El síntoma Lobato: nadie doma al PSOE de Madrid

Con las heridas del ‘Tamayazo’ y del gobierno frustrado de Gabilondo aún sin cerrar, la federación regional devora secretarios generales, portavoces y candidatos

Juan Lobato, exsecretario general del PSOE, en una imagen de 2023.Foto: SERGIO PEREZ (EFE) | Vídeo: EPV

Me quieren así, sin colmillos”. Ángel Gabilondo, el hombre al que Ciudadanos impidió gobernar Madrid con el PSOE en 2019, explicaba con esa metáfora que su estilo pausado tuviera tirón entre los electores. Dos años después, en 2021, con el fenómeno Isabel Díaz Ayuso (PP) en pleno auge, Juan Lobato, su sustituto como candidato regional, ofrecía la receta opuesta: “...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Me quieren así, sin colmillos”. Ángel Gabilondo, el hombre al que Ciudadanos impidió gobernar Madrid con el PSOE en 2019, explicaba con esa metáfora que su estilo pausado tuviera tirón entre los electores. Dos años después, en 2021, con el fenómeno Isabel Díaz Ayuso (PP) en pleno auge, Juan Lobato, su sustituto como candidato regional, ofrecía la receta opuesta: “Tenemos que tener una contundencia mucho más alta”. Desaparecidos ya los dos de la primera línea política, el contraste de sus estrategias, que acabaron además siendo convergentes en la moderación, refleja los constantes cambios de guion en el PSOE de Madrid. En la última década, el partido acumula cinco secretarios generales (Tomás Gómez, Sara Hernández, José Manuel Franco, Lobato y el que se elija ahora), además de cuatro gestoras. También, seis portavoces en la Asamblea (Gómez, Franco, Gabilondo, Hana Jalloul, Lobato, y ahora Jesús Celada). Y tres candidatos a la alcaldía de la capital (Antonio Miguel Carmona, Pepu Hernández y Reyes Maroto). Un vaivén que seguirá ahora con el previsible aterrizaje del ministro Óscar López, y que refleja que nadie logra domar al PSOE de Madrid.

“Están siendo días muy difíciles, una vez más, porque por desgracia la federación de Madrid lleva convulsa mucho tiempo”, describe un alcalde socialista. “Lo que hay que hacer es que en Madrid se deje cuajar un proyecto, unos equipos”, reclama. “Eso no se hace en cuatro años”, diagnostica. “No se pueden tener convulsiones cada cuatro años, y que las primarias sean una guerra política en lugar de una fiesta de la democracia”.

Esas tres frases tocan todas las teclas de la angustia emocional y la tensión interna que marcan el día a día del PSOE de Madrid en lo que va de siglo XXI. El partido nunca se ha recuperado del Tamayazo, la traición de dos diputados socialistas (Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez) que impidieron gobernar al PSOE de Rafael Simancas en 2003. Con esa herida siempre abierta, pues facilitó que el PP haya mantenido el timón de la región durante más de 25 años consecutivos, la segunda década del siglo propició otra que aún supura: en 2019, los socialistas ganaron las elecciones autonómicas por primera vez desde 1987, pero Ciudadanos les impidió gobernar al preferir aliarse con el PP.

En medio, antes y ahora, los cambios de candidatos y dirigentes han sido constantes, y las luchas internas, sangrientas. Por eso la dirección federal de Ferraz aspira ahora a que la sustitución de Lobato se logre a través de una candidatura única encabezada por el ministro López. De que la transición sea pacífica se encargará una gestora dominada por afines a Pedro Sánchez, y que a su vez representa en parte las mil almas por dominar del PSOE regional: la simanquista (con Isaura Leal); la de los alcaldes del cinturón rojo (con representantes de las regidoras de Getafe y Alcorcón); la del corredor del Henares; o la de Madrid ciudad (con el exsecretario general regional y exdelegado del gobierno José Manuel Franco).

Pedro Sánchez presenta la candidatura de Pepu Hernandez a la alcaldia de Madrid, el 3 de febrero de 2019.álvaro garcía

“El viernes, al final de la intervención de Isaura en una reunión de la gestora con delegados, la gente se levantó a aplaudir. Todos, de todas las familias”, aseguran en la delegación del PSOE de Madrid que ha acudido al 41º Congreso Federal en Sevilla. “Isaura había hecho un llamamiento a la unidad, recordó que nos necesitamos todos, y también la importancia de Madrid”, añaden. “La gente está todavía en estado de shock y perplejidad”, cierran sobre la salida de Lobato, dimitido al revelar Abc que acudió al notario para registrar un intercambio de mensajes con un cargo de Moncloa, Pilar Sánchez Acera, en el que se le hacía llegar un email relacionado con el caso de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Un síntoma de desconfianza hacia sus propias siglas que le ha costado el cargo a un político que apenas llevaba tres años al frente del PSOE de Madrid. Por un motivo u otro, nadie se asienta al frente de esta federación.

