La Comunidad de Madrid deniega la beca comedor a madres solas por no constar el padre en el libro de familia
A pocos días de acabar el plazo de subsanación, decenas de familias monoparentales han recibido el mismo mensaje: deben aportar una sentencia de divorcio o el certificado de defunción de una supuesta pareja para completar la solicitud
Cristina Aparicio pensó que lo había hecho todo bien. Entregó el libro de familia, el certificado del Registro Civil y el resto de los documentos requeridos. Solo quedaba esperar a la resolución. “Me quedé tranquila”, recuerda. Eso fue en junio, pero hace unos días la tranquilidad se esfumó. Su solicitud para optar a las becas comedor de la Comunidad de Madrid no es correcta, necesita un papel que ella no tiene. “Falta la sentencia de divorcio o sentencia de relaciones paternofiliales o en caso de custodia compartida, incluir a los dos progenitores”, dice el mensaje de la Administración. Con 41 años, es madre de dos hijos ella sola, no está divorciada, ni es viuda, ni ha tenido que regular la custodia de los niños porque nunca ha habido padre. Los tuvo sola y, como ella, otras familias monoparentales madrileñas, que ya no saben qué más información aportar para que les concedan la ayuda. El plazo de subsanación ―ampliado por los miles de errores registrados en el proceso― acaba el miércoles.
“Me quedé en shock, no podía creer lo que estaba sucediendo. Empiezas a indagar y ves que otras familias están en la misma [situación]. Hay todo tipo de casos, pero el mío, por ejemplo, es claro: no tengo ningún documento más para aportar”, cuenta Aparicio por teléfono. Lo mismo le ocurre a Bárbara, también de 41 años y madre soltera de una niña. A ella, que vive en un pueblo de la sierra de Madrid y está en paro, además de pedirle documentos que no existen, le dijeron que el libro de familia no era válido porque estaba incompleto. “Aparezco yo como madre, el nombre de mi hija y ya, en el resto no consta nada, está en blanco”, relata. Ambas han subsanado la solicitud hasta dos veces, y antes del miércoles, volverán a enviar, de nuevo, lo mismo. Aparicio incluso ha firmado una declaración jurada donde indica que la unidad familiar la forman ella y sus hijos, por si ayuda, y Bárbara, que prefiere no decir su apellido, ha incluido el DNI de la niña, en el que consta un único progenitor. “No sé qué más hacer”, repiten las dos mujeres.
María Carmen Morillas, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) Giner de los Ríos, señala que en las últimas semanas cientos de personas se han puesto en contacto con el organismo “desesperadas”, y muchas de ellas son familias monoparentales. “El mensaje es siempre igual: están excluidos, tienen que subsanar alguna cosa, lo hacen, reciben otro mensaje con algo distinto, que ya han entregado en la primera parte. Y las familias monoparentales lo van a tener casi imposible, porque les piden documentos que no pueden conseguir o que siquiera existen”, enumera. Por ejemplo, aquellos casos en los que se esté tramitando una sentencia de divorcio y el proceso no haya concluido.
“No entendemos bien qué está ocurriendo”, admite Míriam Tormo, presidenta nacional de la Asociación de Madres Solteras por Elección. En la página web de las becas, solo se recogen dos supuestos de monoparentalidad: que exista o haya existido matrimonio (en este caso piden certificado de defunción acreditativo del fallecimiento o sentencia judicial de separación legal o divorcio) o que no haya existido matrimonio, donde solicitan prácticamente lo mismo. “Están haciendo una interpretación muy restrictiva de la monoparentalidad”, critica.
El nuevo consejero de Educación, Emilio Viciana, ha asegurado este martes, tras un encuentro con medios de comunicación, que “no es verdad que las madres solteras estén fuera del sistema de becas” y que el problema se debe a un “envío masivo de mensajes” de subsanaciones “a peticiones donde solo aparecía un progenitor y que también han recibido las familias monoparentales”. La Consejería remarca que en estos casos el libro de familia es suficiente y que si se lo han echado para atrás puede tratarse de un error, porque, recuerda, aún no ha finalizado el proceso.
En la Comunidad de Madrid hay unas 1.000 madres que forman parte de la asociación, señala Tormo, y en la delegación no dan abasto para atender a todas las que les han contactado en los últimos días. La asociación, que opera en todo el territorio y recibe consulta de todas las comunidades, ha centrado sus esfuerzos en la región madrileña, de donde llegan la mayoría de las quejas. “Necesitamos comedor, extraescolares… Todo eso es pagando y pagando y, si no pagas, tienes que reducir tu jornada, con lo cual menos ingresos y menos oportunidades para los menores”, añade.
Un portavoz de la Consejería de Educación indica que el proceso de subsanación sigue abierto y aún no dispone de datos definitivos sobre cuántas familias han tenido que corregir partes de la solicitud y que “la documentación que se solicita a las familias es parte del trámite para acreditar las situaciones que dan derecho a la concesión de la beca (renta per cápita, por ejemplo) y ya se requería en años anteriores”. No menciona, pese a que se le ha preguntado por el problema, si están al tanto de la situación de estas familias monoparentales o qué solución ofrecen.
