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Abandonadas pero no olvidadas: la arquitectura que Juan Baraja rescata en el tiempo

Una muestra en el Museo ICO de Madrid recorre los trabajos del fotógrafo toledano durante la última década en el margen de PhotoEspaña 2022

Norlandia, 2014.
Norlandia, 2014.Juan Baraja
Victoria Zárate

De espaldas y con un vaso de plástico en la mano, un tipo descansa en el filo de una terraza de hormigón. Sobre el brazo lleva tatuado el esqueleto del edificio donde habitó, Vele di Scampia, un gran bloque de viviendas urbanas proyectado por el arquitecto italiano Franz Di Salvo al norte de Nápoles, entre 1962 y 1975. Es uno de los pocos personajes que ocupan Contra todo lo que reluce: efectos del tiempo, la muestra monográfica que acoge estos días el Museo ICON sobre la obra de Juan Baraja (Toledo, 1984), conocido por ahondar en las relaciones que la arquitectura y la gestión del espacio mantienen a través de su fotografía. Pero su presencia no es fortuita, tiene una sólida razón de ser. “Esa fotografía es crucial porque ordena muchos elementos. Llevar tatuado este edificio en el brazo (un lugar que durante mucho tiempo ha permanecido estigmatizado tratándose como un gueto, por estar apartado y resultar peligroso) muestra un sentimiento casi de pertenencia que ayuda a interpretar el espacio en otra dirección”, explica por teléfono a ICON DESIGN.

Las instantáneas que Baraja tomó sobre esta masa ingente de hormigón y acero construida como un modelo de arquitectura inclusiva para paliar la falta de vivienda de miles de familias napolitanas, revelan todo lo contrario a la utopía del plan original: durante años fue carne de La Camorra y tras décadas de continuo deterioro anunció su derribo en 2016. Esa silueta de tres velas triangulares que dio nombre al vecindario –y decora el brazo retratado– se muestra derruida, ajada por el tiempo y la problemática social que lo llevó a su fatídico desenlace. Pero aún así, pervive el espíritu de quienes lo habitaron a través de sus muebles despedazados, pintadas en los muros o el orgullo de una mirada, ese alma del edificio que el fotógrafo toledano es capaz de captar más allá de las paredes que lo contiene.

"Utopie Abitative: Scampia", 2021.
"Utopie Abitative: Scampia", 2021.Juan Baraja

La construcción de Di Salvo forma parte de Utopie Abitative, una de las ocho series que integran la muestra que permanecerá abierta hasta el 28 de agosto. Iniciada en 2018, a ella se adhieren fotografías de otros edificios italianos, como la residencia brutalista de Rozzol Melara en Trieste o el mastodóntico Corviale, el complejo de viviendas al suroeste de Roma. Todos nacieron con el objetivo de dar una respuesta a la incipiente demanda habitacional de las familias con menos recursos del país tras la posguerra; muchas de ellas acababan de llegar a las ciudades tras dejar su hogar rural y tenían que encontrar en estos espacios no solo una vivienda sino un lugar donde relacionarse.

"Utopie Abitative: Scampia", 2021.
"Utopie Abitative: Scampia", 2021.Juan Baraja

“Son edificios de hormigón, con estructuras un poco duras y surgen a raíz de la intención social de urbanistas y gobiernos de propulsar esta convivencia”, explica Baraja. El artista elude a una forma de urbanismo inspirada en la Unidad de Habitación que desarrolló Le Corbusier en Marsella. Este concepto de tipología residencial anclado en el movimiento moderno resolvería los problemas de viviendas generados tras la II Guerra Mundial, al crear bloques de viviendas a modo de comuna donde las personas tuvieran, además de su espacio privado, servicios y zonas comunes en las que reunirse, comer o hacer ejercicio. “En algunos casos sí funcionaron, como Il Serpentone en Poetisa o Rozzol Melara en Trieste, que son ciudades pequeñas y están próximas al núcleo urbano. Aquí la invasión del propio edificio es menor y funcionan como barrios de esa misma ciudad. En cambio, en otros como Corviale, proyectado por Mario Fiorentini a las afueras de Roma para albergar hasta 8.500 personas (con un kilómetro de longitud) y al actuar como una ciudad en sí misma no lo hicieron “, explica.