Elvira Lindo, recuerdan en el PSOE, escribió una vez en EL PAÍS un artículo titulado Bicho Raro. Corría 2010, y los socialistas de Madrid afrontaban un nuevo cambio de cartel electoral.

“Me leí a conciencia, con deseos de entender, un reportaje laborioso que se publicó sobre las distintas familias socialistas madrileñas y acabé con la cabeza modorra: los acostistas, los guerristas, los... No llegué a saber qué es lo que persigue cada grupo, salvo, por descontado, el poder”, escribía. Ahora el consenso interno es que el problema no han sido las divisiones, sino un error no forzado de Lobato, aunque el equipo de Sánchez ya le tenía tomada la matrícula por desligarse de propuestas clave del gobierno o incluso plantear un horizonte sin el presidente al frente del partido, y sustituido por una mujer. De ahí que el posible aterrizaje del ministro López se hubiera filtrado antes de que estallara la polémica por la que dimitió el yaexsecretario general de Madrid. La conclusión, en ambos casos, es la misma: otro proyecto que se queda a medio camino.

Pedro Sánchez y Tomás Gómez en el 34º Congreso Federal Extraordinario del PSOE.U. Martín

“Cambiar tanto de caballo no es inteligente, es incluso suicida, ahí está el ejemplo de la paciencia que tuvo el PP con Alberto Ruiz-Gallardón y José María Álvarez del Manzano... pero los cambios tampoco lo explican todo”, argumenta un político que conoce bien las entrañas de la federación madrileña. “O nos ocupamos de entender la sociedad en la que vivimos, sin apriorismos, o entendemos cómo puede penetrar la derecha y la extrema derecha en lugares que tenían tradición obrera, o el candidato da igual”, sigue, compartiendo el análisis de Lobato de que el PSOE debía aderezar su discurso socialdemócrata en Madrid con guiños modernos al centro. “Y por eso, por sí mismo, Oscar López no solucionará esto”.

Una opinión que no comparte una fuente de peso en la delegación enviada por Madrid al congreso del PSOE en Sevilla, donde se da por hecho que el ministro, además de secretario general regional, será candidato para las autonómicas de 2027: “Básicamente, López aporta experiencia de Gobierno y experiencia orgánica, cercanía al presidente del gobierno, como jefe de gabinete y luego de ministro, lo que a su vez le aporta conocimiento del partido, conocimiento de las instituciones...”

Pero alcanzar el poder en Madrid, donde los socialistas no gobiernan desde el cuatrienio 1991-1995, parece tan lejano como siempre: Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida, los dos candidatos a los que eligió Pablo Casado en 2019 pensando en un batacazo electoral, ya disfrutan de una cómoda mayoría absoluta. Y además ahora el PSOE tiene un competidor en la izquierda que no tenía antes: Más Madrid, que lidera la oposición en la Asamblea y en el Ayuntamiento de la capital.

La expresidenta de la Junta de Andalucía y exsecretaria general del PSOE de Andalucía Susana Díaz (de espaldas) saluda al ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública,Óscar López, en presencia del secretario de Política Federal del PSOE, Patxi López (d), en el 41 Congreso Federal del PSOE en Sevilla este sábado. Julio Muñoz (EFE)

“Ahora nos va a costar”, reconoce una fuente que conoce la estrategia para los primeros pasos de la nueva etapa. “Pero para las elecciones [de 2027] quedan más de dos años. Hay que integrar a todo el mundo. Si intentas ignorar a alguien, en Madrid te va mal”, diagnostica. “Si se hace una oposición buena, se puede recuperar terreno”, apuesta.

Por ahora, y tras la salida de Lobato, Jesús Celada ocupará interinamente el puesto del portavoz en la Asamblea. Con él al frente, el PSOE vivirá un periodo de transición, puesto que la elección definitiva tendrá que esperar a la llegada de López, que buscará, dice una fuente socialista, “sintonía absoluta” con su contraparte en el Parlamento regional. La razón es sencilla: será su voz frente a Ayuso, ya que el ministro no es diputado regional, y no podría medirse cada semana con la presidenta en la Asamblea. A la espera de si se asienta o no, Celada ha protagonizado el sexto cambio de portavoz en diez años. El síntoma de que hasta ahora nadie ha podido domar al PSOE de Madrid.

Archivado En