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La precampaña de la izquierda en el corazón del ‘ayusismo’: “Nos encanta el territorio comanche”

El PP madrileño tiene sus mayores feudos en los distritos de Salamanca y Chamartín, pero partidos como Más Madrid celebran actos en sus calles porque no quieren ceder esta parte de la capital a la derecha

Nacho Murgui
Nacho Murgui, concejal de Más Madrid para Retiro y Salamanca, durante un acto el 25 de marzo en la Avenida de Felipe II, junto al WiZink Center.MÁS MADRID SALAMANCA
Fernando Peinado

La base de operaciones de Más Madrid en el distrito de Salamanca es el Vía 22, un bar relativamente modesto para esta zona. El miércoles por la tarde se sentaron al fondo del local diez militantes con cuadernos, bolígrafos y unas cañas. Cualquiera se puede unir porque esto es una asamblea abierta, así que no tienen reparo en que un periodista escuche cómo planean la recta final del 28-M, incluidos sus actos en lo que llaman “territorio comanche”.

La presidenta Isabel Díaz Ayuso arrasó en las autonómicas de 2021 con un 61,1% del voto en Salamanca y un 62% en el vecino Chamartín, los dos distritos más ricos de la capital. En algunos rincones, el PP de Ayuso rozó el 80% como en el tramo norte de la calle Serrano o en torno a la plaza del Marqués de Salamanca. Pero la izquierda no renuncia a hacer campaña en los mayores feudos de la derecha. Los afiliados de Más Madrid Salamanca suelen montar los sábados su tenderete blanco y verde con el logo del partido en algún punto del distrito. Enchufan el micrófono y dan su mitin. Les cuesta mucho atraer vecinos en las calles de las grandes fortunas, pero a veces se acercan trabajadores de El Corte Inglés y otros comercios que, aunque no vivan aquí, se llevan el mensaje a sus barrios. Otras veces algún espontáneo les han gritado que se vayan a Venezuela o que son “comedores de niños”, o les han roto el folleto en cachitos en su cara. Pero, por lo general, la gente rechaza educadamente los pasquines con un “gracias”.

Marco Llamas, un tipo alto de 57 años con tres aros en una oreja y pinta de viejo rockero, explica antes de la reunión que no lo tienen fácil: “Este distrito es un páramo para las organizaciones de izquierda. La gente vota por sus intereses económicos”.

Llamas y Mari Joe Boeta llevan la voz cantante en la reunión. Los dos fueron el lunes a una asamblea mayor del partido donde participaron representantes del resto de distritos y municipios, así que tienen ya la información sobre las próximas semanas. Les cuentan que ya están listas las banderolas en defensa de la sanidad pública para colgar en los balcones de un barrio donde lo común es ver banderas de España y también están fijadas las fechas de los actos en abril. “Hasta el 28 de mayo esto va a ser a saco”, les dice Llamas conforme va enumerando eventos en el distrito y otros puntos de la ciudad y región. “Hay que ir a dar calor”. El resto anota las fechas.

Los militantes de Más Madrid Salamanca durante su asamblea de este miércoles en el bar Vía 22.
Los militantes de Más Madrid Salamanca durante su asamblea de este miércoles en el bar Vía 22.FERNANDO PEINADO

Llamas es un antiguo distribuidor de cine que se mudó en torno al área señorial de Diego de León hace casi tres décadas. Lleva militando en organizaciones de izquierda desde los 14 años y bromea diciendo que le han echado de todas. Boeta, de 48 años, es vecina del barrio de La Guindalera, cercano a la plaza de toros de las Ventas, que es la zona de menor renta, aunque según el Instituto Nacional de Estadística (INE) esas calles se encuentran entre el 2% y 3% más rico de España. Su familia vive en el barrio desde que su abuelo, maestro, se instaló en la zona. Ella es sumiller y cuando tiene catas aprovecha, dentro de lo posible, para concienciar a los acaudalados clientes sobre cuestiones como el cambio climático. Sorprendentemente, en ese contexto más relajado y elegante cala mejor su mensaje que cuando hace proselitismo desde los tenderetes callejeros.

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En el resto del grupo hay varios maestros, una funcionaria, un escritor o un actor de teatro. No figura entre ellos nadie verdaderamente rico, según cuentan. Para la izquierda es muy difícil ganar a los privilegiados; sin embargo, a la derecha le cuesta menos penetrar en los barrios obreros, como se vio en 2021 cuando Ayuso llenó de azul el mapa. Los resultados de la izquierda en territorio acaudalado son en algunos casos irrisorios, como pasó en la mesa de los 555 más ricos de La Moraleja, donde cayeron cuatro papeletas rebeldes para Mónica García de Más Madrid y una para Pablo Iglesias de Unidas Podemos.

