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Michael J. Fox, en su documental: “Me convertí en un virtuoso de la manipulación de la ingesta de drogas”

El actor de ‘Regreso al futuro’ ha presentado la que asegura es una película sobre la vida y en la que habla sobre el párkinson que padece desde 1991: “No tengo tiempo para sentir lástima de mí mismo”

Michael J Fox
Michael J. Fox, acompañado de su mujer, Tracy Pollan, en la SXSW de Austin (Texas), el 14 de marzo de 2023.RICK KERN (FilmMagic)
El País

A Michael J. Fox cada vez le cuesta menos hablar sobre la enfermedad que padece desde 1991. “El párkinson apesta, pero he tenido una gran vida, así que gracias por ello”, aseguró este martes 14 de marzo en el Festival de Cine South by Southwest de Austin (Texas). El actor tenía solo 29 años cuando le diagnosticaron esta enfermedad neurodegenerativa, justo cuando acababa de convertirse en una gran estrella del cine gracias a su papel de Marty McFly en la trilogía de Regreso al futuro. Durante siete años ocultó el párkinson y su mano izquierda, donde comenzó el temblor que delataba el diagnóstico, pero a sus 61 años ha decidido abrirse y mostrar al mundo su vida en Still: A Michael J. Fox Movie, el documental que se estrenó el pasado mes de enero en Apple TV + y que el actor ha presentado ahora en el festival.

Después de la proyección de la cinta, Fox habló sin tapujos sobre su situación actual conviviendo con la enfermedad. “La lástima es una forma benigna de abuso. Puedo sentir lástima de mí mismo, pero no tengo tiempo para eso. Hay cosas que aprender de esto, así que hagámoslo y sigamos adelante”, reconoció el intérprete, que en 2022 recibió el Oscar honorífico. No siempre se mostró tan positivo y el documental es la prueba de ello. En él narra cómo recurrió a la bebida para olvidar su grave pronóstico. “Definitivamente, era un alcohólico, pero he pasado 30 años sin tomar una copa”, admite en la cinta dirigida por Davis Guggenheim, quien también se encontraba en la presentación.

Su mujer, Tracy Pollan, con quien lleva casado 35 años y tiene cuatro hijos en común, fue la que le ayudó a dejar el alcohol, según Fox. El impulso para compartir su vida en el documental, en cambio, se lo atribuye a la ayuda de sus seguidores: “Mis fans, básicamente, me han dado mi vida”, explicó en el festival de Austin, “quería darles mi tiempo y mi gratitud a estas personas que han hecho tanto por mí. Fue genial para mí escucharles a todos ustedes”.

Michael J. Fox, y su mujer Tracy Pollan, ayer durante la presentación de su documental en Texas.
Michael J. Fox, y su mujer Tracy Pollan, ayer durante la presentación de su documental en Texas.Jack Plunkett (Invision/AP)

Después de hacer público su párkinson, Fox fundó la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Párkinson en 2000. Desde entonces, ha recaudado 1.000 millones de euros. “No tenía otra opción. Tengo que dar todo lo que tengo y no es un servicio de boquilla. Me presento y hago lo mejor que puedo”, aseguró sobre su compromiso con la concienciación sobre esta enfermedad. Además, aseguró que no se arrepiente de los siete años durante los que siguió trabajando en la industria cinematográfica a pesar de su diagnóstico: “Haces lo que tienes que hacer, pero no quieres suicidarte. Y fue entonces cuando me detuve”. Durante esa etapa de su vida, Fox filmaba sus nuevos proyectos de cine y televisión tomando píldoras de dopamina para ayudar a evitar los primeros síntomas de la enfermedad y lucía siempre accesorios en el brazo para camuflar los temblores. “Valor terapéutico, comodidad... ninguna de estas fue la razón por la que tomé estas píldoras. Solo había una razón: esconderse”, dice Fox en el documental. “Me convertí en un virtuoso de la manipulación de la ingesta de drogas para poder alcanzar mi punto máximo exactamente en el momento y lugar correctos”, confiesa en la cinta.

Todo ello viene recogido en un documental que, sin embargo, no es una película sobre el párkinson, según comentó Fox este martes: “David hizo una película sobre la vida”. El propio director la definió como un “relato de la vida pública de Fox, llena de emociones nostálgicas y brillo cinematográfico”, junto con su “viaje privado nunca antes visto, incluidos los años que siguieron a su diagnóstico de párkinson”. Pero Fox compartió que hay mucho más en la película que los detalles sobre su salud. Recuerda, por ejemplo, cómo de pequeño corría para escaparse de casa y comprar caramelos. O cómo corría también en el colegio y en el instituto porque al ser tan bajito era su manera de huir del acoso de otros compañeros. Ese aspecto infantil, en cambio, fue su mejor baza en la juventud para comenzar su carrera como actor. “Yo tenía 16 años y buscaban a un niño de 12″, cuenta en la cinta. Así consiguió su primer papel, pero el canadiense no logró alcanzar la fama hasta su aparición en la comedia de 1982 Enredos de familia, la serie a la que Steven Spielberg tuvo que rogar que le prestaran a Fox para rodar Regreso al futuro. Durante tres meses trabajó a la vez en los dos rodajes, así que dormía solo dos o tres horas al día. Y no paró hasta el año 2000, cuando los síntomas de su enfermedad se hicieron más severos.

El propio Fox es quien narra toda la historia, conformada por grabaciones de archivo y la recreación de otros momentos íntimos de su vida. “Algunas personas verían la noticia de mi enfermedad como un final, pero estaba empezando a sentir que era realmente un comienzo”, afirma Fox, que durante la grabación cae varias veces al suelo mientras camina. Pero lo importante es que se levanta. De hecho, la sinopsis oficial define esta producción como el reflejo de “lo que ocurre cuando un eterno optimista se enfrenta a una enfermedad incurable”.

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