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Convertir tu vida en una película de Wes Anderson, ¿qué hay detrás de este fenómeno viral?

Mil millones de visualizaciones avalan una tendencia en Tiktok que traspasa la gran pantalla. Escenarios bonitos que se pueden replicar en casa, colores llamativos y una obsesión por romantizar la rutina en redes sociales están detrás de su éxito

Wes Anderson movie
Los actores Tony Revolori y Saoirse Ronan (a la derecha) en una escena de 'El gran hotel Budapest', de Wes Anderson.Martin Scali (Fox Searchlight / Everett Collection / Cordon Press)

“La rutina vista con los ojos de Wes Anderson es siempre más bonita”, le comentaba una amiga a otra en una cafetería esta semana mientras le enseñaba el último reel que había subido a Instagram. Y tal vez tiene razón, ya que la tendencia viral de TikTok con la etiqueta #WesAnderson arrastra ya mil millones de visualizaciones. Capturar vacaciones idílicas en España en colores vibrantes, compartir imágenes de momentos diarios u objetos cotidianos e incluso hacer uso de la inteligencia artificial se ha convertido en una manera de ver el día a día a la que se han rendido millones de usuarios de todo el mundo.

Es evidente que su punto de vista único detrás de la cámara le ha otorgado al director el título más que merecido de rey de lo bonito y colorista. Su estética, inspirada en la cultura popular y el diseño de los años sesenta y setenta, atrae porque ofrece un escape a la manera de ver lo cotidiano: la llena de detalles y color en un mundo imaginario que parece siempre mejor que el real. Su atención a los detalles y composición hace que lo ordinario parezca extraordinario y esto, precisamente, es una de las claves de su éxito en redes sociales.

Victor López G., crítico de cine y creador de contenido, considera que hay tres factores importantes que resumen el éxito del traspaso del cine de Wes Anderson a la realidad. “La simetría es tremendamente atractiva para el cerebro, ya que es fácil de analizar y procesar, crea una sensación de orden, elegancia y simplicidad”, asegura. Esto, junto a los planos cenitales —esos que se ven desde arriba—, crea una sensación agradable en el espectador mientras los personajes interactúan y parece formar parte de la historia de manera integrada. La segunda idea es el tratamiento del color, una de las características más evidentes de su cine.

“Con el paso de los años, la industria abraza paletas más grises y Anderson es un gran defensor del color en la gran pantalla”, comenta López. Y añade: “Esto va mucho más allá de lo puramente estético, ya que la gama de color se integra en la narrativa y contribuye a contar la historia”. Por último, la luz es un carácter con identidad propia: crea profundidad de campo y hace que podamos apreciar bien el paisaje y el escenario en cada plano. “Aunque parezca simple, el cine de Wes es muy complejo”, matiza el crítico de cine, “frontalidad, simetría, color y luz son fáciles de imitar, lo que ha ayudado mucho a que esta tendencia se haya viralizado rápidamente”.

Tony Revolori y Ralph Fiennes, junto al director Wes Anderson, en la grabación de una escena de 'El gran hotel Budapest'.
Tony Revolori y Ralph Fiennes, junto al director Wes Anderson, en la grabación de una escena de 'El gran hotel Budapest'. Martin Scali (Fox Searchlight / Everett Collection / Cordon Press)

Todo lo anterior, mezclado en las condiciones adecuadas, genera el cóctel perfecto para TikTok: vídeos cortos que retienen la atención de los usuarios con una música pegadiza y escenarios que se pueden replicar fácilmente en casa. Inevitablemente, este contexto lleva a plantearse si, en general, se tiende a idealizar la realidad dentro de las redes sociales, escapando de la monotonía y lo aburrido del feed.

¿Qué hay detrás de esta obsesión por hacer bonito todo? ¿Por qué tendemos a romantizar la rutina? La estratega digital Raquel Carrera tiene claro que es un reflejo de la situación vital, social y económica en la que estamos viviendo: “Habitamos en un momento de caos y esto nos hace terriblemente frágiles. Históricamente, la vulnerabilidad nos lleva a buscar lo bonito, a convertir nuestra existencia en algo bello, porque es de las pocas cosas sobre las que sentimos que tenemos algo de control”. Las redes sociales son un avatar de la vida real, cada usuario elige qué mostrar, aunque no sea necesariamente 100% verdadero, y plasma ante el resto de seguidores su propia autenticidad. La estética del cine de Wes Anderson es perfecta para ello, ya que su mundo imaginario con vestuario preciosista traslada a un ideal que podemos compartir y al que aspirar. “Es un contenido que puedes consumir en bucle e imitar, es la fórmula perfecta”, afirma Carrera.

@irinahp

Accidentally Wes Anderson in Budapest. For those who're planning on visiting it soon, here some of my favorite spots in the city: • Gellért Baths (retro vibes) • New York Café: most beautiful café • The Parliament (especially magical at night) • hotels: Anantara Hotel, Baltazar, Brody House #accidentallywesanderson #wesandersontrend #wesanderson #budapest

♬ Obituary - Alexandre Desplat

Un fenómeno más allá de TikTok

Pero el éxito de Wes Anderson va más allá de su filmografía y de esta tendencia en redes. Se ha convertido en todo un icono de la cultura popular actual y su armonía ha traspasado todas las fronteras posibles. Desde sus paletas de color hasta el diseño gráfico de sus películas, el director tiene una legión de fans repleta de ganas de descubrir y compartir su manera tan personal de ver el mundo. Wes Anderson sabe cómo contar historias y llevarlas más allá de ese espectro cinematográfico de preciosismo y felicidad. La cuenta de Instagram Accidentally Wes Anderson (AWA) es uno de los ejemplos perfectos de este fenómeno. Con casi dos millones de seguidores, ha sabido sacar partido a su cine traspasándolo de la gran pantalla a los espacios ordinarios, creando guías de viajes y buscando lugares atípicos que podrían, perfectamente, salir de una película del director. Un proyecto personal que quiere inspirar diariamente a miles de seguidores en su afán por la aventura y la curiosidad. La pareja creadora de AWA define a la perfección el secreto del éxito en su cuenta: “Buscamos los equivalentes a las escenas imaginativas de sus películas por todo el mundo, abriendo los ojos a la belleza que nos rodea y replanteando la perspectiva, viviendo en un mundo más bonito”.

Sin ir más lejos, en el año 2015 la Fundación Prada de Milán le encargó al director el diseño de su cafetería en la ciudad italiana, para la que recreó un bar tradicional milanés, llevando a lo tangible sus colores y formas. Sin embargo, su enfoque fue diferente al que utiliza en los decorados de sus películas, pensándolo desde el punto de vista del lugar de reunión diario, donde tomar café y disfrutarlo, no desde la idealización donde suceden historias imaginarias. “Es un espacio para la vida real con numerosos buenos lugares para comer, beber, hablar, leer… Aunque sería un buen plató de cine, creo que sería un sitio aún mejor para escribir una película. Intenté que fuera un bar en el que me gustaría pasar mis propias tardes no ficticias”, explicó el director sobre el Bar Luce. De este modo, fue concebido como el punto donde lo cotidiano existe dentro del dominio de lo romántico y, llevado al mundo de las redes, donde todo se viraliza en minutos. Su estética de los sesenta lo convierte en el escenario instagrameable perfecto donde lo imaginario está al alcance de cualquiera.

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