Empresa externa
El sistema para recibir la ayuda ha cambiado este curso y se ha sustituido por uno de concesión directa (la beca la reciben las familias y no los centros), aunque sin que se alteren los requisitos para obtenerla. Y por primera vez, el encargado de gestionar la solicitud no es la Consejería de Educación ―a través de las secretarías de los colegios, como hasta ahora―, sino una entidad externa: la empresa de trabajo temporal (ETT) Randstad.
La compleja tarea fue adjudicada a la compañía en julio por 227.298,50 euros y en el informe de justificación del contrato, la Comunidad estimaba que recibirían alrededor de 100.000 solicitudes, a resolver en menos de cinco meses. El motivo, también recogido en ese documento: “La Subdirección General de Becas y Ayudas de la Vicepresidencia, Consejería de Educación y Universidades no cuenta con medios personales y materiales suficientes para acometer este proyecto”, algo que no había ocurrido en años anteriores.
Lo cierto es que se acercaba el inicio de las clases y las familias no sabían si recibirían el dinero de la ayuda o no. Entonces, el consejero explicó que el sistema requería un proceso administrativo complejo y que muchas solicitudes se habían tramitado con defectos de forma, como la falta del DNI o de la firma de los progenitores. Por eso, dijo, se había retrasado todo el proceso. La empresa, contactada por este periódico, señala que por el momento prefiere no hablar porque “no están haciendo declaraciones al respecto”. Aun así, Randstad, para gestionar las solicitudes, sigue las bases establecidas por la Comunidad de Madrid.
El año más caótico
Según la FAPA, de las aproximadamente 100.000 solicitudes, un 70% habían registrado incidencias. “Es probable que hablemos de miles de personas con dificultades. Todas las familias que están incluidas en las becas llenan un estadio de fútbol como el Civitas Metropolitano [más de 70.000 espectadores] y un día sin comedor es un estadio entero sin comida. Ya llevamos 20 días así”, critica Morillas. Este curso, añade, es el año con más problemas en la tramitación hasta la fecha: “Siempre han llegado tarde, pero nunca con tantas incidencias. Hay centros con un 90% de incidencias y sin saber si van a valer las subsanaciones”.
Algunos padres y madres tuvieron que adelantar el dinero ―un sobreesfuerzo para la economía de familias que se encuentran bajo el umbral de la pobreza o en el límite― y otros optaron por prescindir del servicio, que en muchos casos es la única vía para que los niños de familias en situación de riesgo coman algo caliente. Ante las quejas, la Comunidad de Madrid anunció que pagaría el comedor escolar a todas las personas que hubieran pedido la beca para este curso hasta que se resolvieran los expedientes. Pero a Bárbara sí le han cobrado la cuota de septiembre del comedor: 105 euros. “Si estuviera recibiendo la beca [o me adelantaran el dinero], me tendrían que cobrar 40″, comenta. En paro y sin ningún tipo de ayuda extra, está recurriendo a su madre para adelantar el dinero: “¿Qué pasa con las personas que no dispongan del amparo familiar?”, se pregunta.
✅ La Comunidad de Madrid adelanta el coste del comedor para que todas las familias que han solicitado beca puedan usar este servicio hasta que se resuelvan sus expedientes.
— Comunidad de Madrid (@ComunidadMadrid) September 11, 2023
▶️ Así lo ha explicado el consejero @EVicianaDuro, desde el Instituto Luis Vives de #Leganés. pic.twitter.com/P1Hkr6LUx9
Lucía Lois, concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid, encargada de Familias y Educación, denuncia por teléfono que “el origen del caos es la externalización a una empresa que no tiene nada que ver con la gestión de este tipo de ayudas y que ha convertido el proceso en algo tortuoso”. La edil publicó el fin de semana en redes uno de los mensajes que habían recibido varias madres solteras y, en pocas horas, muchas más respondieron.
Lois cuenta que “cientos de personas” se han puesto en contacto con ellos ―tanto madres y padres solteros, como familias con otro tipo de problemas―, porque no hay soporte presencial para atenderles. “Han dado un plazo muy corto para entender un procedimiento muy complejo y buscar una cantidad ingente de documentos que muchas veces las familias ni siquiera tienen porque no existen”, opina. Además de los mensajes a las madres solteras, la edil enumera otros casos: solicitudes que se han perdido, denegaciones por falta de información que sí ha sido entregada o personas migrantes a las que les piden papeles que no pueden conseguir, por ejemplo, la renta de 2021 cuando han llegado a Madrid en 2022.
La presidenta de la Asociación de Madres Solteras por Elección, considera que el problema “de origen” con las becas es la falta de reconocimiento legal de este modelo de familia: “Estamos olvidadas en la normativa y nos quedamos en un limbo que cada comunidad gestiona como le parece, algunas tienen una normativa específica para definir la familia monoparental y un procedimiento de acreditación donde les dan un carnet”, explica. No es el caso de la Madrid. “Hubo una iniciativa legislativa en la Asamblea, no salió adelante con la excusa de que tramitarían un decreto, que quedó paralizado en la legislatura anterior”, concluye. “No somos una prioridad para la Comunidad y por eso ocurren cosas como estas”.
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