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Blas Cantó: “Necesitamos referencias en la música y en el cine que cuenten historias homosexuales”

El cantante murciano ha puesto punto y final a su “bucle depresivo” con un nuevo disco, ‘El Príncipe’, en el que canta a un hombre por primera vez. Orgulloso de su pasado en la ‘boyband’ Auryn, el representante de España en Eurovisión 2021 hoy prefiere vivir ignorando los comentarios en la red

Blas Cantó en la sede de la discográfica Warner Music en Madrid, el 1 de junio de 2023. Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ
Andrea Jiménez

Con ocho años ganó el concurso musical Veo Veo de Teresa Rabal; a los 13 quedó segundo para representar a España en el festival de Eurojunior —por detrás de la ganadora, María Isabel—; con 19, formó parte de Auryn, la boyband que revolucionó la industria musical española; y a los 26, justo al salir de ella, ganó Tu cara me suena. Blas Cantó (Ricote, Región de Murcia, 31 años) siempre ha estado presente en el mundo artístico, pero no ha sido un camino fácil. Ahora regresa con el lanzamiento de su segundo disco, El Príncipe, para el que ha estado trabajando durante cinco años y con el que certifica el final de su “bucle depresivo”. “Me ha dado tiempo a vivir y a experimentar muchas cosas sin las que no hubiera podido escribir ni la mitad del álbum”, explica el artista a EL PAÍS.

A pesar de tener, según dice, una agenda repleta de entrevistas, firmas y eventos que no le deja ni tiempo para descansar, el cantante llega con la mejor de sus sonrisas a la sede de su discográfica, Warner Music, en Madrid. También con ganas de abrirse en canal mientras se pone cómodo en un sillón de cuero. Con El Príncipe da un paso al color para salir de la oscuridad que le ha acompañado durante los últimos años de su vida: la muerte de su padre, la de su abuela (en mayo y diciembre de 2020, respectivamente) y su paso por Eurovisión en mayo de 2021, que siempre había sido su sueño y que se convirtió en una experiencia agria por las tragedias familiares. “Un día dije: ‘Hasta aquí, ya no hay más oscuridad y no se llora más”, recuerda. Un cambio radical que en su carrera artística derivó en hacer cosas que hasta el momento no había hecho, pero no por miedo: “Empecé a hablar de chicos en mis canciones. Nunca les pongo género, pero obviamente no canto a los querubines. Ha sido un paso importante, pero no es una liberación, porque siempre me he sentido muy libre”. Cantó no es un príncipe y tampoco pretende serlo, pero sí busca que dejen de etiquetarle: “Hay muchos tipos de príncipes ahora, pero el azul no es el que yo quiero ser y tampoco el que soy. Es muy injusto encasillar al arte”.

Con Animal distinto, sencillo de su nuevo trabajo, viaja a su infancia, a su Ricote natal y a sus domingos como monaguillo: “Es una historia nostálgica, pero en la que mezclo el corazón con los pies”. No sabe de dónde le vino la vena artística con la que lleva en la industria de la música desde los ocho años, pero reconoce que fue su vía de escape: “Era un niño que necesitaba expresar las cosas que estaban pasando en mi vida: una madre muy joven y separada, un padre ausente, hijo único…”. Recuerda con emoción aquellas primeras veces en televisión: “Fue una etapa muy bonita. Así es como se debe de cuidar a los niños, lo van a recordar siempre. Es un ejercicio fundamental que los padres cuiden la infancia de los niños artistas, la mía lo fue”. El consejo más valioso que aprendió durante esa etapa de su vida fue el del rechazo: “Hay que entender que, a veces, las cosas no ocurren y no pasa nada. Es muy metafórico lo de perseguir los sueños y luchar por ello, porque puede que lo consigas o no. Del “no” han nacido las grandes historias”.

En 2009, entró en Auryn, la boyband que integraba con otros cuatro compañeros: Dani Fernández, Carlos Marco, David Lafuente y Álvaro Gango. El grupo español llegó a lo más alto de la industria musical nacional, incluso ganaron dos premios MTV. Después de cuatro discos y de congregar a miles de fans que llenaban cada uno de sus conciertos y eventos, decidieron ponerle fin. De cara al público todo parecía estar bien; de puertas para adentro eran una familia con problemas. “No es algo que no suceda en otros trabajos. Era muy intenso, pero lo gestionamos bien, supimos parar a tiempo. Cuando piensas en Auryn, piensas en una boyband que acabó en lo más alto, no en un grupo que se disolvió porque habían fracasado”.

