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La presentación suave o el lanzamiento oficial: así introducen las nuevas (y viejas) generaciones a sus parejas en redes sociales

Desvelar de forma gradual una nueva relación en el mundo virtual es lo que los estadounidenses llaman ‘soft launch boyfriend’. Una técnica de ‘marketing’ que en el ámbito sentimental minimiza el riesgo de hablar de un amor que puede no ser definitivo

Soft launch redes sociales
La presentación gradual y tímida de una nueva pareja en redes sociales es una técnica copiada del mundo del 'marketing'.swissmediavision (Getty Images)
Enrique Alpañés

De repente hay dos copas de vino y un torso al otro lado de la mesa. Una silueta a contraluz en la foto de un atardecer. Otro par de pies en esa preciosa instantánea en la playa. Y un desconocido empieza, poco a poco, a colonizar el feed de uno de nuestros contactos en las redes sociales. No hay un mensaje suficientemente explícito y las fotos no los retratan en actitud cariñosa. Puede ser un amigo. Un amigo con el que sale a cenar a menudo, con el que se va de viaje, con el que asiste a fiestas, ve atardeceres y da románticos paseos de la mano. Esta técnica de tímida presentación en el mundo virtual es lo que los estadounidenses llaman soft launch boyfriend.

El término se hizo viral gracias a un monólogo y un tuit de la cómica Rachel Sennott en verano de 2020 y, desde entonces, no ha parado de ganar popularidad. Es la traslación al mundo de las relaciones de una técnica de marketing: el soft launch es la presentación de un producto de forma limitada y gradual y se puede traducir al español como presentación piloto o suave. La presentación suave es una estrategia de contenido que tiene sentido, también, en las redes sociales. Presenta a los seguidores, de forma gradual, a un nuevo personaje en la narración que hacen de su vida los usuarios de estas. Lo hace minimizando el riesgo de introducir a un amor que puede no ser definitivo. Además, es una estrategia frívola y entretenida. Una manera de darse importancia, de hacer que la gente se pregunte: ¿quién es esa nueva persona?

“Creo que es la forma más usada para presentar a las posibles parejas en redes sociales, mientras vas valorando si la relación irá hacia delante o no”, explica la psicóloga de pareja Lorenlay Fraile. “Yo misma lo he hecho en mi última relación sin saber que tenía un nombre”, reconoce. Quizá por eso el término ha tenido tan buena acogida, porque bautiza una tendencia que todo el mundo ha asumido de forma natural y subconsciente. “En la era de Instagram, el inicio de una nueva relación implica la elaboración de una estrategia de relaciones públicas”, explicaba con ironía un artículo de la revista The Atlantic el año pasado.

Presentar a una pareja en sociedad puede resultar estresante. “Hace que te veas expuesto, vulnerable y que recibas feedback sobre la persona con la que estás”, apunta Fraile. Es un paso que sirve para afianzar una relación, pero también para ponerla a prueba. Y este proceso, que antes se hacía de forma totalmente analógica, tiene en los últimos años un traslado también al entorno digital. Por eso se han ido desarrollando estrategias para amortiguar la importancia de ese gran paso en cualquier nueva pareja.

Uno de los golpes de efecto de Facebook en sus primeros meses de existencia fue el crear un apartado en el que el usuario debía especificar si estaba o no en una relación. Este detalle fue determinante en el éxito de la red social, como bien refleja la película del mismo nombre que dirigió David Fincher. Bien fuera para ligar o simplemente para cotillear, la gente resultó estar muy interesada en comprobar la situación sentimental de sus contactos. Facebook tenía —y tiene— distintas opciones para resumir algo tan complejo como una relación. “Soltero” o “en pareja” fueron las dos originales, aunque con los años se han ido añadiendo alternativas. Este binarismo reduccionista hacía que la presentación de una pareja fuera algo más definitivo y oficial. Ver en el muro que un contacto había cambiado su estatus de “soltero” a “en una relación” (y no digamos ya lo contrario) desencadenaba una ristra de reacciones y comentarios. Siguiendo con el símil mercadotécnico, más que una presentación suave o piloto parecía el evento de presentación del nuevo iPhone.

Las redes sociales han cambiado mucho desde entonces y también la forma de presentarse en ellas. Con los años los usuarios han aprendido a contarse, a controlar la narración de su vida amorosa. Y los que mejor han sabido hacerlo son los famosos. La cantante Jennifer Lopez, por ejemplo, desveló que había retomado su relación con el actor Ben Affleck con una foto de ambos besándose en un carrusel de diapositivas en Instagram. Es una presentación oficial, más similar a como se hacían las cosas hace 20 años, cuando empezaron a salir por primera vez. La mediática Kourtney Kardashian, por su parte, confirmó su romance con el músico Travis Barker con un primer plano de sus manos entrelazadas, más similar a una presentación suave (y cursi).

La presentación suave del novio o su lanzamiento oficial son determinantes para entender la forma en la que una pareja se presenta en sociedad y esto, ahora que todo el mundo tiene un pequeño altavoz virtual, no se limita solo a los personajes públicos. “Las redes sociales pueden marcar un poco la identidad de una relación y son, a veces, fuente de conflictos”, señala la psicóloga Lorenlay Fraile. La cantidad de información que la pareja quiera compartir, hasta qué punto valora su intimidad o si quiere incluso esconder su relación son aspectos determinantes para calibrar el contenido que va a mostrar.

El 28% de los usuarios de redes sociales comparte o discute en ellas aspectos sobre su vida en pareja o sus citas, según un análisis de Pew Research. Este porcentaje varía mucho según la edad. Cuanto más joven es el usuario, más propenso será a mostrar a su pareja o hablar de ella. Así, el 48% de los jóvenes entre 18 y 29 años lo harán, porcentaje que desciende al 34% en la franja de 30 a 49 años y se descalabra entre los adultos de entre 50 y 64 años (14%). Solo el 7% de los mayores de 65 años lo hará.

“Tener pareja y mostrarla en sociedad está sobrevalorado e inconscientemente se percibe como sinónimo de éxito”, reflexiona Fraile. De esta forma se explica la sobreabundancia de azúcar en Instagram, un lugar en el que, antes de aplicar un filtro Valencia, las fotos pasan un filtro social y personal que distorsiona aún más la realidad. “Lo que yo publico en la red es la imagen que los demás se harán sobre mi vida y esa identidad es donde a día de hoy muchos construyen su autoestima”, apunta la psicóloga.

En este contexto, puede que la presentación suave de una pareja en las redes sociales parezca una tendencia frívola y absurda, algo que afecta solo a gente muy joven o muy enganchada al móvil. Pero cómo las parejas se muestran en público, también ante el público digital, importa. La forma que tenemos de contarnos, de proyectarnos, importa. Y la manera en la que el lenguaje y las técnicas empresariales se están infiltrando en ellas también.

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Sobre la firma

Enrique Alpañés
Licenciado en Derecho, máster en Periodismo. Ha pasado por las redacciones de la Cadena SER, Onda Cero, Vanity Fair y Yorokobu. En EL PAÍS escribe en la sección de Salud y Bienestar

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