Bitter Kas: el refresco ‘viejuno’ con más de 20 ingredientes secretos que no pasa de moda
Así es la bebida que resurge con fuerza: rosa, burbujeante, herbal, ligeramente dulce, ligeramente amarga, sin alcohol y baja en calorías
El Bitter Kas nació en 1967 bajo el ala de la marca KAS, tras 10 años de su fundación en Vitoria por Luis Knörr Elorza, que provenía de una familia que se dedicaba a la elaboración de cervezas y de las gaseosas El As, dirigida por su padre, el alemán José María Knörr Streiff
Su sobrino y exvicepresidente del parlamento Vasco, Gorka Knörr, contaba recientemente en una charla que tuvo lugar en Montcada i Reixac, donde la empresa instaló una de sus fábricas en 1974, que Roman Knörr Streiff, huyendo de la guerra Franco-prusiana en 1870, dejó Alemania para recalar en España. En 1883 decidió, finalmente, quedarse en Vitoria, donde trabajó en la fábrica La Azucarera.
KAS emergía tras añadir la inicial de su apellido a la marca familiar “y de la formulación del refresco rosado se ocuparía el farmacéutico, especialista en plantas medicinales y catedrático de la Universidad de Barcelona, el doctor Hausmann”, explican desde PepsiCo, la propietaria de la bebida desde 1992. “Mi padre, Roman Knörr Elorza, estaba a cargo del laboratorio, donde también colaboraba su hermana María Dolores, y nos traía a casa pruebas del Bitter Kas para que le dijéramos si nos gustaba. Mi hermano fue el artífice del éxito publicitario del Bitter KAS y del resto de productos, de la mano de la agencia barcelonesa MMLB”, explica Knörr.
Refresco nicho para sus adeptos y raro para sus detractores, “posiblemente se inspira en los aperitivos rojos italianos sin alcohol de los sesenta como Sanbitter (1961) o Crodino rosso (1965), época en la que se buscaban tragos de aperitivo como el Campari, pero sin o bajos en alcohol, o las sodas 0% de Cinzano disponibles en los setenta y ochenta″, afirma el experto en coctelería François Monti. “Siempre he pensado que es una versión patria, sin alcohol, del Campari soda italiano, que se pone de moda en formato botella en los años cincuenta″. Hoy convive con otras opciones, como el Bíter Somarroza, de origen cántabro, a base de sidra; Gentian Aperitivo, de Libertine Blends —con ciruela, ajenjo, genciana, hibisco y laurel—; Bitter Ciao, de la zaragozona Codecsa; Bitter Rosso, de Royal Bliss o Bitter Rosso, de Mare Rosso.
Según su ficha técnica, el Bitter Kas se compone de: agua carbonatada, jarabe de glucosa y fructosa, acidulante: E-330, aromas (incluyendo extractos de plantas), colorantes: E-150d, E-122 y E-124, conservador: E-202, edulcorantes: E-950 y E-955. Se indican como alérgenos los colorantes E-122 y E-124 por sus posibles efectos sobre la actividad y la atención de los niños. El clásico botellín de 20 centilitros contiene un total de 38 kcal, 4,7 gramos de azúcar y 0,03 gramos de sal. Pero, ¿a qué sabe realmente el Bitter Kas? Los expertos en cata de vino afirman que los vinos elaborados con Pinot Noir bitterkasean, es decir, que huelen y saben al refresco rosado por las notas amargas y a la vez dulce que tienen esos vinos. Sin embargo, hay una nota herbal que predomina en el Bitter Kas: la de la genciana (Gentian lutia).
Componente clásico del vermú y de distintos tipos de bitters empleados en coctelería, como Suze, la genciana es una planta “cuyo total de partes son amargas a causa de la amarogentiana, uno de los componentes más amargos que existen en la naturaleza (...) Es tan amargo que se usa para medir científicamente el amargor”, explica Lesley Jacobs Solmonson en Liqueur. A Global History (Reaktion Books, 2024). A ella se le suman 20 otros extractos naturales de planta, entre los que se adivinan la piel de naranja, la nuez moscada y el clavo.
Su consumo, afirman desde PepsiCo, está asociado al buen tiempo y repunta entre mayo y octubre, especialmente en Cataluña y Madrid, que es donde tiene “una presencia muy fuerte”. Y precisamente es en estas dos capitales donde encontramos bares que emplean el Bitter Kas como ingrediente y parte de otras elaboraciones. En la Bodega Carol (Barcelona), su recientemente fallecido propietario, Pep Forés, lo empleaba en el siguiente trago, que llamó Bitter Pep: en un vaso de sidra disponía tres hielos, llenaba un cuarto con vermut rojo, añadía una medida de medio chupito del licor de aperitivo amargo Cynar, a base de alcachofa, y un chupito entero de Gin Giró, su ginebra seca de preferencia. Por último, se rellena el vaso con Bitter Kas.
Por su parte, Narciso Bermejo en su recién estrenado Rambal (Madrid), lo prepara así: 5 medidas de ginebra Giró o Larios, 2 golpes de Angostura, 2 golpes de Campari, un twist de naranja dentro y otro como decoración y Bitter Kas, también en un vaso de sidra modelo Sella, de paredes muy finas. “Me encanta el Bitter Kas”, explica Bermejo. “Forma parte de los recuerdos gustativos de momentos felices de mi vida y me agrada ese amargor sin exceso de dulzor. Sirvo este trago, al que llamo Bitter preparado, porque Rambal es un bar de folklore gastronómico. Me inspiré en el Bitter preparado que sirven en el templo que es Ander Etxea, en Bilbao, donde Tere y sus hijos lo hacen con Cinzano. En mi caso, lo intercambio por el refresco para aligerar su carga de alcohol. Es perfecto: es un trago largo de aperitivo que permite gestionar la ingestión alcohólica”.
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