk y Lugansk, las tropas rusas han lanzado el mayor ataque registrado contra objetivos civiles desde abril. Al menos 30 personas han muerto y otras 88 han resultado heridas en un ataque con misiles contra un convoy de civiles en la región de Zaporiyia, al sur de Ucrania, según han informado la Fiscalía General del país y la policía nacional. Se trata del episodio con más víctimas civiles desde la matanza en la estación de trenes de Kramatorsk, el 8 de abril, que dejó más de 50 muertos en esa ciudad de Donetsk. El ataque de este viernes ha ocurrido a las 7.15, hora local (6.15 en la España peninsular), en un antiguo mercado de venta de vehículos, a decenas de kilómetros de la línea del frente, sin ningún tipo de presencia militar. “El enemigo ha lanzado un ataque con cohetes contra un convoy humanitario que salía de un centro regional”, ha explicado Oleksandr Staruj, el gobernador ucranio de la provincia, a través de Telegram.

Las alarmas antiaéreas no habían parado de sonar durante toda la noche, al tiempo que se escuchaban numerosas explosiones. Las defensas antiaéreas locales intentaron repeler durante horas el impacto de misiles rusos, hasta que tres de ellos alcanzaron las decenas de vehículos que esperaban un momento seguro para retomar el viaje. Un gran cráter de varios metros de profundidad, a una quincena de metros de los coches, marcaba horas más tarde el sitio de la principal explosión, el misil que aparentemente mató a la mayoría de las víctimas. “Los ocupantes lanzaron 16 misiles en una mañana tan solo contra Zaporiyia y el distrito circundante. Solo unos completos terroristas que no tienen lugar en el mundo civilizado pueden hacer algo así”, ha escrito el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, en su cuenta de Telegram.

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A mitad de la mañana, los cadáveres, cubiertos con mantas y plásticos, no habían sido aún retirados de la explanada. Al menos una decena de fallecidos yacían todavía en el suelo ―sobre la manta que cubría a uno de ellos, rodeado de un gran charco de sangre, se leía escrito en negro el número 17―. Otros muchos cuerpos continuaban dentro de los vehículos, algunos acompañados de sus mascotas, también muertas. En el interior de los automóviles se podía observar a personas de distintas edades acomodadas, junto a los bultos que transportaban, tanto en los asientos de delante como en los de atrás.

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Russia annexes Ukrainian territories, escalating rhetoric against the West
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“Estábamos aquí y de pronto pasó algo incomprensible, todo salió volando. Salimos del coche y corrimos. No me acuerdo de nada, estoy en shock”, relata Natalia, una superviviente del ataque. “Hay muchos muertos. El coche no es nada. Lo más importante es que hemos salvado nuestra vida”, añade.

Al menos una treintena de automóviles resultaron dañados por la explosión, con los cristales destrozados y las puertas arrancadas. La policía criminalística, militares y miembros de la Fiscalía contra crímenes de guerra se han desplazado hasta el lugar para llevar a cabo la investigación. Sin embargo, cada poco tiempo la zona bombardeada debía ser desalojada: se seguían sucediendo durante la mañana las alarmas antiaéreas que avisaban de otro posible ataque, lo que obligaba a todo el mundo a despejar la zona, incluidos los escasos familiares que iban llegando a reconocer los cuerpos.

La explanada atacada es una zona conocida. En ella desemboca la carretera principal desde el sur, que discurre junto al río Dniéper, por la que habitualmente llega el flujo de refugiados ucranios. Muy cerca, se halla el centro comercial cuyo aparcamiento acoge un centro de recepción con ONG, ayuda humanitaria y autoridades ucranias.

Zaporiyia es una de las cuatro provincias —además de Lugansk, Donetsk y Jersón— que esta semana han celebrado referendos ilegales para su anexión a Rusia. Muchos civiles han huido de estas regiones para no quedar en territorio ruso ahora que el presidente Vladímir Putin ha firmado los tratados de anexión.

Rusia niega el ataque

El administrador ruso de la región ocupada de Zaporiyia, Vladímir Rogov, ha negado que Rusia sea autora de la matanza y ha responsabilizado del ataque a las fuerzas ucranias. “Han disparado contra un grupo de coches que esperaban a trasladarse a territorio liberado a la salida de Zaporiyia”, ha escrito en su cuenta en Telegram, en referencia al territorio ocupado por Rusia.

“Es la clásica provocación anglosajona contra la población civil desleal”, ha añadido Rogov, que asegura que la agresión “se ha hecho según la fórmula clásica de ‘han disparado contra sí mismos”, para acusar a Rusia después. Según ha afirmado, las personas atacadas “bloquearon la carretera hace dos días pidiendo que las dejaran ir a territorios liberados [por Rusia]”.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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