Sus dificultades para ganar seguidores en Salamanca son patentes durante la reunión. Alfredo, maestro jubilado de 74 años, toma la palabra para informarles de que él y otras dos militantes han estado llamando una a una a las 48 personas del grupo de WhatsApp de Más Madrid Salamanca para ponerles las pilas. Son las personas más involucradas porque en algún momento han asistido a las reuniones y la buena noticia es que han reclutado a 10 o 12 apoderados para el día de la votación. La mala es que necesitan 35 para cubrir todos los colegios. Llamando a los contactos han visto que hay gente que se ha ido de Madrid o gente quemada de la política. “Nadie más va a venir a hacer nada en la campaña. Yo he hablado con ellos y les digo ‘¿y te animas?’ Nada...”

“Con algunos he discutido, algunos estaban cabreados”, dice. Y añade: “Había también una persona negacionista”, lo que no parece extrañar a sus compañeros, quizás porque hoy se ve de todo en política.

El bar Vía 22 está cerca de la plaza de toros. Enfrente tiene un colegio religioso concertado y a su lado una taberna taurina, en cuyo escaparate se promociona en un cartel un rezo del rosario “por la salvación de España y del mundo”. Estas calles estrechas de La Guindalera eran el reducto donde en tiempos de la alcaldesa Manuela Carmena floreció un movimiento contestatario en torno a La Gasolinera, un antiguo surtidor reconvertido en punto de encuentro vecinal. Cuando llegó el actual alcalde, José Luis Martínez Almeida, cerró la verja y programó en ese espacio una ampliación del vecino Centro Cultural Buenavista, que aún está en obras. Lo que queda de aquella época es un local llamado La Atenea, donde una asociación vecinal apartidista organiza charlas con enfoque izquierdista, como el ecofeminismo, la vivienda inasequible o los males del consumismo. En este local han celebrado actos Más Madrid, Podemos o Izquierda Unida. El PSOE tiene sede cerca de Ventas desde 1982 y también suele poner mesas en la calle. Podemos, con círculo en Salamanca desde 2016, se reunió en marzo con un plataforma vecinal.

Como si no fueran Salamanca, vecinos de La Guindalera todavía imaginan una frontera marcada por una calle ancha, la Francisco Silvela, que los separa de “la gente del otro lado”, los ricos. Sin embargo, La Guindalera se gentrifica a pasos agigantados por la proliferación de Airbnbs y unos alquileres prohibitivos. Una inmobiliaria ofertaba esta semana un pisito de 40 metros por 950 euros al mes.

Más Madrid dice que a pesar de los millonarios a los que les sobra de todo, en este distrito de 145.457 habitantes hay gente que lo pasa mal, familias agobiadas por los alquileres o mayores que viven solos. Además, no hay una sola escuela infantil municipal, ni un centro de protección por violencia de género y durante todo el mandato de Almeida no han podido acceder a la biblioteca pública, cerrada por obras.

Unas acciones de Más Madrid con relativa buena acogida en Salamanca son lo que conocen como Duelos y Quebrantos, una manera de hablarles a los vecinos sobre la Memoria Histórica. Las celebran en torno a monumentos o calles significativas y hablan de la II República, la Guerra Civil o la Edad de Plata de la Literatura española (generaciones del 98, 14 y 27) que tuvo un epicentro en este distrito donde vivieron muchos autores. Según explica Marco, es una manera de “resignificar” el distrito, es decir, darle una nueva identidad.

“Queremos alejarnos de la imagen de ‘cayetanos’, palos de golf y Milla de Oro para acercarnos a la cultura y el arte”. En su programa, Más Madrid propone un corredor cultural con lugares donde vivieron Lorca o Alberti, que culminaría en un museo sobre la Edad de Plata.

Este abril planeaban un acto en la Plaza de Colón, pero no ha podido ser porque el Ayuntamiento ha instalado una pista de tenis por el Mutua Madrid. Esperan que se lo apruebe una nueva alcaldesa, Rita Maestre, y les gustaría que fuera el 12 de Octubre. “Nos encanta el territorio comanche”, dice Boeta. “Queremos disputarlo, colonizarlo”.

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Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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