"Corviale", 2018. Colección H.E.F.
"Corviale", 2018. Colección H.E.F.Juan Baraja

Esta mirada analítica hacia la arquitectura como un espacio social en el que habitan y conviven las personas es uno de los distintivos de su obra, presente en la selección de trabajos del fotógrafo toledano que muestra el museo madrileño –la más completa hasta la fecha– durante esta última década. Algunos de ellos cerrados y otros en curso, incluye desde proyectos más personales a otros institucionales o ejecutados por encargo, como la serie para el Museo ICO sobre la Y Vasca, que finalizará al termino de las obras del AVE en 2028. Este último retrata la infraestructura ferroviaria que pretende unir mediante vías de alta velocidad las tres capitales vascas –Bilbao, San Sebastián y Vitoria– y conectarlas a su vez con Francia y Madrid.

"Y vasca / Euskal Y", 2022.
"Y vasca / Euskal Y", 2022.Juan Baraja

Tras dos décadas en construcción, la polémica ha sido un ingrediente más del proyecto. El plan que atravesó cambios de normativa ambiental y ferroviaria a nivel de la Unión Europea, ha generado voces críticas por el golpe en los ecosistemas y el modelo social que puede suponer una infraestructura de esta envergadura, como el impacto del hormigón sobre los bosques o el desplazamientos de caseros fruto de la expropiación de terrenos. Sin ir más lejos, las obras fueron objeto de una campaña de atentados y boicots desde 2007 en manos de ETA. Pero como sucede en todas sus series, Juan Baraja aclara que su cámara permanece imparcial y analítica ante lo que sucede, para dar testimonio de su evolución y que luego sea el espectador el que pueda juzgar por sí mismo. “Mi obra no habla de crítica social, yo me ocupo de fotografiar y analizar lo que veo, aunque se traten de recorridos subjetivos. En este caso [Y vasca] sería fácil posicionarse con una de las partes, pero mi intención es contar de forma documental lo que está pasando en este entorno de Euskadi”.

"Águas Livres", 2014.
"Águas Livres", 2014.Juan Baraja

Ese acercamiento a la realidad a través de un relato imparcial encaja en la temática documental que rige la última edición de PHotoEspaña, que este año celebra su 25 aniversario y de la que forma parte en su sección oficial. “Mi trabajo quizás no lo definiría como documental al uso pero la fotografía siempre es un documento y un retrato fiel, incluso el simple detalle de un picaporte. Das información sobre algo muy concreto, en este caso, sobre un edificio”, reflexiona. Su pulso objetivo heredado de la Kunstakademie de Düsseldorf, conocida por su fotografía arquitectónica que reducía a lo esencial cada elemento –y con Candida Höfer, Thomas Ruff y Thomas Ströth como referentes– ha evolucionado con el paso del tiempo, al igual que la cámara digital y el medio formato han dejado sitio a una escala mayor y al negativo de color 4X5.

