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Irán presenta una respuesta con condiciones al plan de la UE para reactivar el acuerdo nuclear

La diplomacia de Teherán reclama garantías adicionales y pìde a EE UU que “muestre flexibilidad” sobre los flecos pendientes

Acuerdo nuclear Iran
Negociación sobre el acuerdo nuclear iraní, en diciembre en Viena.HANDOUT (AFP)

Irán presentó a última hora de la noche del lunes su respuesta a la propuesta final de la Unión Europea para reactivar el acuerdo nuclear que el país suscribió en 2015 con las grandes potencias, y que languidece desde 2018, tras el portazo dado por Estados Unidos bajo la presidencia del republicano Donald Trump. El ministro de Asuntos Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, aseguró que las consideraciones definitivas de Teherán llegarían “antes de la medianoche”. Una portavoz oficial de la Comisión Europea ha confirmado este martes la recepción del mensaje, sin detallar su contenido. “Estamos estudiándolo y vamos a consultarlo con el resto de las partes [signatarias del acuerdo], incluido EE UU, sobre el proceso a seguir”, indicó la misma fuente.

“Si nuestro criterio es aceptado, estamos dispuestos a confirmar un acuerdo en una reunión a escala ministerial”, anticipó el lunes el jefe de la diplomacia iraní en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias IRNA. Abdolahian no mostró aún sus bazas sobre el tapete y se limitó a reclamar que Washington “muestre flexibilidad” para resolver tres flecos pendientes, cuyo contenido no precisó.

Las garantías sobre la firmeza del acuerdo para EE UU y la cancelación de la investigación en curso del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), relacionada con unos restos de uranio no declarados por Irán, se apuntan como algunos de los principales escollos para la reactivación del pacto atómico, suscrito hace siete años con la mediación de la UE. En esencia, las grandes potencias (China, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania y EE UU) se comprometieron a levantar las sanciones impuestas al régimen de Teherán si aceptaba someter a control internacional su programa nuclear, con el fin de prevenir que se dote del arma atómica.

Los portavoces de la República Islámica ya habían adelantado el viernes que el texto final planteado por Bruselas podía ser “aceptable” si ofrecía salvaguardas para sus demandas clave. Horas después, el intento de asesinato en EE UU del escritor británico Salman Rushdie, sobre quien pesa en Irán una fetua (condena religiosa por blasfemia), puso de nuevo palos en la rueda de unas conversaciones que se prolongan desde hace más de 15 meses.

La sensación que empieza a cundir en la capital europea, oídas las primeras palabras de Irán, es la de un capítulo repetido. Ya en otras rondas de negociación, cuando el final parecía cercano, todo quedó suspendido. La última vez fue en marzo, al poco de comenzar la guerra en Ucrania. Entonces, la exigencia rusa de que sus relaciones comerciales y su plan de asociación con Teherán no se vieran afectados por las sanciones derivadas del conflicto llevó a la suspensión del diálogo.

Ahora, de nuevo, parece estar próximo el final tras la propuesta remitida por la UE, coordinadora de las negociaciones por designación de Naciones Unidas y representada por el diplomático español Enrique Mora. Fuentes diplomáticas comunitarias apuntaban la semana pasada a este diario que esta vez no se podían admitir más demoras ni trucos para ganar tiempo.

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Washington ha mostrado su disposición inicial a alcanzar un inmediato entendimiento para la reactivación del acuerdo nuclear sobre la base del último texto europeo, sin modificar la versión final. El lunes puntualizó que “Irán debe prescindir de exigencias añadidas, extrañas e inaceptables, que van más allá del ámbito” del acuerdo nuclear, según advirtió el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, informa Reuters.

Líneas rojas y flecos pendientes

En Teherán, el ministro Abdolahian insistía a su vez en que EE UU debía respetar sus “líneas rojas” para cerrar un pacto en los próximos días sobre “tres flecos pendientes”. Irán reclama que ninguna futura Administración presidencial estadounidense pueda desvincularse del acuerdo nuclear, como hizo el republicano Trump en 2018 sobre lo firmado por su predecesor, el demócrata Barack Obama.

Pero la Administración Biden considera que se trata de un acuerdo político y no de un tratado internacional. “Ellos [los estadounidenses] tienen que hacer una aproximación más realista sobre las garantías”, ha enfatizado ahora el ministro de Asuntos Exteriores, quien apuntó que Washington parecía estar mostrando una “relativa flexibilidad respeto a las otras dos cuestiones”, aunque solo “de forma verbal y sin reflejarlo en el texto”.

El régimen iraní también reclama concesiones en lo que denomina “inspecciones imparciales” de sus instalaciones nucleares. “Se han alcanzado progresos relativos, pero todavía no satisfacen nuestras demandas”, abundó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Nasser Kanaani. “Tenemos otras expectativas pendientes de cumplir por la otra parte”, subrayó el portavoz diplomático.

Mientras tanto, en Israel, el mayor enemigo regional de Teherán, se estima que los líderes iraníes no van a suscribir un acuerdo que se limite a replicar el ya firmado en 2015, según informa el diario Haaretz, que cita a altos cargos del Gobierno hebreo. Pese a su estrecha alianza con Washington, el Estado judío se reserva el derecho a atacar objetivos del programa nuclear iraní en caso de que se acerque a la fabricación de una bomba atómica.

Última oportunidad

En Bruselas creen que si el nuevo acuerdo no se cierra ahora, no se podrá sellar durante bastante tiempo. A la vuelta del verano, Estados Unidos entra en fase electoral por las legislativas de mitad de mandato; y en ese contexto será muy difícil que el presidente Joe Biden, que ya tiene un margen estrecho por la gran hostilidad de los republicanos al pacto, pueda firmar nada.

Ante la reserva táctica en las declaraciones de las partes, mucho más locuaz se ha manifestado en Twitter el jefe de los negociadores rusos, el embajador Mijáil Ulyanov, quien nada más conocer las primeras palabras de sus socios iraníes escribió el lunes: “Señales alentadoras”. Rusia es, junto a China, uno de los firmantes del pacto próximos a Irán. Además, antes del comienzo de esta ronda de negociaciones, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, visitó Teherán, donde acusó a Estados Unidos de poner trabas a la negociación y exigió la “eliminación inmediata de todas las sanciones sobre Irán”.

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