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El gobernador de California veta los centros de inyección de drogas para el control de las sobredosis

Gavin Newsom dice no a una iniciativa de su partido a pesar de que hace cuatro años dijo que estaba en favor de estas pruebas piloto

Luis Pablo Beauregard
Centro de inyecciones supervisadas en San Francisco
Un centro de inyecciones supervisadas de drogas en San Francisco, en agosto de 2018.Eric Risberg (AP)

Las ambiciones presidenciales de Gavin Newsom se han interpuesto con uno de los temas más progresistas de Estados Unidos, la experimentación con centros para usar drogas ilegales de forma controlada. El gobernador de California, uno de los bastiones de las ideas de avanzada en el país, ha vetado este lunes una ley propuesta por su partido que daba luz verde a la puesta en marcha de proyectos piloto para adictos en las ciudades de Los Ángeles, San Francisco y Oakland. “El número ilimitado de sitios de inyección que esta norma aprobaría, centros que podrían abrirse en la segunda mitad de esta década, pueden crear un mundo de consecuencias involuntarias”, ha dicho Newsom, una de las figuras que aspira a relevar a Joe Biden en la carrera por la Casa Blanca si el actual mandatario decide no presentarse a la reelección.

Esta fue la única ley vetada por Newsom en un paquete de 21 leyes. Los demócratas de California habían elaborado una propuesta que permitía a los gobiernos locales de los condados más poblados de la entidad, de 40 millones de personas, abrir centros con agujas limpias y donde especialistas sanitarios podían intervenir en caso de que un usuario de opiáceos tuviera una sobredosis. La norma pretendía atacar una realidad que aqueja al país, que en 2021 registró la cifra de muertes por abuso de sustancias más alta de la historia, con más de 108.000 fallecimientos. Esta epidemia ha sido impulsada por el fentanilo, un potente opiáceo sintético. Solo en San Francisco, más de 1.600 personas han muerto de sobredosis desde 2020, casi el doble de las víctimas dejadas por el coronavirus.

Newsom ha reconocido en una carta donde ha argumentado su decisión, que estos centros “podrían mejorar la seguridad y salud de las áreas urbanas”. Sin embargo, estos tendrían que trabajar junto a un robusto plan de reducción de daños. “Estas consecuencias involuntarias en ciudades como Los Ángeles, San Francisco y Oakland no pueden tomarse a la ligera. Empeorar el consumo de drogas en esas zonas no es un riesgo al que podamos exponernos”, escribió el mandatario, quien en 2018, cuando comenzó su carrera hacia la gubernatura, dijo que estaba “muy abierto” a ese tipo de programas. Aquel año, el gobernador Jerry Brown también vetó una iniciativa similar, pero menos ambiciosa.

Los centros de reducción de daño, sin embargo, ya existen en Estados Unidos. Existen dos narcosalas en Nueva York desde noviembre de 2021, que han ayudado a impedir unas 400 sobredosis. El alcalde de aquella ciudad, Eric Adams, también demócrata, dijo en mayo pasado que está dispuesto a ir “más allá” y permitir que el acceso a estos centros de inyecciones controladas, que son operadas gracias a donativos privados, abran sus puertas a las personas 24 horas al día. “Esta crisis no espera y nosotros tampoco deberíamos de hacerlo”, escribió el político en Twitter.

Newsom, quien sigue rechazando abiertamente que tenga intenciones por contender a la presidencia de Estados Unidos, ha dicho que ha instruido a su Administración a discutir con los gobiernos locales “estándares mínimos y mejores prácticas” para la prevención de sobredosis. “Mantengo una disposición abierta para cuando los legisladores vuelvan con un programa piloto verdaderamente limitado”, ha añadido el mandatario, quien en 2004 se convirtió en uno de los primeros demócratas que apoyó abiertamente los matrimonios homosexuales a pesar de haber sido muy criticado por los propios integrantes de su partido. El tiempo le dio la razón.

Los expertos en comunicación política, no obstante, coinciden en que haber aprobado la norma podría afectar a Newsom fuera de California, un Estado en el año pasado ganó con holgura un intento de destitución y que este otoño conseguirá con facilidad un segundo mandato. Hay indicios de que el mandatario está pensando fuera de su entidad, a nivel nacional. Este año ha pagado publicidad en Florida y California para contrastar las políticas progresistas que abandera frente a las cruzadas que llevan sus homólogos en los Estados mencionados.

“Ron De Santis, el gobernador de Florida, convertiría a Newsom en el gobernador a favor de la heroína”, dijo a The San Francisco Chronicle Tim Miller, un antiguo estratega de los republicanos. De Santis es uno de los favoritos para hacerse con la candidatura del partido conservador en el caso de que Donald Trump se ve impedido a competir en 2024.

A pesar del veto de Newsom, que ha decepcionado a los sectores más liberales de su Estado, el abogado de San Francisco, David Chiu, ha dicho que el gobierno de la ciudad permitirá la operación de narcosalas en la ciudad que operen sin fines de lucro. “Para salvar vidas, apoyo totalmente que sigamos el ejemplo de Nueva York para seguir el modelo de programas de prevención, ha afirmado Chiu en un comunicado. Dos organizaciones, HealthRight360 y la Fundación AIDS han dicho que están dispuestas a lanzar estas pruebas piloto en la ciudad de la bahía, pero que están a la espera de locaciones y apoyos económicos.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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