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La república independiente de Terrassa ante las elecciones del 28-M

La tercera ciudad catalana está gobernada por Jordi Ballart, un alcalde que ha impulsado las multas a los bancos por tener viviendas vacías y ha municipalizado el servicio del agua

Terrassa
La Masia Freixa, una de las iconas modernistas de Terrassa.I. V.

Terrassa es una rara avis. La tercera ciudad de Cataluña en población (224.000 habitantes) no está gobernada por ningún partido tradicional y su Gobierno municipal ha optado por hacer frente a las grandes élites económicas, siendo un municipio pionera en iniciativas como la imposición de multas a bancos por tener viviendas vacías o la municipalización del servicio de suministro de agua. Pero también capitaneada por un proyecto personal y muy centrado en la figura de su alcalde.

Los últimos cuatro años, el Ayuntamiento ha estado gobernado por Jordi Ballart, al frente de la formación Tot per Terrassa. Pero Ballart acumula muchos más años de experiencia en la alcaldía. Asumió el cargo en 2012, cuando todavía militaba en el PSC, cogiendo el relevo de Pere Navarro, que abandonó a medio mandato. Entonces, emprendió dos ambiciosos proyectos: empezar a multar a entidades bancarias por tener pisos vacíos durante más de dos años -fue el primer municipio catalán que lo hizo- y crear una empresa municipal para asumir la gestión del suministro de agua, después de 75 años en manos privadas.

Estas decisiones tensionaron in extremis la relación de Ballart con el aparato de su partido, y tras el apoyo del PSC a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en 2017, decidió abandonar la alcaldía y romper el carné del partido. Ballart empezó a construir entonces su nuevo partido con otros rebotados del PSC, pero independientes. Tras una campaña silenciosa basada en el puerta a puerta, el exsocialista sorprendió en 2019 logrando 10 de los 27 concejales del pleno, desalojando a los socialistas (siete regidores) de una alcaldía que controlaban desde 1979. Completan el Consistorio los cinco concejales de ERC (que han formado gobierno con Ballart), tres de Cs y dos de Junts.

El candidato de Tot per Terrassa repite estrategia de campaña para revalidar resultados. Ballart parte con la ventaja de ser la cara más conocida del resto de candidatos -la mayoría, nuevos-, y de mantener una fuerte presencia en las redes sociales. Y es que, si algo define al actual alcalde, es su omnipresencia en las redes, llegando al extremo de contestar una a una las quejas o peticiones que recibe de ciudadanos a través de ellas. Aunque esta sobreexposición también ha sido criticada por sus adversarios, que le reprochan también sacar rédito político de los problemas personales o familiares que ha atravesado.

Su defensa hasta el extremo de ciertos valores también se ha plasmado a denunciar los constantes ataques y amenazas que recibe por su orientación sexual, e incluso se ha manifestado, sin tapujos, a favor de ilegalizar un partido como Vox, según declaró en una entrevista a Diari de Terrassa.

Pero el ganador del próximo domingo debe lidiar con problemas propios de grades ciudades como la limpieza y la seguridad, pero también retos como el impulso de la zona bajas emisiones, la prolongación del Cuarto Cinturón -que ahora muere en Terrassa, o la lucha contra la segregación escolar. Ganador, o ganadora, porque de los ocho cabezas de lista, seis son mujeres. Y Ballart también deberá trabajar por la continuidad de su proyecto político, hasta ahora muy centrado en su figura.

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