Tristán!: “Con 18 años compré la entrada del Primavera Sound y con 20 voy a subir al escenario. Es un sueño”
El cantante tiene 20 años y un solo disco, pero su música, que pica entre géneros, y su melancolía son universales. Este domingo lo demostrará en el cierre del Primavera Sound
“Es muy oscuro pensar en TikTok cuando estás componiendo”. Con 20 años recién cumplidos, el madrileño Tristán! tiene una opinión formada sobre la industria. “La música va más allá de hacer estribillos potentes de 15 segundos. Va de qué quieres enseñar al mundo, cómo quieres sonar…”, reflexiona en La Buena Vida, la librería de su padre, cerca del Palacio Real de Madrid. Está leyendo Las pequeñas virtudes, de Natalia Ginzburg. “Hasta hace pocos años no era muy lector”, explica, y cuenta que padece dislexia. “Me cuestan mucho las letras y concentrarme. Pero creo que lo segundo es generacional”.
La música es otra cosa. Tocaba la batería y al acabar segundo de bachillerato se puso a componer. Su progresión es espectacular: 200.000 oyentes mensuales en Spotify y un par de singles con más de un millón de escuchas. Acaba de publicar su primer EP, Music EP. “No hay un megaconcepto detrás de él. Es un poco una recopilación de lo que tenía”, explica. Pero ya está con los directos, que lo llevarán al Primavera Sound. “Es heavy, con 18 años compré la entrada y con 20 voy a subir al escenario. Es un sueño”.
Tristán Rodríguez se autodefine como un chaval de sentimientos y emociones fuertes. Por eso su música es melancólica y sensible. Su nombre, de origen celta, significa “que no muestra tristeza”, pero él hace canciones que define como “de tristeza placentera”. Sus ritmos no son depresivos: bajos y percusiones de electrónica y música urbana contrastan con letras de desamor y con una voz que, filtrada, a veces parece temblar. “La melancolía me sale de forma intuitiva, me incita a crear y expresarme. A veces es música más marchosa, a veces más experimental”.
Reivindica a la gente de Rusia IDK, su sello. Artistas como Rusowsky, Ralphie Choo o Mori. Ya ha colaborado ya con ellos porque, para él, la amistad es vital: “Es importantísimo hacer música con tus colegas. Pasar tiempo como humanos y no solo currando se ve reflejado en el resultado”. ¿Hacen bedroom pop? “Detesto la etiqueta, pero sí que es una música que hacemos en nuestros cuartos y suena popera”, responde. Todos tienen referencias y estilos diferentes, pero los unen artistas como Otto, Frank Ocean o James Blake y se muestran vulnerables en sus canciones.
¿Es una evolución hacia las nuevas masculinidades? “Me llama la atención esta pregunta. Yo lo veo muy normalizado. Estar concienciado sobre las relaciones, el amor, las amistades y cómo tratarlas se acaba viendo reflejado en tu música cuando hablas de ello. Te sale solo”.
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