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Policías del crimen del Cash Récord defienden que hay “indicios suficientes” para condenar al acusado

Un inspector jefe cree que Manuel Juan Vilariño también participó en el atraco al Cash Miño en 1992 y que se le podría imputar un tercer asesinato de un vecino de Monforte

El acusado Manuel Juan Vilariño a su llegada a la última jornada, antes de las conclusiones, del juicio del doble crimen de O Ceao, en la Audiencia Provincial de Lugo.
El acusado Manuel Juan Vilariño a su llegada a la última jornada, antes de las conclusiones, del juicio del doble crimen de O Ceao, en la Audiencia Provincial de Lugo.Carlos Castro (Europa Press)

Un inspector jefe de la Unidad Central de Delincuencia Especializada de la Comisaría General de Policía Judicial de Madrid, desplazado a petición de la Fiscalía en 2013 a Lugo para investigar el crimen del Cash Record, ocurrido el 30 de abril de 1994, ha señalado este jueves en su declaración que “no había pruebas determinantes”, pero “sí indicios suficientes para declarar al acusado autor del doble asesinato”.

En la cuarta jornada del juicio en la Audiencia Provincial de Lugo, este inspector ha apuntado que el acusado, Manuel Juan Vilariño Casanova, “cumple todos los requisitos”. Así, ha incidido en que la persona que mató a la cajera, Elena López, y al reponedor, Esteban Carballedo, “entró con la intención de no dejar testigos, ya que sabría que lo iban a reconocer”. En esta línea, ha indicado que “no fue un toxicómano que se puso nervioso y disparó”, sino que era una persona “conocida por los trabajadores del local” y que “estaba familiarizada y no de forma superficial con las armas”.

Además, este inspector jefe ha explicado que la investigación seguida por los agentes de Lugo “coincidía al 100%” con las conclusiones a las que llegó su brigada. Este inspector ha contado que el acusado se debió de enterar de que se estaba volviendo a preguntar por el crimen, ya que en la intervención de su teléfono se comprobó que había buscado en Internet “páginas de personas en busca y captura en España’”.

Un cadáver a las afueras de Lugo

En su declaración este agente ha mencionado la supuesta relación del acusado con el atraco del Cash Miño, ocurrido en Lugo dos años antes, ya que “es el mismo modus operandi” y en ese atraco (cometido por dos personas) uno se refirió al otro como “Manolo”, uno de los nombres con los que se conoce al acusado. Asimismo, ha señalado que estas investigaciones también podrían imputarle a Vilariño un tercer asesinato, el de un hombre natural de Monforte de Lemos que apareció muerto en una finca en las inmediaciones de Lugo y que, según el agente, podría ser “por cuestiones de droga”. Según ha contado el agente, su equipo propuso reabrir aquella causa al encontrar una supuesta relación con el mismo autor pero el juzgado rechazó hacerlo. No obstante, para el inspector, “hay indicios que señalarían que el acusado lo mató y se quedó con el dinero”.

Además, ha pasado por la Audiencia este jueves un antiguo inspector de la Policía Local que participó, entre otras actuaciones, en las inspecciones del bar del acusado en la Rúa Nova y del domicilio de los padres del mismo. Este ha recordado que en el bar se encontraron, entre otras cosas, una jarra blanca con un teléfono anotado en papel, dos cuchillos de monte con fundas, un bolsa de heroína con 1 gramo y 270.000 pesetas. Así, ha destacado que había varios billetes “enumerados de forma correlativa”, que aunque el acusado señaló en un su momento que se correspondían con la recaudación, a los agentes les pareció “imposible”.

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Otro policía local ha detallado que encontraron una cantidad importante de dinero en el bar y que, en el piso, aparecieron, entre otros objetos, “una peluca y unos guantes”. Según ha indicado el antiguo inspector esto puede hacer pensar que la mujer que supuestamente podría estar implicada (varios testigos hablaron de tres personas en el asalto de Cash Récord, dos varones y una mujer) “igual no lo era”.

El inspector de la Policía Local jubilado ha hablado también en su declaración sobre el relato de uno de los toxicómanos, que declaró el martes, que apuntó que había acompañado a su cuñado (ya fallecido y al que supuestamente Vilariño le ofreció participar en el atraco) y al acusado a probar unas armas en las inmediaciones de Ramil (Lugo) antes del crimen. De esta manera, ha indicado que en la inspección del pinar “no se encontraron casquillos”, pero que había dos pinos con “dos orificios, uno de entrada y otro de salida” y que en otro “se hizo una incisión y se encontró un proyectil de una pistola 9 milímetros”. El testigo del pasado martes explicó que el acusado les mandó recoger los casquillos cuando dispararon, dejar limpio el lugar.

Además, ha vuelto a salir el nombre del guardia civil, también ya fallecido, al que otro compañero retirado señaló este miércoles por tenencia de armas y explicó que “si le dabas un arma, él te la arreglaba”. “No sé si lo hacía con armas ilegales, pero se comentaba”, añadió a continuación. Sobre este asunto, el antiguo inspector indicó que su sospecha era que a este guardia civil “se le entregaron las armas para que las reconstruyera”, lo que impediría ser reconocidas en las pruebas periciales.

Los médicos forenses que llevaron a cabo las autopsias de los fallecidos se han ratificado en sus informes y han apuntado que ninguno de los cadáveres presentaba “señales de lucha”. Por su parte, los agentes de la Comisaría General de Policía Científica han apuntado que se hizo un primer informe con un estudio sobre en el que se llega a la conclusión de que “las vainas fueron percutidas por un mismo arma y las balas disparadas por un mismo cañón”. Así, han apuntado que según esto “lo lógico es que interviniese un arma”.



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