Blas Cantó saltó a la fama cuando entró en 2009 en el grupo Auryn. En la imagen, el cantante retratado el 1 de junio de 2023.
Blas Cantó saltó a la fama cuando entró en 2009 en el grupo Auryn. En la imagen, el cantante retratado el 1 de junio de 2023.Claudio Álvarez

Una época de la que recogió muchos aprendizajes que aún mantiene: “El éxito de los demás me emociona. Aprendí a ser buen compañero y a respetar el espacio de cada uno. También a saber qué aportaba yo. Para las revistas juveniles era el viejoven porque era el más serio, el más mayor... Me siento más joven ahora que en Auryn y también más relajado. ¿Tú lo sientes también?”, interpela a la periodista, con esos ojos grises tan llamativos, en busca de aprobación. Para muchos era el que no contaba chistes y el que estaba en un segundo plano. No le frustraba, pero sigue vivo en su recuerdo: “Un día escuché que mis carátulas eran las que menos se vendían. Pero cuando nos separamos saqué mi disco en solitario y se vendió muy bien. Son etapas”.

Los miembros de Auryn rodeados por sus fans, en 2012.
Los miembros de Auryn rodeados por sus fans, en 2012. SANTI BURGOS

Su sueño llegaría unos años más tarde. El 5 de octubre de 2019 se anunció que representaría a España en el festival de Eurovisión: “Es muy diferente lo que se sueña con lo que luego ocurre. Es mucha presión y en mis sueños eso no existía. Llegó en el peor momento personal de mi vida”. La pandemia suspendió su participación, pero TVE volvió a confiar en él para la siguiente edición. Dos días antes de la fecha establecida inicialmente para la celebración del festival, fallecía su padre. Seis meses después, moría su abuela —una de las personas más importantes de su vida— a causa del coronavirus. Nada volvió a ser igual para él, pero aun así, Cantó tenía compromisos que cumplir. Viajó a Róterdam y defendió como pudo Voy a quedarme —”era una canción muy difícil emocionalmente”—, pero se fue en el antepenúltimo puesto. “Aprendes a protegerte y a no leer nada, ni lo bueno, ni lo malo”, explica el artista. Y añade: “Escuchar cosas bonitas todo el tiempo es peligroso, llegas a pensar que lo tienes todo hecho; escuchar cosas malas puede hacerte dudar de ti”.

Desconectar entonces, y ahora, de las redes sociales y evitar entrar en el bucle interminable del odio ha sido fundamental para su salud mental: “Necesitamos todo el rato que los demás sepan lo que pensamos. Dilo, a mí no me importa, pero no lo voy a leer. Si te desahogas me parece estupendo, pero necesitas que vean que estás haciendo daño. Tenemos que protegernos en las redes sociales porque tú no vas por la calle insultando a la gente. Tenemos que hacer un ejercicio de empatía, a mí lo que no me gusta no lo miro y me callo”.

Ya recuperado de la oscuridad y volviendo poco a poco a la luz que un día perdió, Cantó se atreve con todo en El Príncipe. La primera canción de esta nueva etapa la estrenó hace un año, El bueno acaba mal, en la que canta a un hombre por primera vez. “El problema lo ponemos nosotros con nuestros prejuicios. Necesitamos referencias en la música y en el cine que cuenten historias homosexuales y que lo hagan de manera natural y no a escondidas. Siempre es desde el pecado, desde lo prohibido, desde la culpa... La revolución es importante porque sin revolución no hay normalidad”.

Blas Cantó en la sede de Warner Music en Madrid, el 1 de junio de 2023.
Blas Cantó en la sede de Warner Music en Madrid, el 1 de junio de 2023.Claudio Álvarez

Con el disco, Cantó ha preparado una sorpresa especial para sus fans, un cuento escrito por él, que incluye una transcripción de una de las últimas palabras que le dedicó su padre el día de antes de morir: “Antes de irnos decimos la verdad de lo que sentimos. Esas palabras estaban cargadas de perdón y de reflexión. Es importante hacer las cosas bien en vida y no esperarte al último momento. Es duro. ¿Cuántos momentos de la vida te pierdes por las malas decisiones?”.

El murciano lleva toda la vida soñando y cumpliendo metas, pero todavía le quedan muchas pendientes: “Necesito que en mi cabeza y en mi corazón haya espacio para seguir soñando. Hay que soltar para hacer hueco”. Cercano, amable y sincero, tras 45 minutos Blas Cantó se despide para continuar con su apretada agenda: “Gracias. Ha sido como una sesión de terapia. Me gusta escuchar y ser escuchado”.

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Sobre la firma

Andrea Jiménez
Redactora de la sección Gente y Estilo de Vida desde septiembre de 2022. Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, ciudad natal en la que realizó prácticas en RTVE. Cursó el máster de Periodismo UAM-EL PAÍS con la promoción 2021-2023.

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