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El crimen de la ‘madame’: Katy fue presuntamente asesinada por una empleada de su club de alterne

La Guardia Civil detiene a una prostituida y dos familiares acusados de matar a cuchilladas a la encargada de un burdel de Pezuela de las Torres (Madrid) por una discusión sobre “horarios laborales”

Sucesos Pezuela de las Torres Madrid
Un agente de la Guardia Civil de espaldas, este lunes.
Patricia Peiró

Katy se había hecho cargo de la gestión del burdel de Pezuela de las Torres (Madrid) apenas 15 días antes de ser asesinada. Era lo que se conoce como la madame, una mujer que organiza los horarios, los cobros, los servicios y las prostituidas de un club de alterne. Del que se encargaba ella era un cuchitril con sillas de plástico en la puerta a las afueras de este pueblo del este de Madrid de cerca de 900 habitantes, en el límite con Guadalajara, con menos de una decena de mujeres. Una de ellas, Lucía, ha sido detenida, junto a su novio y su primo, acusada de matarla a cuchilladas en febrero tras una discusión por los “horarios laborales”. “Ella quería trabajar menos y la víctima, que trabajara más”, cuentan fuentes de la Guardia Civil.

La detenida, colombiana de 43 años, llevaba en España al menos tres años. Desde que llegó, se había movido en locales como el de Pezuela, casi siempre en el sur de la comunidad de Madrid. Hasta este último la acercaba en coche su novio, un español de 57 años, ya que ella residía en Parla y no tenía posibilidad de ir de otro modo. Cuando “ascendieron” a su compañera en el burdel, empezaron los problemas, principalmente por los horarios que quería que Lucía cumpliera. Habían tenido tantas discusiones en tan poco tiempo, que la encargada, Katy, dominicana de 44 años, había acabado despidiendo a la ahora detenida. Algo contra lo que esta se rebeló con extrema agresividad.

El pasado 7 de febrero acudió de día al local acompañada de su novio y un primo de 25 años que se puso una capucha al llegar. Iban armados, aunque los investigadores manejan la hipótesis de que la intención inicial fuera solo la de “darle un susto”, que se les acabó “yendo de las manos”. Lucía entró junto a su familiar en el local, mientras que su pareja se quedó al volante del vehículo. En el lugar se encontraban varias personas, entre ellas otras mujeres que ejercían en él la prostitución. Todos estos testigos relataron a los investigadores que los agresores y Katy se enzarzaron en una discusión que comenzó en el exterior y se trasladó a una estancia del interior. Allí fue donde la apuñalaron hasta la muerte. Ellos fueron los que alertaron a emergencias sobre las cuatro de la tarde. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por reanimarla, a pesar de que lo intentaron durante más de media hora.

La pista que había que seguir estaba clara: tenían la identidad de la mujer que había acudido a enfrentarse con su jefa. También contaban con un doble móvil para el crimen: laboral y económico. Esto también lo tenían en cuenta los presuntos autores del asesinato que, sin dudarlo, trataron de desaparecer del mapa desde el primer día. No lo lograron. Los supuestos autores del crimen se ocultaron durante semanas en varias casas de municipios del sur de Madrid y aparcaron el coche en un garaje particular. También compraron varias tarjetas SIM para no usar los mismos terminales que sabían que podían estar intervenidos. Pero sus planes de huida resultaron un fracaso. Un billete que compró la mujer para regresar a Colombia los delató. Ella fue arrestada a mediados de marzo en el aeropuerto, mientras que a su primo le pusieron las esposas en la estación de Chamartín. Al conductor lo detuvieron en Parla a principios de abril.

En el registro de sus viviendas, los agentes hallaron un cuchillo que consideran el arma con el que mataron a la encargada del burdel, aunque tiene que confirmarlo el laboratorio de criminalística. El titular del juzgado de instrucción número 1 de Alcalá de Henares decretó el ingreso en prisión de los tres detenidos, acusados de asesinato. El juez ha podido tener en cuenta para considerar que se trate de un asesinato en lugar de un homicidio la nula posibilidad de defensa de la víctima, por la superioridad numérica de sus atacantes y porque la agresión fue por sorpresa. Las pesquisas consideran a la mujer y a su primo autores materiales y, al novio de esta, colaborador necesario.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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