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Cómo hacer hojuelas en versión sefardí

Estas frutas de sartén se elaboran con una masa prácticamente igual que la de la pasta al huevo italiana, con la salvedad de la grasa añadida. Tras freírlas se bañan en un almíbar de agua, azúcar y miel.

El ramo de flores que quiero
El ramo de flores que quieroMIRIAM GARCÍA
Miriam García

Las hojuelas sefardíes son frutas de sartén. Como describe Francisco Abad Alegría en este artículo, se llama así a los pequeños bocados generalmente dulces elaborados con masas harinosas de variada composición, que se fríen en aceite o grasas de otro tipo. La presente receta la tomamos de Ana Bensadón, judía sefardí natural de Tánger que fue profesora en la escuela Alambique de Madrid, y autora de un interesante recetario de dulces sefardíes con el título de Dulce lo vivas. Aquí la podéis ver en acción preparando sus hojuelas.

La masa de estas hojuelas sefardíes es prácticamente idéntica en composición a la pasta al huevo italiana, con la salvedad quizá de la grasa añadida. Por ello los afortunados que dispongan de una máquina para hacer pasta, como doña Ana, podrán usarla para estirar la masa y cortar las tiras. Los que no tengan acceso a un artilugio similar, le tendrán que dar al brazo con el rodillo para dejar la masa bastante finita, que es uno de los secretos para que las hojuelas queden estupendas. Recuerda que si lo sefardí no te tira y eres más católico, apostólico y romano, también puedes preparar estas hojuelas de Semana Santa.

Dificultad: La de enrollar la masa en el tenedor a medida que la fríes, requiere tiento.

Ingredientes

Masa

  • 3 huevos L
  • 25 g de aceite vegetal
  • 1 pizca de sal
  • 350-400 g de harina (depende de la capacidad de absorción)
  • Aceite vegetal adicional para freír

Almíbar para bañar

  • 125 ml de agua
  • 250 g de azúcar
  • 1 cucharada de miel

Además

  • Aceite para freír

Instrucciones

1.
Mezclar en un bol o en un robot todos los ingredientes de la masa hasta obtener una masa homogénea, firme y nada pegajosa, empezando por la cantidad inferior de harina. La cantidad final de harina depende de su capacidad de absorción, así que puede ser necesario ajustar añadiendo poco a poco.
2.
Meter la masa en una bolsa zip y dejar reposar una hora para que se hidrate y afine.
3.
Tomar pedazos de masa, enharinar la mesa ligeramente y estirar con rodillo a un grosor muy finito, menos de dos milímetros (o con máquina para pasta). Cortar en tiras de cuatro por 30 centímetros, más o menos.
4.
En una sartén pequeña y honda o en un cazo, calentar bastante aceite hasta justo antes de que humee; es importante que el aceite esté bien caliente para que la masa sufle debidamente.
5.
Enrollar el extremo de una tira de masa en las púas de un tenedor, introducir las púas en el aceite, con el tenedor inclinado, e ir girándolo para continuar enrollando la masa, pero manteniendo sumergidas las púas en todo momento, de manera que la masa se va friendo a medida que se forma el rollito (en este vídeo se ve bien).
6.
Una vez enrollada toda la tira de masa, mantener la hojuela unos segundos arrimada al lateral de la sartén o cazo para fijar el extremo de la tira de masa y que no se desenrolle. Soltarla entonces del tenedor con algún utensilio y dejar que se acabe de dorar por todas las caras.
7.
Proceder de igual manera con todas las tiras de masa e ir pasándolas a una fuente con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
8.
Poner todos los ingredientes del almíbar en un cazo y cocer tres o cuatro minutos.
9.
Pasar las hojuelas frías -con cuidado, que son frágiles-, por el almíbar templado y escurrirlas en una rejilla.

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com.

Sobre la firma

Miriam García
Química y traductora de inglés de formación, gastrónoma por pasión desde el 2013. Divulgadora gastronómica y fotógrafa para marcas de alimentación o medios como El Comidista y 'Bon Viveur', profesora de cocina en la Escuela Alambique de Madrid, recetea en su blog 'El invitado de invierno' y en donde le lleve el viento, gastronómicamente hablando.

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