El adelanto electoral fuerza a Podemos y Sumar a firmar un acuerdo de coalición en 10 días

Tras una noche aciaga para la izquierda, el adelanto de las elecciones generales al próximo 23 de julio anunciado por el presidente Pedro Sánchez impone una nueva tregua. La convocatoria, hecha pública este lunes, trastoca los planes previstos por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que bajo la marca Sumar busca liderar un nuevo proyecto a la izquierda del PSOE para las generales. Su equipo pretendía retomar las negociaciones para definir la configuración final de esa plataforma a partir de junio, una vez superada la resaca del 28-M, pero la ley electoral manda y los de Díaz dispondrán tan solo de 10 días naturales a partir de la convocatoria para registrar una coalición con Podemos y el resto de formaciones llamadas a integrarse en Sumar. Es decir, el plazo vence el 9 de junio. El reto es mayúsculo, aunque la urgencia puede precipitar un pacto que de otro modo se habría dilatado meses con un riesgo evidente de desgaste. Lo contrario, a la vista de los datos del domingo, sería un suicidio, y lastraría sobremanera cualquier opción de revalidar el Gobierno. La secretaria general del partido, Ione Belarra, ya ha anunciado que las negociaciones para lograr la “unidad” están abiertas, algo que trasladan también desde Sumar. “Frente a la España negra de Feijóo, salimos a ganar”, ha reaccionado la vicepresidenta. El proceso de primarias, una de las exigencias que planteaba Podemos para respaldar a Díaz en su presentación en abril, queda también en el aire.

Según recoge el artículo 44 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, “los partidos y federaciones que establezcan un pacto de coalición para concurrir conjuntamente a una elección deben comunicarlo a la Junta competente en los diez días siguientes a la convocatoria”. La norma añade que en esa comunicación se debe hacer constar la “denominación de la coalición, las normas por las que se rige y las personas titulares de sus órganos de dirección o coordinación”. Una buena cantidad de detalles que, hoy por hoy, no están definidos. Habría, además, otros 10 días, para la configuración de las listas, que deberán quedar conformadas el 19 de junio.

Hasta la fecha, y especialmente desde el lanzamiento de la candidatura de Díaz a las generales el pasado 2 de abril, la principal incógnita reside en saber si Podemos formará parte de esa coalición. El partido de Belarra exigía pactar previamente unas primarias abiertas y decidió no acudir al acto al no alcanzar ese acuerdo bilateral con la vicepresidenta. “Nuestra formación trabaja ya para dar a la ciudadanía progresista la noticia que tanto tiempo lleva esperando. Para que este espacio político se presente unido a las elecciones y salgamos a ganar”, ha afirmado Belarra, ministra de Derechos Sociales, este lunes en una breve comparecencia ante los medios en la sede del partido y en un tono menos beligerante que otros días. Dirigentes de la formación comentan en privado que ahora “toca ser responsables”.

Con el adelanto electoral y lo apurado de los plazos, la convocatoria de esas primarias se complica. El propio Pablo Iglesias reconoció a última hora del día en la Cadena SER las dificultades de organizar el proceso y asumía ya que probablemente no sea posible. “Ojalá las hubiera [las primarias]. La participación democrática es clave, pero tengo algo de experiencia política. ¿Qué es lo que nos van a decir a nosotros los demás partidos? ‘En diez días esto no se puede hacer’. Y al final lo que tenía que haber sido un proceso de desborde ciudadano, de participación y escucha, [se convierte en que ] llega el turno de los fontaneros para negociar las listas de cada provincia y los dineros. Todo lo que se supone que no había que hacer”, ha criticado el exdirigente de la formación.

Los resultados de este domingo —Podemos desaparece de la Comunidad de Madrid, Valencia y Canarias y pierde prácticamente todo su poder autonómico— han dejado muy tocada a la organización fundada por Iglesias, que este lunes a primera hora, antes de la comparecencia de Sánchez, ya apelaba a la “imprescindible unidad” de las izquierdas como fórmula para subsistir ante unas “generales extremadamente difíciles”. Desde Canal Red, la cadena de televisión que dirige, el exvicepresidente del Gobierno ha planteado a un tertuliano la hipótesis de que Sánchez ofrezca un acuerdo del PSOE con el espacio a su izquierda para ir juntos en buena parte de las circunscripciones, un movimiento similar al articulado en las legislativas francesas del año pasado, cuando Jean-Luc Mélenchon logró una coalición que aunaba a socialistas, ecologistas, euroescépticos, anticapitalistas y comunistas. “La derecha iría dividida entre PP y Vox y Pedro Sánchez se podría colocar como el candidato de un amplio frente popular progresista en el que llevara junto al PSOE en las mismas candidaturas a las fuerzas políticas situadas a su izquierda”, ha lanzado Iglesias, quien posteriormente ha matizado que él no propondría tal cosa.

Por toda reacción tras los comicios y el anuncio de adelanto, Yolanda Díaz ha declarado en redes sociales que sale “a ganar”. “El mensaje recibido anoche fue muy claro: hay que hacer las cosas de otra manera. Sin distracciones. Desde este mismo momento estamos trabajando para ganar el próximo 23 de julio. Asumo el reto. Este país tiene mucho futuro. Son tiempos de audacia. Tenemos un proyecto para seguir dando respuesta a los desafíos sociales, ecológicos y económicos de nuestro país. Frente a la España negra de Feijóo, salimos a ganar. La gente nos está esperando”, ha manifestado la vicepresidenta segunda. La líder de Sumar, que supo de la decisión de Sánchez antes de que la hiciera pública y ha visto cómo las candidaturas a la izquierda del PSOE se desplomaban este domingo —también con pérdida de poder para los comunes en Barcelona o Compromís en la ciudad de Valencia—, deberá centrarse ahora en cerrar contra el reloj las negociaciones para una confluencia amplia que evite un castigo electoral a la división en ese espacio político.

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