Águas Livres, una de sus primeras series iniciada en 2014, retrata el bloque de viviendas modernas diseñado por Nuno Teotónio y Ozenfant en Lisboa durante los años cincuenta, inspirado también en el modelo habitacional de Le Corbusier. En este recorrido que continúa Parnaso –otro edificio de la misma época y con un mismo lenguaje en Oporto, esbozado por José Carlos Loureiro–, Baraja pone el foco en los elementos cotidianos a escala humana que componen un edificio, como el pasamanos de una escalera o un picaporte. Un trabajo que ensalza su capacidad analítica a la hora de mostrar un espacio recorriendo al detalle las líneas, colores y trazos de luz que proyecta. “Mi idea es que cuando el espectador vea la serie al completo y ensamble los diferentes fragmentos pueda imaginarse cómo está diseñado el edificio en su totalidad”. La serie Hipódromo, desarrollada en el mismo año, examina también en planos detalle la anatomía racionalista que los arquitectos C. Arniches y M. Domínguez y el ingeniero E. Torroja proyectaron en 1931 para este enclave del monte de la Zarzuela, junto a Madrid. En sus series posteriores, explica Baraja, el plano cambia de registro: “En últimos proyectos como Utopie Abitative he ampliado la mirada, voy más allá del detalle o la toma cerrada, retrato lo que une al edificio con sus alrededores”.

Fragmentos de la serie "Águas Livres".
Fragmentos de la serie "Águas Livres".

Este artista que llegó a la fotografía por causalidad, mientras estudiaba Bellas Artes en la Universidad de Barcelona –”quedé fascinado con el revelado analógico y la investigación de la luz en cuanto entré en el cuarto oscuro”, confiesa– empezó a interesarse por la arquitectura como protagonista de su obra de una forma lógica y casi orgánica, un modo de comprender el lugar que le rodeaba. “La arquitectura está muy presente en nosotros desde que somos pequeños, forma parte de nuestra relación con el espacio. Analizarla a través de la fotografía permite llegar a ella con otro tiempo, otro ritmo. Ese paseo por su atmósfera que conlleva el estudio previo permite entender el edificio de otra manera”, reflexiona.

El fotógrafo Juan Baraja junto a la muestra en el Museo ICO.
El fotógrafo Juan Baraja junto a la muestra en el Museo ICO.

Norlandia, su primer serie iniciada en 2014, también surgió por casualidad, a raíz de una residencia artística en Islandia. En esta ocasión, Baraja retrató la vida cotidiana que envuelve a una compañía pesquera y secadero en Olafsfjordur, un pueblo en el fiordo islandés de Eyjafjörður. Su incursión en el retrato sirve de herramienta para profundizar en la relación que los trabajadores mantienen con esta región, atizada por la dureza del paisaje y un clima extremo que sumerge a sus habitantes en una ausencia total de oscuridad durante el mes de julio. Esta discurso se manifiesta en el uso hiperrealista del color, las pinceladas de ironía (como un póster de una playa paradisíaca cuando la nieve brota en el exterior) o el bodegón a sangre fría de un pescado en proceso de putrefacción. Su trabajo denota orden y armonía pero también está llena de tensión y claroscuros, como la calma tras el caos. “Mediante la utilización de elementos característicos (….) como la repetición de la misma toma, la inestabilidad de la luz y el particular punto de vista de cada imagen, es como Juan Baraja logra retratar la simplicidad detrás de las complejidades del mundo que habitamos”, describe en la web del artista Alfredo Puente, historiador de arte y comisario de la exposición.

"Norlandia", 2014.
"Norlandia", 2014.Juan Baraja

Washington, con una exposición el próximo otoño a cargo de la embajada española en esta ciudad; y el proyecto en Pontevedra junto a la fundación Rac en el que Baraja retrata los edificios a la deriva tras la Ley de Costas, serán las próximas paradas en su ruta por esta geografía del abandono. En definitiva, lugares recónditos –y otros más alcance de la mano, pero igualmente desdeñados– que Baraja rescata con su objetivo del olvido.

"Hipódromo", 2014.
"Hipódromo", 2014.Juan Baraja

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Victoria Zárate
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 2016. Coordinó la web de Tentaciones y su sección de moda y estilo de vida hasta su cierre en 2018. Ahora colabora en Icon, Icon Design, S Moda y El Viajero. Trabajó en Glamour, Forbes y Tendencias y ha escrito en CN Traveler, AD, Harper's Bazaar, V Magazine (USA) o The New York Times T Magazine Spain.

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