Hace 30 años, en 1989, caía el muro de Berlín. Los fotógrafos de EL PAÍS estuvieron allí para contarlo. Mostramos aquí una selección de imágenes del archivo del diario, la mayoría nunca digitalizadas, de aquel mes de noviembre.
Fotos: Luis Magán, Jesús Ciscar y Joan Sánchez Texto: Anabel Serrano y Gema García
Ver el contenido¿Qué era el muro de Berlín?
Un paredón infranqueable que se convirtió en el símbolo de la Guerra Fría. Además de dividir a Alemania en dos países —la RFA (occidental) y la RDA (oriental)—, también partía el mundo en dos: el bloque de los países alineados con la OTAN (bajo el liderazgo de Estados Unidos) y el del Pacto de Varsovia (la Unión Soviética y sus países satélites). Unos 45 kilómetros de muro separaban el Berlín Oriental del Occidental.
¿Por qué se construyó?
Los muros fronterizos actuales (como el Estados Unidos, Israel, o las vallas de Ceuta o Melilla) se construyen para que no entren los de fuera; sin embargo, este se levantó para que no escaparan los de dentro. Solo desde principios de agosto de 1961, días antes de construirse el muro, casi 50.000 personas habían dejado el Berlín Oriental. Muchos berlineses perdieron sus viviendas cuando, además, se creó una “zona prohibida”.
¿Cómo era?
Era más que un muro. En realidad, era un emparedado de muerte entre dos paredones. El perímetro exterior estaba fuertemente iluminado y su pared interior, pintada de blanco para reflejar mejor la silueta de los que intentaban huir; zanjas, dunas, torretas con vigilantes armados en la llamada franja de la muerte, alambrada de espino, vallas metálicas y trincheras y bloques de hormigón de dos toneladas de peso y entre 2,5 a 3,6 metros de altura por 1,5 de ancho. En algunas zonas, los policías patrullaban con perros y había barreras antitanques.
¿Cuánta gente murió?
Oficialmente, 79 personas perdieron la vida (aunque se desconoce cuánta gente murió realmente intentando pasar al otro lado del muro, se cree que fueron unas 200) y un centenar resultaron heridas en distintas tentativas. A la primera víctima, Günter Liftin, de 24 años, le dispararon el 24 de agosto de 1961 cuando cruzaba a nado el río Spree. Descubierto por la policía, fue sacado del agua y asesinado de un disparo. El último en perder la vida fue un joven de 20 años, Chris Gueffroy, el 6 de febrero de 1989, ametrallado por la policía de la RDA cuando intentaba cruzar a nado un canal que atraviesa Berlín tras haber conseguido franquear el muro.
La división de Berlín
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1945), las potencias vencedoras (Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y la Unión Soviética) decidieron repartirse la capital alemana. En 1948, los occidentales unificaron sus respectivos sectores en uno solo. En 1955, la Unión Soviética declaró liquidada la ocupación y que Berlín pertenecía en su totalidad a la RDA.
La perestroika
Mijaíl Gorbachov alcanzó en 1985 la cima del poder en la Unión Soviética y con él llegaron la perestroika (reestructuración en ruso), un conjunto de reformas para cambiar la economía del país y sus relaciones con occidente, y la glasnost, la transparencia informativa. Los vientos de cambio en la Unión Soviética se convirtieron en un vendaval en los países del bloque comunista. Varias revoluciones tuvieron lugar en 1989 en países de ámbitos soviéticos. Polonia dio el pistoletazo de salida; Checoslovaquia se apuntó con su Revolución de Terciopelo y en los países bálticos (Letonia, Estonia y Lituania) cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles pidiendo recuperar la independencia que habían perdido en 1940 cuando se incorporaron a la URSS.
El 40º aniversario de la RDA
Un mes antes de caer el muro habían tenido lugar las celebraciones del 40º aniversario de la fundación de la Alemania Oriental. Desde las elecciones municipales del 7 de mayo (descaradamente manipuladas por el régimen), todos los 7 de cada mes miles de personas salían a protestar en Alexander Platz, en Berlín, para pedir medidas de apertura y cambio. Las autoridades de la RDA anunciaron una “solución china” (en referencia a la matanza de Tiananmen, la masacre en esa plaza de Pekín de estudiantes chinos que pedían la apertura del régimen y que había tenido lugar solo unos meses antes de ese mismo año).
La caída de Erich Honecker
La oposición de la gerontocracia de la RDA a la perestroika, la rebelión en la calle (con miles de personas protestando en Dresde y Leipzig) y sus problemas de salud hicieron que el 18 de octubre de 1989 el líder de la RDA, Erich Honecker, fuera sustituido por Egon Krenz, que se vio sobrepasado por los acontecimientos.
Éxodo de la RDA
Además de este escenario interno, Checoslovaquia abrió sus fronteras. Se calcula que tan solo en 1989, unos 100.000 germanorientales abandonaron la RDA en dirección al país vecino. Luego en Checoslovaquia fueron enviados en los “llamados trenes de la libertad” a la RFA (cruzando la RDA), donde pedían asilo.
Problemas al vecino
Incapaces de contener la sangría de exiliados, las autoridades de la RDA decidieron abrir sus fronteras con la RFA para evitar “problemas a los vecinos”. Los alemanes del Este solo necesitarían el carné de identidad para ir la RFA. La falta de coordinación y la improvisación de las autoridades de la RDA tras la rueda de prensa de Schabowski hicieron que cientos de miles de ciudadanos se agolparan en los puestos fronterizos del muro. Los soldados, sin órdenes en contra, y no sabiendo cómo actuar, simplemente les dejaron pasar. Había caído el muro.
Créditos
- Textos: Anabel Serrano y Gema García
- Formato y diseño: Fernando Hernández y Ruth Benito
- Front-end: Nelly Natalí
- Fotografía: Luis Magán, Jesús Ciscar y Joan Sánchez